Hoy
los medios de comunicación se han hecho
eco de que se ha desatado en Guinea una epidemia de Ébola, a consecuencia de la
cual han muerto ya 59 personas.
Ciertamente
los medios han trasmitido a la ciudadanía
el hecho. Ahora bien, lo que han ocultado es la grave amenaza sanitaria
que para la población melillense y
española en general significa este asunto.
Y
es grave especialmente en estos momentos en los cuales son centenares los subsaharianos que un día si y otro
también están saltando las vallas traspasando
las fronteras españolas sin control sanitario alguno.
Es
importante señalar que nunca se había desatado con anterioridad en Guinea una
epidemia de Ébola.
Si
anteriormente la actuación de las autoridades era obligatoria dado su deber de
defender la soberanía territorial, actualmente se está haciendo imprescindible
dado que su inacción puede llevar a la población nacional a padecer una
situación de crisis sanitaria.
Ciertamente
todo lo anteriormente señalado pudiera parecer a algunos alarmista o exagerado,
pero con las informaciones que se van a facilitar se verá que nos estamos quedando incluso
cortos a la hora de alertar sobre lo que acontece.
La
ONG “Médicos sin Fronteras” ha
comunicado el pasado sábado que de modo inmediato realizará un gran esfuerzo llevando a la zona medios
médicos y logísticos, unas 39 toneladas, que permitan hacer frente a la epidemia, entre los medios
que planea enviar se encuentran unidades
que permitan el aislamiento de los individuos infectados dada la facilidad con
la que el virus del Ébola puede
extenderse.
Según
a comunicado la OMS, Organización Mundial de la Salud, los casos se han
detectado en la zona fronteriza entre Guinea y Sierra Leona.
El
virus Ébole recibe su nombre de un río de la república del Congo donde fue
descubierto en el año 1976 durante una
epidemia, aunque su denominación científica es
Fiebre Hemorrágica de Ébola (FHE ).
Tiene
una alta tasa de mortalidad, que llega hasta el 90%, trasmitiéndose de persona
a persona a través de fluidos corporales tales como la sangre, la saliva, el
sudor o los vómitos.
Recordar
que la mayor parte de los inmigrantes que saltan la valla y penetran en Melilla
sufren algún tipo de corte y entran sangrando en suelo español y que la
totalidad de ellos sudan abundantemente dado el esfuerzo físico que realizan al
acercarse corriendo a la frontera y al
escalar una vallas tan altas. Después los guardias civiles y policías
nacionales que tratan de impedirles el paso y detenerles son atacados, golpeados
e incluso mordidos por los asaltantes. En pocas palabras, estos servidores públicos tienen todas las
papeletas para resultar infectados y
sufrir esta mortal enfermedad.
Y
todo esto es realmente grave dado que la
procedencia de los ilegales y los lugares
donde se han desarrollado epidemias de
Ébole son los mismos o están muy próximos.
Si
hacemos referencia a las zonas donde se han producido epidemias de la
enfermedad a la que nos estamos refiriendo
veremos que se encuentran todas en el África subsahariana: Guinea,
Gabon, república de Congo, Costa de Marfil y Uganda.
De
igual modo no podemos pasar por alto que para contener la enfermedad es preciso
el aislamiento, cosa que resulta del todo imposible en el Centro de Estancia
Temporal de Inmigrantes (CETI).
Y
tampoco podemos pasar por alto que una vez que saltan la valla los inmigrantes
se dispersan por toda la ciudad de Melilla pudiendo extender, caso que lo
porten, el virus del Ebole, sobre todo si como suele ocurrir acuden a centros
sanitarios y de beneficencia, que suelen estar
llenos.
Es
así que los comentarios del principio creo que para nada son exagerados.
Desde
esta entrada quiero exigir a las
autoridades que tomen las medidas
precisas para que la población española esté a salvo de un peligro tan grave
como cierto. Si para conseguir esto debe
cerrar las fronteras o movilizar al ejército para que las asegure ha de hacerse, todo antes de poner
en peligro la vida de los españoles.
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