miércoles, 17 de mayo de 2023
EL PRECIO DE UNA ENTREVISTA.
lunes, 24 de abril de 2023
LA LUCHA CONTRA EL MUNDO RURAL, CONTRA LOS MEDIOS NATURALES Y LA ENERGÍA , UNA FORMA DEL GLOBALISMO DE ACABAR CON UNA ESPAÑA SOBERANA.
martes, 18 de abril de 2023
EL HOMBRE ESPAÑOL PERSEGUIDO POR LA LEY. PEDIR ASILO POLÍTICO, INTENTO DE DEFENDERSE.
viernes, 14 de abril de 2023
ACUDIR A LA CORONACIÓN DEL REY DE INGLATERRA, UNA AFRENTA A LA SOBERANÍA ESPAÑOLA.
miércoles, 1 de febrero de 2023
LA GUERRA DE UCRANIA, UN NEGOCIO PARA ESTADOS UNIDOS. LA ENTREGA DE ARMAS A KIEV UN SUICIDIO PARA EUROPA.
Es una
verdadera agresión, una traición, la que está padeciendo en estos momentos la
población española por parte de sus gobernantes. Las medidas que está tomando
esta gentuza están dañando de manera grave nuestra economía, afectando
especialmente a los precios de la energía y con ello a todos los demás
productos.
Hay que
señalar que con ser graves las consecuencias económicas no son las más
peligrosas puesto que estas medidas muy probablemente conducirán a que nuestra
nación pase a formar parte de una confrontación bélica que se extenderá por
toda Europa y en la que nos veremos involucrados sin tener ninguna razón para
ello, sin tener nada que ganar y sí muchísimo que perder.
Como habrán
podido suponer estoy haciendo referencia a esta absurda política de entregar
armas al régimen ucraniano de Zelensky, de que nuestro ejército entrene a sus
tropas y de tomar una posición abiertamente favorable al régimen de Kiev. De
esta manera nos estamos creándonos sin razón alguna un enemigo como es Rusia.
España,
bueno sus autoridades, está llevando a cabo una política de seguidismo rastrero
y baboso de la O.T.A.N., es decir de los useños, estas decisiones políticas están
poniendo de manifiesto una vez más que nuestro país no tiene soberanía alguna.
Para colmo de males encontramos que defender los intereses de la población
nacional no entra dentro de las prioridades de los que nos gobiernan. Estos
politicuchos no dejan de ser meras marionetas que obedecen las ordenes de
aquellos que les controlan y a los que supeditan todas sus decisiones.
Las medidas
que ha venido tomando, toman y seguramente seguirá aplicando el gobierno
socialista, aunque sin duda un gobierno del partido popular haría más de lo
mismo dado su seguidismo atlantista y sumisión a la política norteamericana, no
tienen defensa alguna.
Todas esas
más que probables consecuencias sólo se habrían tenido en consideración caso de
que se hubiesen tomado las medidas pensando en cuenta el bienestar del pueblo
español. La razón de tomarlas no ha sido otra que ceder a la presión política y
económica del “amigo americano” y a la de sus protectorados europeos, léase
O.T.A.N. y U.E.
La única
realidad es que gracias a esta política atlantista vasalla de la de los Estados
actualmente estamos en guerra contra la Federación rusa, y lo estamos dado que
pertenecemos a la O.T.A.N. La cual con la entrega de armas, incluidos tanques y
próximamente aviones de combate, está de hecho participando en la denominada
guerra de Ucrania, que en realidad es la guerra de la O.T.A.N. contra Rusia.
Una guerra que se alimenta y eterniza, con el consiguiente aumento número de
muertes, sufrimiento y destrucción que esto provoca.
Todo este conflicto bélico que tiene su origen en el golpe de Estado del euromaidan del 2014 que alentó la Unión Europea y puso en marcha la inteligencia de la alianza atlántica a la sombra del “aliado americano” por un lado provoca una enorme pérdida de vidas ucranianas y rusas, así como la caída de las economías europeas con el consiguiente empobrecimiento de la población. Pero todo esto no parece tener importancia alguna para los gobernantes occidentales y no parece importar que la consecuencia de todo esto sólo sea positiva para la economía norteamericana, sobre todo la industria militar y energética, las cuales están obteniendo pingües beneficios a través de la compulsiva venta de armas a las fuerzas militares ucranianas y a los países europeos que de manera tan esplendida regalan armas de manera ilimitada a Kiev, un armamento que después han de reponer con nuevo material que compran a los E.E.U.U. De la misma manera la venta de gas norteamericano, más caro y de peor calidad que el gas ruso, a Europa se ha disparado puesto que debido a las sanciones impuestas a Rusia, curiosamente instigadas y decididas por el gobierno norteamericano. Es decir, de la continuidad de este conflicto depende en gran medida el saneamiento y supervivencia de la economía de los Estados Unidos, una economía que en estos momentos se encuentra en serias dificultades dada la problemática financiera y el aumento del poder de una China cada vez más fuerte económica y militarmente.
Teniendo en
cuenta esta realidad se entiende cual es la razón por la que tanto
E.E.U.U. como sus colonias europeas
parecen buscar una eternización del
conflicto y luchar de manera activa
contra cualquier tipo de negociación o acuerdo que pudiera dar lugar a
una paralización de los enfrentamientos o, tal y como se ha puesto de
manifiesto con los acuerdos de Minsk que en palabras de las autoridades alemanas y polacas sólo sirvieron para dar
tiempo para que el régimen ucraniano se armase y no para acabar con los criminales
ataques que el ejército ucraniano realizaba contra la región del Donbass.
En lo que
respecta a España a todo esto habría que añadir que con la “generosa” entrega
de armas a Ucrania nuestro país está prescindiendo de unos medios militares que
en la actualidad resultan absolutamente necesarios para mantener unas
medianamente efectivas fuerzas armadas con las que poder hacer frente a un país
enemigo, Marruecos, cada vez más y más armado que amenaza de manera seria la
integridad de nuestro territorio.
La
vergonzosa política exterior española parece no tener en cuenta que Marruecos
es un aliado preferente de los Estados Unidos, cosa que España no es, con lo
que en caso de conflicto con el vecino del sur el armamento de procedencia
norteamericana, que es la práctica totalidad, no recibiría los recambios
precisos para mantener un enfrentamiento cuando no sería directamente vetado su
uso contra un aliado suyo como es Marruecos. A esto que hemos señalado con
respecto a la actitud más que probable del país norteamericano en un enfrentamiento
del nuestro con el reino alauí habría
que añadir que la O.T.A.N., esa organización a la que pertenecemos aún estando ocupada una
parte de nuestro territorio, Gibraltar, por un país que forma parte de la
Alianza Atlántica, Gran Bretaña, se niega
a que las ciudades españolas de
Ceuta y Melilla y las Islas
Canarias estén bajo la protección de la
O.T.A.N., con lo que dependeríamos exclusivamente de nuestra mermadas fuerzas armadas
para defender el territorio nacional.
Con estas
políticas que lleva adelante el gobierno en el tema del conflicto ucraniano
están poniendo también en riesgo la vida de muchos militares que forman parte
de los por ahora pequeños contingentes presentes en los países del este que
hacen frontera con la Federación rusa. Somos tan tontos que vamos a luchar por
defender, supuestamente, las fronteras de una O.T.A.N. que se niega a defender parte de nuestro territorio.
Lo único
cierto es que la guerra que en estos
momentos se desarrolla en Ucrania es un gigantesco negocio para los Estados
Unidos, un negocio al que contribuyen
sus aliados-siervos de la Europa Atlantista, pero parece que en algunos
países una parte de las poblaciones y de
sus dirigentes comienzan a protestar por este negocio yanki que terminará
por arruinar a Europa, a sus economías y por supuesto que pondrá en peligro
la seguridad de su población.
domingo, 29 de enero de 2023
ESPAÑA DEBE RESURGIR DE SUS CENIZAS.
¿Cómo ha podido pasar España de ser una nación poderosa,
faro del mundo y orgullosa de sí misma a convertirse en un país débil, acomplejado
y ejemplo de sometimiento? ¿Cómo el pueblo español ha dejado de lado su misión
histórica para pasar a avergonzarse de su historia y sentir un complejo de
culpa paralizante que le lleva a ni siquiera defenderse de los ataques de sus
enemigos, internos y externos?
Aunque pueda no parecerlo la respuesta es relativamente
sencilla. España y el pueblo español han sido sometidos desde hace siglos, pero
muy especialmente en las últimas décadas, a un ataque masivo y continuado
perfectamente pergeñado por sus enemigos y los enemigos de la religión católica.
Un ataque que debido al vaciamiento espiritual y a la ruptura de la conciencia
nacional ha terminado cuajando en la población.
Un ataque que utilizando una ingeniería social destructora ha ido
abriendo ventanas de Overton para lograr apartar a la población de su más
profundo ser cristiano, de su misión y de su historia. Ha cambiado sus
costumbres y actitudes, de manera que han conseguido subvertir sus creencias.
Todo eso ha convertido a la población en un grupo de
personas desnortadas que se avergüenzan de su pasado, de su realidad y de su
propio ser. Unos españoles que han pasado a ver en el resto de las
cosmovisiones algo positivo, sobre todo en la anglosajona, y en la propia todo
lo negativo.
Si a todo esto le sumamos que los gobernantes, con alguna
honrosa excepción, que han dirigido los destinos de la patria han colaborado
con el enemigo, bien por cobardía, por obediencia a las logias a la que pertenecían,
bien por ceder a chantajes o sobornos. España ha sido siempre traicionada.
Ante el terrible panorama que encontramos sólo queda luchar,
pero no se puede luchar si previamente no se ha concretado cual es el enemigo y
no se puede vencer si durante la lucha no tomamos en consideración cuales son
las tretas a las que más suele recurrir el enemigo para vencernos o
debilitarnos.
El enemigo que en este momento amenaza y ataca a España,
como al resto de la humanidad, es ese globalismo apátrida que busca acabar con
la soberanía de los países, dividirlos y a través de todo ello esclavizar a la
humanidad. Pero si nos referimos a España en particular y a la comunidad hispana
en general, el ensañamiento y la persecución ha sido y es mucho mayor dado que
desde hace siglos España y los países hispanos han sido, y en parte continúan
siendo, el último reducto de ese catolicismo al que tanto odian y que combaten
a muerte.
Es decir, en este
momento nuestro enemigo es el globalismo, el poder anglosionista y la Agenda
2030. Todos aquellos que apoyan directa o indirectamente ese proyecto
globalista han de ser vistos como enemigos de la peor calaña. Dentro de este
mismo punto hemos de considerar como arietes por ellos utilizados a todas esas
personas, grupos e ideologías que pretenden dividir a la sociedad para así
debilitar a la nación (lucha de clases, ideología de género, partidos
políticos, así como los movimientos separatistas).
No olvidemos que en este combate no podemos caer en la
cobardía de plegarnos a lo políticamente correcto, no podemos seguir sus
terminales mediáticas (televisión, radio, prensa y películas o publicaciones).
Hemos de centrarnos en una información y en unos medios apartados de la
oficialidad, de eso que censuran denominándolo fake news.
Hay algo que nunca se puede olvidar, estamos ante un combate
espiritual que ha tomado cuerpo en la tierra, es por ello que no podemos dejar
de lado este aspecto espiritual y trascendente que Jesucristo Dios Hijo
personifica en la Iglesia católica, una Iglesia católica contra durante siglos
ha luchado el Mal hasta llegar a sus más altas jerarquías(…).
SI SE LUCHA SE PUEDE PERDER, PERO SI NO SE LUCHA YA SE HA
PERDIDO.
lunes, 23 de enero de 2023
SÓLO UNA ASOCIACIÓN HISPANA PUEDE SALVARNOS DE LA ESCLAVITUD.
Realmente durante
los últimos siglos Europa terminaba en los Pirineos, y esto era así debido a que
España constituía un anacronismo para una Europa liberal alejada del
catolicismo. Era un cuerpo extraño que aunque geográficamente formaba parte del
continente no pertenecía a él ni espiritual ni políticamente. Y esto era así dado
que tanto su identidad como su cosmovisión eran, desgraciadamente lo digo en
pasado, diametralmente opuesta a esa identidad que se adueñó de la mayor parte
de la Cristiandad y que políticamente conformaba y conforma la realidad de eso
que pasó a denominarse Europa.
Esta transmutación se produjo cuando esas
naciones y pueblos abrazaron el protestantismo de la reforma y el liberalismo
de la revolución francesa.
Esa distintividad
española por desgracia ha desaparecido y nuestra patria ha pasado de ser luz de
Trento a convertirse en una oscura cueva llena de basura que en lugar de
evangelizar corrompe.
Resulta que a
través de un ejercicio patético consecuencia de un complejo de inferioridad, no
por impuesto menos real, nuestra España lleva cientos de años buscando
asimilarse a una Europa protestante y liberal que en nada se asemeja a su más
profunda identidad, renegando para lograrlo de su propia identidad.
Ocurre que cuando un pueblo reniega de su íntima
realidad buscando con ello asimilarse a otros que tienen una identidad
diferente, cuando no opuesta como es el caso, se cae en el mayor de los
ridículos. En esos momentos afloran los mayores fanatismos, aparece la
intolerancia del converso que a toda costa quiere demostrarse y demostrar que
no es el de antes, de esta manera el que ha renegado de su realidad más
profunda se precipita por una pendiente imparable de artificialidad, una caída en
la que tras bellas palabras como libertad y tolerancia esconde la intención de
imponer a todos, pero especialmente a aquellos que conservan la identidad que
ha traicionado, esa nueva identidad que imagina haber adquirido.
Pero la única realidad es que por mucho que
ese pueblo trate de evitarlo no dejará de ser una copia grotesca de aquellos
pueblos a los que trata de emular, siendo así que bien se quedará a las puertas
de la realidad que busca o la exagerará hasta el fanatismo. Y es que la copia
nunca alcanzará a ser similar al original que persigue ser.
Ocurre que la
identidad, al igual que la historia, marcan indeleblemente la realidad más
profunda de un pueblo, un pueblo que podrá intentar asimilarse a otros que a su
vez tienen una identidad, una historia y un destino distintos. Pero ocurre que
al renegar de su identidad no conseguirá otra cosa que convertirse en una
caricatura penosa de lo que era en un bufón sometido a la voluntad de ese al que
intenta emular, y lo será dado que una copia será siempre una copia, una ser
que será despreciado y minusvalorado.
Y este es el
sino de la triste y oscura España de la actualidad, vivir renegando de su
identidad siendo despreciada por aquellos a los que de modo pueril y pacato trata
de copiar.
La única
solución para revertir este autodestructivo proceso, si no es demasiado tarde
para llevarlo a cabo, es regresar a esa profunda identidad que le daba forma y confería
estabilidad. Este regreso a identidad propia nunca podrá llevarse a cabo tratando
de montar un puzle con retales derivados de realidades históricas, ideológicas
y morales distintas a la propia. Es así que España debe dar la espalda a esta
Europa liberal, anglosajona y protestante que en el fondo nos desprecia y
volver la vista a Hispanoamérica para todos unidos, los de ambos lados del
“charco”, recuperar nuestra fortaleza e identidad.
Debe quedar
diametralmente claro que cuando hablamos de hispanidad no nos estamos
refiriendo sólo a una religión, a una realidad racial, a una lengua común o a
una cuestión mercantil o industrial, aun siendo todas ellas partes
fundamentales de ella.
La
hispanidad es una realidad que va mucho más allá de una mera concepción
material, geográfica o instrumental, es una cosmovisión que deriva, lo quieran
o no algunos, de la visión católica de la existencia por parte de los
individuos, las sociedades y las naciones. En el fondo se trata de una manera
de vivir buscando la verdad, la vida y poniendo el bien común por encima de los
intereses materiales del individuo.
El objetivo
que a mi modo de ver debería marcarse España es crear una suerte de asociación
hispánica de naciones regresando a nuestro verdadero ser y dejando de lado esa
Europa anglosajona protestante y liberal que en el fondo nos detesta, aunque
muchos no quieran verlo.
Este
objetivo debería constituir una política de Estado a la que habrían de plegarse
los intereses cortoplacistas electorales de los partidos y gobiernos. Siendo
sustituidas todas las timoratas decisiones propias de la visión miope del
cortoplacismo partidista por unas medidas subordinadas a alcanzar un objetivo teniendo
muy claro que el objetivo final no podrá alcanzarse si no a largo plazo.
Ahora bien, para
que este proyecto de aglutinar a las naciones hispanas de ambos lados del
Atlántico, , sea posible España no podría tener un papel distinto al de ser un
mero aglutinador respetando las soberanía e identidades propias de las actuales
repúblicas.
En un primer
momento habría que crear una íntima y extensa colaboración industrial y de
servicios acompañada de una unificación monetaria para los intercambios
comerciales entre las distintas naciones hispanas, pero teniendo muy claro que
esta primera medida no sería otra cosa
que un paso para llegar a una unificación de mayor calado que la meramente
económica. Este primer paso resultaría imprescindible puesto que lo primero es
que nuestras naciones dejasen de ser colonias de los intereses financieros y
políticos de los Estados Unidos.
En un
segundo paso se buscaría acabar con el dominio cultural e ideológico a través del
cual se encuentran sometidas todas y cada una de las naciones hispanas.
Pero no
sería posible siquiera implementar estas primeras medidas si previamente no se
acaba con esa mentalidad antiespañola derivada de la Leyenda Negra que ha
calado entre muchos ciudadanos hispanos, tanto americanos como europeos. Caso
de no ser así todo intento de poner en marcha esta empresa estaría abocado al
fracaso.
Ciertamente
el esfuerzo y sacrificio que exige poder alcanzar este ambicioso objetivo es
tremendo, pero en la época globalista en la que nos encontramos resulta
indispensable puesto que de otro modo nuestras naciones caerán irremisiblemente
en la más absolutas de las esclavitudes económicas y nuestra identidad, cultura
e idiosincrasia serían borradas del mapa por el colonialismo anglosajón.
Nuestros
pueblos y sus dirigentes han de ser plenamente conscientes de que sólo mediante
la unidad y la defensa mutua de nuestras peculiaridades podremos pasar a ser
actores de nuestro futuro y no meros espectadores como actualmente ocurre.
En estos
momentos rendirse ante la realidad que nos somete no es una opción.
jueves, 19 de enero de 2023
ASISTIMOS A UNA GUERRA CONTRA EL SER HUMANO.
La población
en general, entre la cual por supuesto me incluyo, para nada es consciente de
hasta que punto es crítica la situación por la que en estos momentos atraviesa
la humanidad.
Y es que en los tiempos que nos ha tocado vivir,
y sufrir, se está desarrollando una lucha a muerte, un enfrentamiento que en el
fondo es un combate espiritual, que confronta una humanidad aún dotada de
cierta libertad interna, con fuerzas que por todos los medios la tratan de
esclavizarla física, mental y espiritualmente.
El fin que
persigue este globalismo materialista no es otro que esclavizar al hombre,
suprimir su trascendencia y apartarlo del camino hacia la divinidad.
Estas
fuerzas a las que nos enfrentamos se sirven de todos los medios imaginables,
especialmente de nuestras debilidades y miedos, para mediante una excelentemente
preparada y no menos diligentemente aplicada ingeniería social cambiar las más
profundas realidades que conforman la identidad humana.
Como he
apuntado de pasada unas líneas atrás uno de los medios que con más reiteración
y éxito utilizan estás fuerzas que tratan de esclavizar y vaciar de contenido
al ser humano es jugar con nuestros miedos, crear situaciones que extiendan ese
miedo para así movilizar la desesperanza, una desesperanza que llevará a desarrollar
una desesperación paralizante que inclusive nos mueva a pedir su protección y
ayuda aún a costa de sacrificar para ello nuestra libertad.
Y es que
como muy sabiamente decía una estrofa del himno de los tercios “sólo es libre
el hombre que no tiene miedo”.
Al igual que
conocer esta relación entre el miedo y la falta de libertad no hemos de olvidar
que nada une más a un grupo humano que combatir a un enemigo o defenderse de
una amenaza común. Siendo esto así se hace imperioso concretar cual es en este
momento nuestro enemigo y que es lo que nos amenaza, puesto que sólo de esa
manera podremos unirnos para defendernos de este ataque y de esta manera no
caer en el derrotismo que puede provocar el miedo, ni en la cobardía de ceder
ante lo políticamente correcto.