sábado, 19 de mayo de 2012

¡¡¡Gibraltar español!!!



                                                                     




El hecho de que la reina Sofía no asista por indicación del ejecutivo a las celebraciones de la reina Isabel II al cumplir el 50 aniversario  de  haber accedido al trono británico ha sacado a la palestra un tema que nunca debería haber dejado de estar en el foco de atención de todos los españoles y especialmente de  nuestros gobernantes.

La causa próxima de esta actitud del gobierno de España y el correspondiente gesto de la reina  tienen su origen en las acciones  coactivas  de las fuerzas de la Peña impidiendo a los pescadores de la Linea faenar  en aguas  próximas   a la colonia que son de soberanía española, tal y como indica el mismo   Tratado de Utrech que lamentablemente firmó el primer Borbón   Felipe V.

                                                 

Todo lo relacionado con  esa espina y  vergüenza  que España tiene clavada que es la ocupación Británica de ese pedazo de terreno español debiera ser un punto central y casi obsesivo de nuestra política exterior, sin necesidad que se diesen circunstancias especiales como las arriba reseñadas. 

Los ocupantes británicos, a lo largo de estos siglos se han ido apropiando de nuevos terrenos pertenecientes a nuestro territorio, unas veces aprovechándose de nuestra humanidad como cuando nos solicitaron y se les concedió  permiso durante una epidemia  que asoló la colonia  para levantar unos barracones a modo de hospital en  la legua de terreno sita en territorio entonces no invadido por los británicos y que finalmente también ocuparon, o cuando construyeron las pistas de aterrizaje de su aeropuerto en territorio español según las condiciones estipuladas en el Tratado de Utrech, o ahora ampliando artificialmente las aguas jurisdiccionales  tampoco cedidas en el Tratado, al robar terreno al mar  aumentando de este modo el  territorio de la colonia, y de esto modo conseguir más territorio y poder así  extender sus ilegales aguas territoriales. La tierra que utilizan para ese relleno que le sirve para aumentar su territorio   es llevada al Peñón en camiones que entran  procedentes de la península, y nosotros lo permitimos.


                                                  

La actitud británica ha sido durante todo estos siglos de continua   mala voluntad y de menosprecio constante.
A pesar de ello y  de  que los Hijos de la Gran Bretaña son los responsables  del oprobio  que es mantener en nuestro suelo la única colonia existente en Europa  nos hemos convertidos en asociados suyos al habernos  integrado en  organizaciones a las que pertenecían.
Asociaciones como la Unión Europea. La  O.T.A.N. sin haber exigido  previamente que  el  territorio de la colonia fuese  reintegrado al territorio español tal como en  su momento indicó una resolución de la ONU.

Nos encontramos con que  el Peñón, como no podía ser de otro modo al ser  una zona  bajo  autoridad británica, se ha convertido en una cueva de piratas modernos: un paraíso fiscal en el que se blanquea dinero procedente de todo tipo de actividades y un lugar punto fundamental en el tráfico de drogas.

Pero pareciera que el hecho de que una potencia extranjera ocupe una parte de  nuestro territorio no  importase a nadie, y es que en caso contrario la actitud de la población española y de aquellos que nos gobiernan sería muy distinta a la  indolencia  que ambos muestran respecto del tema.

Una gran parte de la población y una no menor parte de los políticos, desde su ausencia de conciencia nacional no siente como agresión o como problema la ocupación del Peñón por parte de los Hijos de la Gran Bretaña. Otros si se oponen a la presencia del estatus colonial e incluso pueden sentirse molestos por ello, ahora bien eso  no se pasa de ser una sensación  que  se concrete  en actitudes o  en petición de actuaciones concretas, y esto es así ya que han caído en un fatalismo paralizante derivado de pensar que  cualquier actitud o acción  será inútil.

Lo que deriva de  ausencia de conciencia nacional en una gran parte de nuestros compatriotas es difícilmente solucionable puesto que las ideas generales que se presentan a través de los medios de comunicación, de lo políticamente correcto y en general del pensamiento imperante  va contra ello y por tanto contra el sentimiento de soberanía nacional referido a la ocupación de una parte de nuestro territorio. A esto hay que sumar la ridícula  asociación entre el ¡Gibraltar Español! y el régimen franquista, consecuencia de esto es  que tanto una derecha acomplejada y una izquierda  resentida rechazan  tomar una  postura claramente nacional en este tema.

Otra cuestión muy distinta es hacer frente al señalado fatalismo y paralización que deriva de creer que no existe  posibilidad de acabar con  la situación colonial y poder recuperar la integridad territorial reintegrando  Gibraltar.
Digo que este segundo caso es muy distinto, y fácil de enfrentar dado que a poco que se conozcan algunas cuestiones el paralizante efecto del fatalismo desaparecerá.
Las cuestiones que han de ser tenidas en cuenta son:
-La ubicación  del Peñón implica que todo los suministros que precisa, el turismo o cualquier otro tipo de acceso a la colonia  deben llegar tras un largo viaje marítimo  pasando la costa portuguesa a menos que pueda utilizar el espacio aéreo, las aguas jurisdiccionales  o el territorio español, si España lo permitiese claro.

                                                        
-En segundo lugar hay que señalar que la población, el comercio y los negocios de la colonia los recibe del  exterior ( absolutamente todo aquello que les permite sobrevivir). Y esto es así ya que carece de cualquier tipo de agricultura, ganadería o industria que pueda cubrir mínimamente esas necesidades.

Las únicas fuentes de ingresos con que cuenta la  colonia británica son tres: turismo, comercio, contrabando y el funcionamiento como paraíso fiscal.

                                                        

Si verdaderamente se quisiese  poner fin a la usurpación que los Hijos de la Gran Bretaña mantienen sobre esa parte de nuestro territorio habría que actuar impidiendo, o al menos haciendo que a los británicos les resultase excesivamente costoso el mantenimiento de  esa colonia, para ello  es preciso  cerrar nuevamente la verja (que por otra parte levantaron ellos). 

                                              

Al cerrar la verja   el turismo desaparecería puesto que  la práctica totalidad entra a través de ella entra a través de España o procede de ella, el aprovisionamiento de los habitantes de la colonia  significaría un tremendo gasto  para el Reino Unido, lo cual les haría replantearse su posesión.
Y por último  el gobierno español debería  actuar  sobre instancias europeas como la Unión Europea, la Organización del Tratado del Atlantico Norte o  ante el Tribunal Europeo  para protestar por la ocupación colonial de parte de nuestro territorio. Del mismo modo habría de recurrir ante la Organización de las Naciones Unidas exigiendo la descolonización y su reintegro a  España, no olvidemos que la O.N.U. 

                                                        
ya nos dio  en su momento la razón y ahora sería exigir  la descolonización. Pero ahora habría que sumar la condición de paraíso fiscal y de  punto fundamental en el tráfico de drogas.
España no puede continuar en las mismas organizaciones si la Gran Bretaña continúa con la ocupación de parte de nuestro territorio y  el gobierno debería  amenazar  con abandonarlas mientras continúe tal situación.


                                                   ¡¡¡Gibraltar Español!!!´


                                                           

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