Hay una
cuestión que explica el funcionamiento y la evolución de los asuntos
internacionales, un tema que se suele pasar por alto pero que nos sirve para
comprender la marcha de la historia y el acontecer de los sucesos que han marcado
el desarrollo de la historia humana de al menos los últimos siglos.
Pero no
podremos alcanzar el conocimiento de ello si no tomamos en consideración lo que celebran ciertos grupos étnicos así como la manera
en que llevan a cabo esas festividades, pues lo que festejan y la forma en que lo hacen marca su manera política de actuar, y esto es así dado que establece su visión del mundo, su relación con
el resto de la humanidad y por tanto el
grado de agresividad, de pugna así como la manera en que busca y/o provoca el
enfrentamiento entre los otros para de esa manera vencerlos y controlarlos.
Lo que festejan muestran el grado de animosidad hacia los otros.
La
influencia de estas festividades que ponen de manifiesto la idiosincrasia de
los pueblos tendrá mayor o menor peso en la historia pasada, presente y futura
de la humanidad en función del poder, directo o encubierto, que haya tenido o
tenga en las relaciones internacionales o el peso como poder en la sombra.
Es por todo
lo hasta aquí señalado que considero fundamental realizar un análisis profundo de
la festividad más importantes y más reveladora, de uno de los grupos étnicos,
por no decir el que más, influencia ha tenido y tiene en la historia de la
humanidad. Como a buen seguro todos habrán deducido me estoy refiriendo al
pueblo judío.
De todas las
festividades que este pueblo celebra (Succot o fiesta de los tabernáculos, Yom Kippur o día de la expiación, Janucá, Pésaj, Shabuot, Pascua, día de la Independencia y Purim) nos vamos a
centrar en el Purim dado que es la celebración que claramente pone de
manifiesto su condición, al ser la solemnidad más
gozosa y que entre sus preceptos exige el ser feliz, mantener una actitud
alegre y que permite incluso emborracharse.
Actitud de
gozo, alegaría y felicidad que, al menos para nuestra concepción moral, choca pues celebran la traición, el engaño y el genocidio. Aspectos que recuerdan y tan alegremente celebran desde la más tierna edad.
Tomando en
consideración todo ello los no judíos podremos alcanzar una compresión del
inconcebible odio que esta primitiva celebración judía provoca, siendo así que el
asesinato, el odio y la venganza hacia los que consideran sus enemigos pasa a
formar parte de la naturaleza del pueblo judío.
Según la
religión judía, Purim significa “tierra de los lotes” y proviene de la
afirmación judía de que Amán, primer ministro del rey de Persia Jerjes, al que
los judíos llaman Asuero, habría planeado matar a todos los judíos de su
imperio (¿estamos ante una nueva victimización de los judíos para justificar
sus acciones y conseguir sus planes?).
La esposa de
Jerjes era la judía Ester, la cual intercedió junto al judío Mordejai para que ejecutaran
a Hamán y permitiera que los judíos acabasen con aquellos que consideraban sus
enemigos. De todos estos supuestos acontecimientos no hay evidencia histórica
ni arqueológica distinta a los escritos de Ester, es decir la visión judía.
El libro de
Ester registra que Hamán y sus diez hijos fueron ahorcados y 75000 persas
fueron asesinados por los judíos.
Es decir que
los judíos se sirvieron de la influencia de la judía Ester sobre un rey gentil,
no judío, para que este hiciese el trabajo sucio que ellos habían ideado,
exactamente igual que hoy hacen al realizar los atentados de falsa bandera o
presionan mediante sus lobbies para que Estados Unidos haga guerras.
El mismo
libro de Ester explica la manera en que engañó al rey para que creyera que Amán
había cortado su amada arboleda, es la misma Ester la que explica que Hamán no
lo hizo y que fueron los ángeles los que lo hicieron y se aparecieron a los
guardianes de la arboleda como Hamán, repetimos que esta es la versión de
Ester.
A lo largo
de los siglos se ha venido repitiendo entre los judíos la celebración de una
mentira, del asesinato de una familia y del genocidio de decenas de miles de
inocentes, todo ello se ha intentado de justificar bajo la idea de que se acabó
con antisemitas (¿No suena esto mucho al holocuento y a la torpe justificación
que hace Israel de la masacre contra los palestinos?).
La fiesta
del Purim se ha convertido en una sorprendente orgía de símbolos de crueldad movidos
por el odio y que empuja a desarrollar una mentalidad criminal basada en un
odio sustentado por una manía persecutoria que utilizan para justificar
cualquier acción criminal que perpetren.
Desde hace
siglos y siglos los niños los judíos golpean en las sinagogas las ramas
recreando la paliza de Hamán. Del mismo modo gritan y maldicen su nombre
durante la lectura que denominan Megillah, relato judío de la masacre de Hamán,
sus hijos y de los 75000 persas.
La duración
de la lectura de la Megillah puede oscilar entre los veinte minutos y la hora y
media. Esta duración dependerá de la reacción al nombre Haman, si la multitud
se vuelve histérica gritando cada vez que se lee el nombre del primer ministro
del rey persa la duración de la lectura será mayor, cosa que ocurre en la
mayoría de los servicios. El objetivo de esta costumbre es vengarse de Haman
abucheándole, silbándole, maldiciéndole e incluso golpeándole con varas.
No debemos
olvidar que toda esta expresión de odio y de memoria gozosa respecto de una
mentira que produjo el asesinato de miles de inocentes se produce dentro de la
sinagoga, supuestamente una casa de oración.
Pero este
despliegue de odio no parece ser suficiente para la enferma y cruel mentalidad
judía, aún hemos de referirnos a los alimentos que se preparan especialmente
para el Purim, siendo los más famosos los Hamantaschen y las Keplach.
Los Hamantaschen son bolsas de masa rellenas
de masa de forma triangular que simbolizan las orejas de Haman, mientras que
las Kreplach son bolsas rellenas de carne molida que simbolizan la carne batida
de Haman.
Hamantaschen.
Kreplach.
Hay que
considerar que el Purim es una incitación a la violencia, no tan solo una
sátira sobre un acontecimiento lejano en el tiempo y en el espacio. Un claro
ejemplo de esta incitación al odio lo encontramos en la noticia que presenta el
Jerusalem Post de 26 de febrero de 2007, en ella informa de que los extremistas
judíos estaban organizando a 10 000 niños judíos para orar por la muerte del ex
presidente iraní Ahmadinejad, “Esperando una reaparición moderna de la
milagrosa historia de Purim de un gobernante persa, un cabalista con sede en
Jerusalén espera luchar contra el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad.
Amenaza con oraciones de los niños.”
En la
historia de Purim se recurre a una supuesta conspiración para matar a judíos en
masa con la intención de justificar que los judíos pueden cometer un genocidio.
Estamos ante el histerismo paranoico sustentado en la ausencia de moral del
judaísmo talmúdico.
Ahora los
extremistas sionistas, que tienen un inmenso poder en los medios de
comunicación y gobiernos de casi todo el mundo, están planeando llevar a cabo
un nuevo genocidio.
En esta ocasión la víctima sería Irán,
presentando al régimen iraní como un enemigo mortal para Israel basando tal
peligro en unas supuestas declaraciones del presidente iraní en las que habría
pedido “borrar a Israel del mapa” (declaraciones manipuladas y sacadas de
contexto). Combinan esta repetida mentira con el hecho de la búsqueda pacífica
de energía nuclear por parte del régimen persa, y estas acusaciones las
mantienen pese a que Irán ha permitido que la Organización Internacional de
Energía Atómica de las Naciones Unidas (O.I.E.A.) realizase inspecciones para
controlar el posible uso de energía nuclear con fines militares.
En este aspecto
el Estado del “pueblo elegido” da muestra de la doble moral talmúdica, ya que Israel
nunca ha permitido inspección alguna por parte de los miembros de la O.I.E.A.
de las instalaciones de armas químicas, biológicas y nucleares.
Un punto que
durante mucho tiempo ha sido tomado en consideración es el de la relación
existente entre la festividad del Purim y los sacrificios rituales judíos,
ahora denominado libelo de sangre.
Durante siglos, y hasta finales del XIX, los países
cristianos han sido testigos de raptos de niños y adolescentes cristianos en las
cercanías de la Pascua judía y de la celebración del Purim, las víctimas aparecían
absolutamente desangradas y con
numerosas punciones para hacerse con la sangre de las inocentes víctimas. Estos
raptos y asesinatos fueron investigados y muchos judíos fueron acusados y
juzgados como responsables de tan execrables crímenes. Crímenes que terminaban
con toda una ritualística en la cual la víctima era coronada de espinas o clavada
en una cruz de madera, siendo la cruz elevada para que la sangre que cae de las
heridas provocadas fuese recogida en recipientes adecuados.
Era de
general conocimiento que la sangre recogida era utilizada posteriormente condimentar la carne molida de algunos alimentos rituales propios de la pascua judía o de la fiesta del Purim,
alimentos como el ya señalado Kreplach.
En la actualidad
este tipo de crímenes rituales judíos relacionados con el Purim no son
conocidos en la manera en que los describen los denominados libelos de sangre,
a mi entender ahora se manifiestan de otra manera, a través de atentados, asesinatos
ritualizados y ofensivas bélicas que suelen coincidir con la pascua judía o con
la celebración del Purim. En esta época los palestinos asesinados por Israel y los cristianos muertos y torturados por los esbirros de esa creación sionista que es ISIS (Daesh en árabe) son las verdaderas víctimas.
Si se pretende tener una visión clara de lo que realmente se esconde tras el genocidio, esto si es de verdad un genocidio, que padece la población cristiana de Siria a manos de los criminales creados por Israel y sus aliados vale con recordar una noticia que dio a conocer una monja ortodoxa, en la cual se señalaba que los saudíes compraban a Daesh sangre de cristianos al precio de 100.000 dolares la botella, no olvidemos que Arabia Saudí es aliada de Israel y puede dar el uso de siempre a esa sangre cristiana.
http://agencialavoz.blogspot.com/2014/01/los-islamistas-sirios-venden-sangre-de.html
Aunque en la
actualidad el Purim haya tomado la forma de festival o de fiesta de disfraces
no por ello ha dejado de basarse en una promoción del odio y del crimen.