La cuestión que
se han de plantear los ciudadanos españoles en este momento es si para salir de la crisis económica que tan gravemente golpea, tanto a la economía
nacional como a las economías familiares
e individuales, están dispuestos a que España tienda a ser una especie de China
o India o si por el contrario el camino ha tomar debe ser otro que mantenga la
Justicia Social y con ella la dignidad y los derechos económicos de los
trabajadores
Y esto es importante puesto que se nos pretende
convencer de que nos encontramos ante una situación económico-financiera en la
cual la Justicia Social se ha de sacrificar en pos del logro de unos resultados
macroeconómicos (que supuestamente revertirán después en todos los ciudadanos)
de los que tan solo se beneficiara un empresariado capitalista, una banca
internacionalista y una casta política
corrupta al servicio de ambos
Ya
que todo lo señalado pudiera parecer una
exageración que para más inri entra en contradicción con los datos que los
actuales gobernantes, y sus mercenarios mediáticos, nos aportan un día si y
otro también, es preciso señalar que todo ese bombardeo continuado que habla de
una supuesta recuperación, macroeconómica por supuesto, no pasa de ser un
cúmulo de falacias tras las cuales se esconde
el verdadero derrotero que está tomando una economía nacional vendida al
poder financiero internacional, a las
multinacionales y a las normas marcadas por un
Banco Central Europeo y Fondo
Monetario Internacional que a su través marca el capitalismo sionista
globalizador.
Un
derrotero este que pisotea del modo más inhumano imaginable la Justicia Social,
un camino que opta por que los intereses del capital y de los grupos
financieros supranacionales se sirvan del individuo, en lugar de que la riqueza
se ponga al servicio de este.
Todo
lo que se nos está vendiendo, esos datos que se nos presentan, son el mayor
argumento que viene a demostrar lo que aquí pretendemos poner de manifiesto, lo
único necesario es atar cabos y conseguir ver la realidad que se esconde detrás
de un triunfalismo completamente alejado de la realidad que todos podemos ver y
sufrir a nuestro alrededor.
Se
nos dice que nuestra economía empieza a ser competitiva, que nuestras
exportaciones son cada vez mayores o que el número de personas que se sumaron
al ejército de desempleados es menor que los que lo hicieron durante el mismo
periodo que el año anterior.
Sin
duda todos esos datos son ciertos. Pero estos datos empujan, si se pretende que muestren la
realidad de la situación y nos permitan
conocer el rumbo que toma la economía, a un análisis pormenorizado y alejado
del mero aspecto propagandístico.
Una
interpretación adecuada, alejada del simplismo que los gobernantes pretenden
extender en este tema, nos permitirá conocer una verdad alejada de
presentaciones triunfalistas, para centrarnos en la repercusión en la vida de
los ciudadanos de las medidas económicas que se están desarrollando.
Para
analizar todo esto vamos a ir por
partes, y desde ese análisis podremos tener la visión clara que la
multiplicidad de datos sin analizar impide tener.
Hemos
de admitir que la macroeconomía está mejorando, ¿pero a que precio y en bien de
quién?, las exportaciones están aumentando de una manera ciertamente
importante, pero el significado de esto no es precisamente positivo para la
población, ya que nuestros productos son cada vez más competitivos no a causa de
una mayor calidad o a una mejor distribución. No es eso, la competitividad es
mayor, y de ahí el aumento de las exportaciones, esa competitividad deriva de
que los costes son mucho menores puesto que los salarios de los trabajadores se
han reducido sensiblemente. Y hablando de exportación hay que tomar en
consideración el engaño consistente en hablar de nivelación del balance, es
cierto que esta nivelación e incluso es favorable para nuestra economía, pero
lo que esto significa es que exportamos más de lo que importamos dado que como el consumo ha descendido debido a que ha
bajado de modo importante el consumo en España a causa de que las familias y
pequeñas empresas no tienen dinero disponible no se vende y no se precisa importar.
También
se nos dice, y se vende como un gran logro de la política económica, que cada
vez son más numerosas las empresas extranjeras que se instalan en nuestro país,
pero eso que puede ser bueno para la macroeconomía, es consecuencia de algo sumamente negativo para la economía
de las familias y las pequeñas empresas, se produce gracias a que los bajos
salarios y maleables condiciones laborales de los trabajadores resultan
atractivas para las empresas foráneas, las cuales en lugar de ir a Marruecos o
a la India prefieren instalarse en
España que está más cerca y las condiciones son
parecidas.
Otro
tema recurrente a la hora de publicitar las supuestas bondades de la reforma
laboral que se ha realizado es que los
sacrificios realizados han dado su fruto y
el número de desempleados inscritos en el INEM, es menor que en
situaciones anteriores. Esto
numéricamente es cierto, aunque la realidad por la que esto acontece dista
mucho de tener nada de positivo.
El
número de desempleados inscritos en las listas del paro desciende por el número
cada vez mayor de desempleados que dejan
de “sellar” o apuntarse como demandantes dado que lo consideran absolutamente
inútil por experiencia. Por otro lado influye también el número, cada vez
mayor, de españoles, jóvenes y no tan jóvenes, que optan por emigrar para
conseguir fuera de nuestras fronteras un trabajo que en nuestro país no
encuentran. Si a esto le sumamos el gran número de inmigrantes, sobre todo
hispanoamericanos, que han regresado a sus países todo está dicho.
Como
se puede ver, los datos que afectan a la macroeconomía benefician tan solo
a las grandes corporaciones multinacionales, a los países
industrializados del eje franco-alemán en tanto tienen un mercado de
trabajadores muy barato y al gobierno en
tanto los datos macroeconómicos les sirven para justificar sus reformas
laborales, impuestas desde Europa y desde el FMI, y poder mantenerse en la
poltrona del poder.
La
cuestión es si el pueblo español está
dispuesto a que nuestro país se convierta en una nueva India o China, un lugar
donde la Justicia Social brille por su ausencia y los trabajadores, asalariados
y pequeños empresarios, vivan de las migajas del capital y sea la cloaca donde
las multinacionales se vengan a
aprovechar de sueldos de miseria y de trabajadores sin coraje.
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