La
gravísima situación por la que está atravesando España en estos momentos, situación
en la que está en juego nada más y nada
menos que su unidad y continuidad como nación, no es para nada el producto improvisado
de las mentes fanatizadas de unos cuantos secesionistas aferrados a un
tenebroso odio a todo lo que huela a español, es parte de un plan perfectamente
urdido por estos enemigos de España.
Muchos
pueden pensar, como de hecho lo hacen, que a través de una actuación legal ,
recurriendo a la supuesta superioridad moral de la democracia y gracias al muro
insalvable que presuntamente representa la constitución se puede hacer frente y
se conseguirá poner fin a la deriva secesionista y por tanto salvaguardar la
Unidad de la nación.
Del
mismo modo no ven que tras este movimiento secesionista se esconde una
perfectamente pergeñada estrategia,
estrategia que toma en consideración y se aprovecha de las más que previsibles
reacciones de los autodenominados
constitucionalistas. Su estrategia se basa en llevar a situaciones
extremas, en “tensar al máximo la situación”, para servirse de las reacciones
que llevarán a cabo los defensores del status quo actual, sirviéndose de estas
para alcanzar la secesión.
El
actual presidente de la Generalidad, el sedicioso Artur Mas, ya ha dado pasos para asegurarse el reconocimiento de ese fantasioso a la par
que odioso Estado catalán independiente.
La
islamización tan arraigada y extendida en toda Cataluña, de la población
marroquí muy especialmente, no son otra cosa que la parte visible de una
táctica que permitirá atraer el voto de todos estos cientos de miles de
inmigrantes marroquíes Así mismo todo
esto forma parte de pactos secretos en los que el Estado de Marruecos se
compromete a reconocer al “Estado Catalán”, a cambio de permitir la estancia de
sus nacionales en territorio de esa Cataluña independiente, de darles prebendas
y de islamizar a la población de esa región española.
Si
nos fijamos en la última y más rabiosa actualidad todo forma parte de ese plan al que más arriba hemos
hecho referencia.
El
presidente de la Generalidad Artur Mas
ha firmado el decreto por el que convocaba para el día 9 el referéndum
con la plena seguridad de que el gobierno presentaría ante el Tribunal
Constitucional una petición para que se impugnase la convocatoria. Cosa
esta que el TC ha hecho en un tiempo
record, apenas unos minutos, ya que PSOE y PP, habían negociado el apoyo total
del PSOE a cambio de que el segundo
retirase el proyecto de ley del aborto.
Por
supuesto que los estrategas secesionistas contaban con este fallo judicial.
La
actitud del gobierno autónomo catalán seguramente será no desobedecer el fallo
judicial, puesto que esto le permitirá presentarse nuevamente como víctima y
enconar aún más la postura de todos los secesionistas que las campañas
mediáticas, educativas y de todo tipo han creado en las últimas tres décadas.
Con
este victimísmo lo que si harán, esta vez de manera legal, es convocar unas
elecciones autonómicas en Cataluña, unas elecciones que serán presentadas como
si se tratase de un plebiscito sobre la independencia.
Esto
lo harán con el convencimiento absoluto de que lo ganarán con una amplísima
mayoría ERC, la cual llevará a cabo una
declaración unilateral de Independencia. Esta declaración de independencia
tendría ante la opinión pública internacional un marchamo democrático total,
pues sería fruto de unas votaciones llevadas a cabo con el reconocimiento de
observadores internacionales.
La
respuesta del gobierno español habrá de ser obligatoriamente represiva, lo cual
creara un movimiento de simpatía en la
opinión pública internacional hacia los secesionistas catalanes y su causa.
De
esta manera el autoproclamado nuevo Estado será reconocido por varios Estados,
empezando por Marruecos, seguramente también por algún otro Estado musulmán y por Israel. Tampoco sería nada
extraño que Alemania e incluso Reino
Unido lo hiciesen. Y es que la
Constitución vigente se refiere a las “comunidades históricas”, entre ellas
Cataluña, como “nacionalidades”, y según la carta fundacional de la ONU, a
la que España se adhirió, toda nación
tiene derecho a un Estado.
¿Cómo
explicar en el exterior que nacionalidad es diferente a nación cuando es
difícil de entender en la misma España esa diferencia?.
Llegados
a este punto el gobierno español y/o las Fuerzas Armadas se verán en la
obligación de actuar de modo contundente
sobre ese autoproclamado Estado catalán, lo que llevará a que este sea
reconocido a nivel internacional por más
países de los pertenecientes a la OTAN, con lo que cualquier intervención
militar o de fuerza llevará aparejada, tal y como aconteció en Kosovo,
intervenciones militares extranjeras “en pro de la democracia y la libertad”.
Como
se puede comprobar la situación ante la que nos encontramos es todo menos sencilla. No hay que minusvalorar al enemigo
secesionista y ponderar todos y cada uno de los pasos que el gobierno español
vaya tomando.
Resulta
un imperativo que el gobierno español actúe internacionalmente ahora y que lo
haga especialmente sobre Marruecos y la Unión Europea.
¡¡¡VIVA LA UNIDAD
DE ESPAÑA!!!
¡¡¡CATALUÑA ES
ESPAÑA!!!
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