Dice el refrán: "contra el vicio de pedir está la virtud de no dar", y eso es lo que no ocurre en la relación entre Marruecos y España, ya que los gobiernos españoles han acostumbrado al reino alauí a ver en nuestro país un ente al que se le pueden exigir cosas a sabiendas de que finalmente este terminará por entregarle todo aquello que demanden. Esto no es una afirmación gratuita, no hay más que considerar el tema de la anexión de la antigua provincia del Sahara cobardemente entregada para evitar un supuesto enfrentamiento bélico, y la posterior postura de los sucesivos gobiernos no tomando en consideración los derechos del pueblo saharaui y la puesta en marcha de un referendum o el apoyo al Plan Baker.
No podemos pasar por alto el haber abierto las puertas, retirando cualquier cortapisa, a los productos agrícolas provenientes de Marruecos a costa de los perjuicios económicos que causan a nuestros agricultores.
No olvidemos tampoco la repetitiva reivindicación de la soberanía sobre las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, que aunque gracias a Dios aún no han sido entregada, su pertenencia a España no ha sido defendida de forma inequívoca por la Corona y los sucesivos gobiernos con declaraciones que pongan en su sitio la realidad de una soberanía que no puede ser puesta en duda.
Tampoco se puede pasar por alto el tema de una inmigración masiva que procede de Marruecos y que el dictatorial Estado de Marruecos podría frenar si fuese su intención, por contra aquí se han realizado sucesivas regularizaciones masivas y se ha llevado a cabo una política de reunificación familiar de los inmigrantes.
Ahora llega la desfachatez de solicitar que el 50% de los ingresos que se obtengan por las visitas turísticas a la Alhambra sean entregados a Marruecos, esperemos que tal petición no sea siquiera tomada en consideración.
Parece que en España se ha perdido noción de cual es la realidad histórica. Ha olvidado que el año 711 la península, que no olvidemos constituía una realidad política independiente constituyendo el reino visigodo , fue invadida y ocupado su territorio por tropas procedentes del Norte de África. Esta ocupación se extendió por ocho siglos, durante los cuales se luchó para lograr liberar el territorio de los invasores.
Durante la ocupación no hubo una convivencia pacífica entre ocupantes y ocupados, si no que se sojuzgó a la población autóctona cristiana.
La Alhambra fue construida por los ocupantes antes de ser expulsados, luego no es si no una muestra más de la ocupación.
Con la liberación del territorio patrio pasó a ser propiedad de los legítimos dueños del territorio que fue liberado de la ocupación. Tal pertenencia a los liberadores y legítimos dueños del territorio es absoluta, sin que deba dar a ningún otro país parte alguna del beneficio que se obtenga del uso que hagan sus legítimos dueños.
Si de algún modo se cede a la petición marroquí, no se haría otra cosa que ir contra la historia y atacar la soberanía nacional.
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