domingo, 22 de septiembre de 2019

UN PASO MÁS CONTRA LA HUMANIDAD, LEGALIZAR LA CORRUPCIÓN DE MENORES.


                                                                                     


Hemos asistido en nuestra patria a un acontecimiento, si no absolutamente nuevo puesto que algún comentario favorable al tema que nos ahora nos ocupa ya ha aparecido de manera relativamente oculta y ciertamente minoritaria en los medios.  Nos estamos refiriendo a un acontecimiento que parece ser el que dé comienzo al mecanismo que inicia toda esa ingeniería social dirigida por las élites oscuras, que son movilizadas por gobernantes, legisladores y llevada a cabo en primera línea de combate por los medios de comunicación al servicio de todos ellos. Todo esto, tal y como antes se hizo con otros aspectos tales como el aborto y la eutanasia, busca crear en la opinión pública una actitud positiva que termine implantando en las mentes y almas de la población una transgresión de los  aspectos más básicos de la moralidad y de ese modo invertir completamente la moralidad que nos define como seres humanos, una negación de todo aquello que por naturaleza y designio divino resultan inasumibles para toda sociedad a la que le quede un mínimo de cordura moral.
En este caso se trata de que la sociedad y los individuos que la componen se salten el último tótem moral que junto al incesto sobrevive en esta decadente civilización que padecemos.
Me estoy refiriendo a la publicación en la editorial Innisfree del libro titulado: “Encuentros sexuales con menores”, libro escrito por Datre Vito (seguramente un pseudónimo). Se trata de una obra que busca que la población general normalice el abyecto comportamiento de un adulto que realiza con un menor acciones de tipo sexual.
Para que el lector de esta entrada pueda obtener una idea clara de la gravedad de lo que esta supuesta novela, que no pasa de ser un alegato en pro de la normalización moral en la población y posteriormente su plasmación en la legislación de la pederastia, paso a reproducir las primeras líneas de este texto:
“Nunca olvidaré a la primera menor que me follé. Se llamaba Morena y tenía 17 años, yo 40 recién cumplidos.
Algunos incautos me llamarán de pedófilo, los más ignorantes me tildarán de pederasta, pero no me importa lo más mínimo porque follar con chicas de 16 y 17 años nunca ha sido ilegal en España. De hecho, hasta 2015 la edad de consentimiento sexual estaba establecida en 13 años. Si, una niña de 13 años podía follarse libre y voluntariamente al amigo de su padre o de su abuelo sin que eso fuese delito. Es curioso que en pleno siglo XXI, cuando los niños de 13 años saben más de sexo de lo que sabían nuestros padres a los 18 o nuestros abuelos a los 25 se les prohíba follar con quién ellos libremente decidan por cuestiones de calendario”.

 No reproduciré nada más del libro al que estamos refiriéndonos puesto que se trata de narraciones verdaderamente pornográficas con descripciones sobre relaciones sexuales con menores.
Ahora bien, no quisiera continuar sin referirme a como la parte reproducida literalmente el autor comienza cayendo en ese dicho tan conocido que dice: escusa no pedida acusación manifiesta, puesto que cuando ninguna persona le ha acusado de pedofilia o pederastia comienza escusándose.
En segundo lugar, trata de dar una justificación legal o meramente instrumental de cuál es el grado de conocimiento sexual de los menores como si el conocimiento fuese sinónimo de juicio o capacidad de elección, pero lo fundamental es que en la edad de la adolescencia y pre-adolescencia es cuando el sujeto forma su personalidad y se puede ver afectada muy seriamente por toda una serie de actividades, incluidas por supuesto las sexuales. Hay que tener en cuenta que además de los problemas en esas edades en la edad adulta esos menores pueden desarrollar importante sintomatología psicopatológica a causa de la disonancia cognitiva que a buen seguro se producirá al chocar de manera inevitable los principios morales naturales respecto a la actividad sexual de menores con el recuerdo de los comportamientos llevados a cabo   con adultos cuando aún eran menores de edad.

                                                                 
 Y conste que voluntariamente he pasado por alto la cuestión moral, y no por carecer de gran importancia sino por centrar el tema en la tergiversación de la realidad y la manipulación de la sociedad y sus componentes.

El escritor y la editorial  de la obra tratan de ocultar sus últimas intenciones señalando que se enfrentan  tanto a podemitas como a feministas debido a que tanto unos como otros se oponen a la pornografía, pero esa no es para nada la finalidad, ya que esa lucha a favor de la pornografía, revestida de lucha por la libertad,  no pasa de ser un eslabón más en esa ingeniería social que busca desmontar la arquitectura moral básica que hace del ser humano un ente  material dotado de espíritu y creado a imagen y semejanza de Dios.
En el caso que nos ocupa   se trata de aniquilar una columna moral básica sin la cual nos acercaríamos a ser un mero ente animal vaciado de cualquier norma objetiva, ya que si los pilares básicos como la vida y la inocencia infantil pueden ser  sacrificados nada puede frenar a una voluntad humana moldeada por la voluntad y los intereses de la élite globalista dirigida por los sionistas y la masonería.

                                                                


Y que nadie se lleve a engaño, lo que en esta obra se defiende es la corrupción y el abuso de los menores, corrupción en tanto que se permite personas adultas utilicen a menores que no tienen formada su voluntad, su sistema de valores y que son fácilmente  manipulables, y por eso mismo es abuso.


                                                                 

1 comentario:

  1. Es un placer tenerle de nuevo por aquí.
    como siempre, usted tan acertado en sus publicaciones.

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