jueves, 9 de octubre de 2014

El Ébola y lo políticamente correcto.




Hay algo que llama la atención y da que pensar a cualquier persona mínimanente libre  de las cadenas que conforman la presión social derivada del pensamiento políticamente correcto.
Estoy refiriéndome a la extraña unanimidad de todos y cada uno de los medios de comunicación, tengan estos la orientación ideológica y partidaria que tengan, a la hora de silenciar algunos temas que objetivamente tienen una importancia crítica  para la seguridad  sanitaria de todos. A la par se da un acuerdo a la hora de centrar la atención informativa en aspectos intrascendentes o al menos de una importancia  infinitamente menor que aquellos otros que han sido obviados de manera tan unánime.

Estoy refiriéndome a la ausencia de cualquier comentario o cuestionamiento, por mínimo que este sea, que haga referencia al gravísimo peligro para la seguridad sanitaria nacional que deriva de la entrada ilegal, y sin control sanitario alguno, de  personas procedentes del África subsahariana.
Esta entrada se produce principalmente a través de la frontera de Melilla, los famosos saltos de la valla, y del paso del Estrecho en pateras para alcanzar las costas del sur de la península.

                                                                  


Una gran parte de los sujetos que traspasan ilegalmente nuestras fronteras bien proceden de zonas afectadas por la epidemia de Ébola, bien las han de atravesar en su periplo desde sus lugares de origen. Aunque nadie lo comente, esto supone un gravísimo riesgo sanitario para la población española en general y la de las ciudades españolas  de Ceuta y Melilla en particular.

El “apagón informativo” que se produce respecto a todo lo que se refiere al tema señalado surge de unas indicaciones-ordenes  que parten del poder establecido, cosa que veo difícil pues no todos los periodistas las aceptarían dando  a conocer tales presiones, o es el resultado de una mentalidad que ha sido injertada en la conciencia de toda la población, incluidos los periodistas que daría lugar a una suerte da autocensura a la hora de referirse a determinados temas.

Esta manipulación de las conciencias de la han sido objeto la práctica totalidad de la población es el resultado de una obra de ingeniería social que durante décadas se ha venido llevando a cabo por parte de los verdaderos dueños del mundo. No la han llevado a cabo directamente ellos sino que se han servido de sus esbirros, “tontos útiles” que en su inmensa mayoría ni siquiera eran conscientes del plan que seguían y de los amos a los que servían.

Haciendo referencia a la cuestión particular que nos  ocupa  vemos que cualquier reseña que hiciese mención al peligro de una posible extensión a España del virus del Ébola  como consecuencia de la entrada ilegal e incontrolada de inmigrantes subsaharianos instantáneamente sería  tachada de racista y xenófoba, y aquel que se hubiese atrevido a hacerlo pasaría a estar estigmatizado al momento.

La élite mundial no permitirá ninguna referencia al peligro sanitario  señalado dado que  esto supondría poner en peligro la realización de uno de los principales proyectos para el cumplimiento del plan sionista de dominio 
mundial.

                                                              

Estoy refiriéndome al Plan Kalergi.


                                                      


El objetivo último del citado plan no es otro que el dominio de la población mundial por lo que Kalergi denominaba una aristocracia judía.
Ahora bien, este dominio mundial no podría  llevarse a cabo dado que los miembros de la raza blanca europea difícilmente se plegarían a ser dominados.

Ante esta problemática Richard Coudenhove-Kalergi diseñó una forma de actuación, el Plan Kalergi, el cual defiende que este  inconveniente se podría solventar acabando con la raza blanca europea mediante una inmigración masiva de miembros de la raza negra para dar lugar a una población mestiza, mucho más moldeable que se someterían fácilmente al dominio sionista.


En el caso  al que estamos refiriéndonos, el silencio informativo respecto al peligro de infección de Ébola procedente de los subsaharianos  que entran ilegalmente en nuestro país, es preciso que la población sienta que está siendo realmente informada, aunque para ello se le distraiga con cuestiones referidas a la calidad de los trajes de los médicos y ATS e incluso moviendo al sentimentalismo con  el tema del sacrificio de un perro.

                                                                        

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