La
actitud que la inmensa mayoría de los españoles mantiene respecto a la problemática que la invasión de inmigrantes
ilegales subsaharianos trae aparejada es poco menos que suicida, y lo es debido
tanto al desconocimiento que el silencio de los medios y las autoridades
propicia como a ese sentimentalismo buenísta que lo políticamene correcto
impone.
Los
españoles deben conocer toda la verdad, una verdad que no desaparece por el
hecho de ser ocultada.
En
primer lugar, y antes de acudir a datos concretos que a todos nos son
deliberadamente ocultados vamos a aplicar la simple y llana lógica.
Cuando
personas que provienen de zonas en las
que existen enfermedades contra las
cuales no tenemos defensa inmunológica, como ocurre en el caso de los miles de ilegales que saltan la
valla en Melilla, están poniendo nuestra salud e incluso nuestras vidas en serio riesgo.
Es por esto que cuando viajamos a algún país subsahariano estamos obligados a
vacunarnos contra ciertas enfermedades que no existen en nuestra Patria o que hace
décadas fueron erradicadas de esta.
Es
así que un pensamiento lógico, que no esté dirigido por cuestiones ideológicas
falsamente humanitarias, nos indica que existe un peligro serio que las
autoridades tienen la obligación de combatir.
Pero
este pensamiento que deriva de la aplicación de la lógica se ve además respaldado
por los hechos, y estos son inapelables.
Los
datos que voy a presentar a continuación los he sacado del periódico alerta digital, el
cual a su vez los ha obtenido de fuentes del Centro de Estancia Temporal de
Inmigrantes (CETI) y del Hospital Comarcal melillense.
El
hecho de que estas informaciones sean silenciadas por los medios plegados al sistema y sometidos a
la dictadura de lo políticamente correcto no significa que no se basen en datos
reales, sólo pone de manifiesto que tras la violación de nuestras fronteras y
la invasión de nuestro territorio se encuentra una planificación movida por
poderes que están muy por encima de nuestras propias autoridades, en caso
contrario la actuación de estas sería muy distinta.
Ahora
vamos a presentar los datos, luego que cada cual saque las conclusiones que
considere oportunas:
No
menos de 226 personas, entre internos y
personal de CETI, Centro Temporal de Inmigrantes, de Melilla han sido vacunados y recibido tratamiento
tras conocerse que dos de los inmigrantes que saltaron la valla estaban siendo
tratados en el Hospital Comarcal. El
primero de ellos procede de Gabon, habiendo llegado el pasado 18 de Febrero,
estando internado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) desde el pasado 16 de Marzo afectado de meningitis
vacateriana, habiendo determinado los análisis que es del tipo W, endémica de la zona subsahariana.
Fuentes
del CETI señalan que otro interno ha sido aislado del resto por haber
desarrollado tuberculosis.
Fuentes
del mismo CETI han informado que el 95% de los recien llegados han sido
diagnosticados como portadores de la bacteria de la tuberculosis en el Test de Mantoux, aunque sólo una pequeña
parte ha desarrollado la enfermedad dado que tienen cierta resistencia de la que
nosotros carecemos.
En
el Hospital Comarcal se han realizado placas en tandas de cuarenta en los
últimos días para descartar posibles contagios, sin embargo sanitarios,
guardias civiles y personal del CETI se quejan de que la profilaxis no es la
adecuada para evitar contagios y una posible extensión de las enfermedades.
El
chico tuberculoso estuvo separado en una habitación con la intención de
contener la enfermedad y evitar su extensión, pero según comentaron trabajadores del Hospital
Comarcal, andaba por los pasillos para ir al servicio.
Expertos
médicos de la ciudad de Melilla advirtieron al diario alerta digital que el hacinamiento,
recordar que en CETI melillense hay en la actualidad 1900 internos para 472
plazas, puede ser un serio riesgo tanto para Melilla como para el resto de
España.
El
envío de inmigrantes ilegales a otros CETI, sitos en la península se realiza
para evitar un mayor hacinamiento del que se da en el de Melilla.
Se
les envía a la península antes de que se
proceda a su expulsión, esta misma mañana fueron enviados cerca de una centena
a Málaga.
Estas
misma fuentes señalaron que pese a que no pueden ser enviados a la península
con índices de tuberculosis superiores a 5, algunos lo han sido teniendo
índices de 10.
Respecto
a este asunto el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Medillla, Jesús
Delgado, declaró que las medidas preventivas tomadas por las autoridades
sanitarias no son suficientes y se quedan “muy cortas”.
A
partir del pasado jueves, tras la última avalancha, se han colocado numerosas
tiendas, tanto de la cruz roja como del ejército, que están a la intemperie y
con cada vez más suciedad a su alrededor.
Y
lo peor puede estar aún por llegar dado que en África en general, pero en la zona
subsahariana en particular, el SIDA es una pandemia.
Pese
a todo esto se levanta la voz de los
profesionales del falso humanitarismo, que aseguran que someter a los
inmigrantes ilegales a controles sanitarios es ir contra sus derechos humanos,
se olvidan del derecho que los demás tenemos a la salud y a la vida.
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