Escribo
estas líneas sumido en la mayor de las confusiones, lo hago desde un
desconcierto que me asalta después de años durante los cuales he tenido un
claro convencimiento de cual era mi postura ideológica y cual debía ser mi
conducta respecto a las elecciones derivada de esta.
Consecuencia
de todo ese convencimiento es que hasta ahora no he acudido a votar ni en una sola de
las convocatorias electorales que se han realizado desde el comienzo de este
nefasto régimen del 78, y no lo he hecho por coherencia a mis convicciones
de falangista que no aceptan que la representación popular se exprese a
través de ese lupanar que son los partidos políticos y también por mantener esa
misma coherencia con mi condición de católico tradicional que considera que la Verdad existe independiente de lo
que exprese la mayoría y que está se encuentra supeditada a la voluntad divina
y no a esa entelequia denominada soberanía popular.
Durante todo
este tiempo he considerado que votar era una suerte de colaboración con los que
destruían la esencia y realidad nacional, y lo hacía dado que tenía la certidumbre de que votando estaría aportando legitimidad a un sistema que amén de ilegítimo era
responsable de la decadencia que sufría España y del camino hacia el abismo que
la patria y los españoles estaban transitando.
Ya en dos
últimas convocatorias electorales me he torturado planteándome seriamente si el
hecho de negarme a ir a votar no era una cabezonería, una pose
interior o una respuesta pueril ante la triste y grave situación por la que
atraviesa España. Me acusaba de un cierto envanecimiento para justificar la
inacción en los frentes de lucha diferentes a la lucha electoral.
Ante la
convocatoria electoral que se aproxima, en mi mente se repiten esos mismos planteamientos a los
que antes me he referido, pero en este caso agudizados por el gravísimo peligro
que ahora pende sobre la Unidad Nacional con el tema del secesionismo catalán y
por el peligro que la inmigración ilegal masiva representa para la continuidad
misma de España como tal, es decir el gravísimo peligro que corre la identidad
religiosa, cultural, histórica, social y hasta racial que la constituye como
ente único y diferenciado.
Pero a pesar
de todas las certidumbres ideológicas que me empujan a no votar se dan otras
que cada vez se hacen más poderosas, unos postulados que mantienen que ahora sólo
disponemos de este camino para cambiar la situación o al menos reducir algo la velocidad del avance que gravemente pone en riesgo la unidad nacional y la supervivencia
de nuestro país, así como la continuidad de la civilización occidental en
general.
Tratando de
encontrar una solución a este dilema en el que chocan dos realidades
incompatibles, pero no por ello vacías cada una de ellas de razones que las
sustentan, me he ido acercando a la idea de votar en las elecciones europeas a
ADÑ (coalición electoral en la que participan FE JONS, Democracia Nacional,
Alternativa Española y la Falange) y en las generales a VOX, muy a mi pesar
dado que su sionismo es manifiesto.
El hecho de
no ver otra posibilidad de actuación para evitar la decadencia y destrucción de
España y el considerar que sacrifico mis tendencias ideológicas personales en
pro de los intereses nacionales me ha llevado a aceptar de manera menos
traumática esta decisión de acudir a votar y hacerlo a estas dos agrupaciones
políticas.
La decisión
de votar a ADÑ en las elecciones europeas no me resultó especialmente difícil
puesto que ideológicamente me encuentro cercano a sus planteamientos
nacionalsindicalistas, a su concepción cristina de la identidad española al
igual que comparto su crítica total al sionismo. Pero además de todo ello y parejo
con lo señalado se encuentra la idea de que mi voto pudiese servir para que se
forme un grupo identitario fuerte en el parlamento europeo junto a representantes
de otras agrupaciones patriotas europeas, la presión de este grupo
parlamentario podría poner freno a la invasión de Europa que lleva a cabo la
inmigración ilegal principalmente musulmana y/o subasahariana.
En cambio la decisión
de votar a VOX en las nacionales me resultó muchísimo más complicada de afrontar dados sus principios
políticos constitucionales, el ser favorables a la continuidad en la U.E. así como el apoyo al Estado de Israel.
Aunque sólo con pensar que votándoles podría contribuir a poner freno a la veloz galopada que lleva a la ruptura de la unidad nacional y al suicidio social al cual conduce la aplicación de la demencial ideología de género, o la muerte de la identidad que causa la inmigración ilegal masiva me veía en capaz o en la obligación de tomar en consideración el votarles.
Aunque sólo con pensar que votándoles podría contribuir a poner freno a la veloz galopada que lleva a la ruptura de la unidad nacional y al suicidio social al cual conduce la aplicación de la demencial ideología de género, o la muerte de la identidad que causa la inmigración ilegal masiva me veía en capaz o en la obligación de tomar en consideración el votarles.
En los últimos
días apareció una noticia que me sirvió para
hacer más “tragable” el
votar a VOX, me estoy refiriendo a unas
informaciones que hacían referencia a que este partido político había recibido
apoyo económico procedente de Irán para
que VOX se pudiese organizar e
implementar su organización interna a nivel
nacional y así poder presentarse
con unas mínimas posibilidades de éxito, y digo que estas informaciones me hacía más tolerable aceptar
el votar y hacerlo a un partido que se declaraba sionista, puesto que el hecho de esa ayuda me hacía replantearme el que fuese realmente sionista, dado que un país como Irán que se declaraba de manera rotunda enemigo del Estado de Israel difícilmente podría dar apoyo económico a un partido sionista.
Pero la duda sobre el sionismo de VOX se transformó en un argumento más para no votarles, y por tanto no
votar, dado que ellos mismos señalaron que ciertamente recibieron dinero proveniente de Irán
para financiar su creación como partido político y su organización electoral, pero según dijeron no procedió del régimen iraní sino de la
oposición a dicho régimen, es decir que directa o indirectamente habían estado,
si es que no lo siguen estando, apoyados-dirigidos por Israel, ya que la oposición
a Irán la dirige y apoya el Estado judío, dado que en Irán tiene el Estado judío el mayor enemigo.
Si a todo
esto le sumamos que tras el movimiento secesionista catalán y el proceso que
busca la ruptura de la unidad nacional se encuentran los tentáculos movidos por
Israel, que la inmigración ilegal masiva y descontrolada que busca la
implementación del Plan Kalergi también se encuentra la mano de Israel y la de sus sicarios
“filántropos” como Soros y sus O.N.G.s. Me resulta difícilmente aceptable
encontrar una razón que pueda hacer
moverme de mi antigua opción de no acercarme a votar, excepción hecha de en las europeas a ADÑ.
Resumiendo,
por un lado encuentro argumentos de sobra para no votar, o hacerlo sólo en las
europeas a ADÑ, mientras que por otro no quiero ser culpable por omisión al no
haber participado en algo que quizá sea lo único que en estos momentos se puede
hacer en favor de España.
En dos
palabras: ESTOY CONFUSO, no quiero que ningún tipo de interés o intención personalista pueda hacer que mi decisión de no votar pueda evitar en lo más mínimo cierta mejora en España.
No te comas la cabeza, un voto más o un voto menos no va a ningún lado. Yo los domingos que hay elecciones los aprovecho siempre para salir de Madrid y disfrutar de lugares que normalmente suelen estar llenos de gente otros fines de semana.
ResponderEliminarGracias Sergio, lo único que quiero es acertar a la hora de votar o no hacerlo, la verdad es que por principio quisiera no hacerlo, pero lo que no quiero es dejar de luchar en ese campo si es el único en el que hoy por hoy puedo hacer algo.
ResponderEliminarQuizá me esté comiendo la cabeza tontamente pero me asaltan dudas.
El mes que viene hago 49 años y yo si que he votado en casi todas la convocatorias de elecciones . Tengo que añadir que nunca he votado por el partido que a ganado las elecciones , siempre he votado a partidos minoritarios . Y en estas elecciones seguire votando como siempre y para variar , seguire votando a un partido minoritario . Esta vez tengo pensado votar a ADÑ en todas las convocatorias . Vox no es de las peores opciones , pero es superior a mi votar por un partido pro-sionista declarado públicamente . Lo que si espero con anhelo es el batacazo de los 4 grandes .
ResponderEliminarSilleros3, Felicidades anticipadas. Finalmente votaré a ADÑ en las europeas.
ResponderEliminarUn saludo.