Ayer mismo
la arrogante justicia de Estrasburgo, que es lo mismo que decir la Unión
Europea, ha tenido la osadía de contradecir y dejar sin valor una sentencia de
la Audiencia Nacional española que condenaba al terrorista Arnaldo Otegui a
prisión y le invalidaba para ejercer cualquier cargo público o para presentarse
a las elecciones durante cierto tiempo.
Y es ese
complejo de superioridad que tienen los gerifaltes de la Unión Europea y sus
lacayos el que los lleva a considerarse el último bastión de la defensa de los
derechos de los europeos, pisoteando un día si y otro también la soberanía
judicial de las naciones que componen la no suficientemente despreciada Unión
Europea, eso si, mostrando un comportamiento muy distinto según juzguen al
núcleo duro de la Unión o se encarguen
del resto de países, o según se enfrenten a cuestiones políticamente aceptables-correctas o a aquellas que sean políticamente
incorrectas, sobre todo si están relacionadas con una minoría religiosa y
étnica en torno a la cual existe una especie de tabú o con la leyenda que esta
tribu ha creado sobre la verdad histórica.
Es por ello
que sus silencios respecto a algunas actuaciones de países poderosos hablan más
que las sentencias que impone o revoca a aquellos que no lo son tanto. De igual
modo que su falta de actuación frente a públicas injusticias llevadas a cabo
por los tribunales de naciones con gran peso específico en la Unión Europea les
priva de todo atisbo de credibilidad.
En estos
días nos encontramos con que esa instancia judicial de la Unión Europea mantiene
un silencio rastrero y cobarde ante situaciones tan graves como la que en
Alemania viene padeciendo desde hace años el preso político, en este caso sí lo
es, de 82 años Horst Mahler, el cual tras ser detenido en Hungría a causa de
una euroorden emitida por Alemania, fue condenado a doce años de prisión por haberse
atrevido a desafiar la interpretación ortodoxa de lo que ocurrió en su país y
haber formulado planteamientos filosóficos incómodos. Es decir, por haber hecho
uso de la tan cacareada libertad de expresión. Este preso político, pues de
ninguna otra forma puede ser calificado, continúa tras las rejas en un hospital
penitenciario en grave estado pese a la situación incapacitante que padece tras
habérsele tenido que amputar una pierna debido a que la dieta de la prisión
puso en riesgo la vida del prisionero pues padecía diabetes.
Horst Mahler en el juicio.
De todo lo
referente a la grave situación que ahora padece el preso político hemos tenido
conocimiento gracias a que la esposa de este se ha puesto en contacto con el
productor Robert Steinert para que este la hiciese llegar al público general.
Steinert es
el coproductor de una película basada en el libro de investigación histórica
titulado “Otras pérdidas…”, el cual narra la pérdida ocultada por la historia
de los vencedores, de un millón de prisioneros de guerra y civiles alemanes que
fueron conducidos a campos al aire libre en la zona del Rin Mead donde se
apelotonaban cientos de miles de prisioneros en condiciones muy duras y con muy
poca comida y bebida. De hecho fallecieron más de un millón de ellos.
Ahora quiero
reproducir la carta que la esposa del preso Horst Mahler facilitó al productor
Robert Steinert, con la intención de que al hacerla pública diese a conocer su
situación:
“Estimado Herr Steinert, le estoy
enviando este mensaje a petición de mi esposo.
Ayer lo visité en el departamento de
detención del hospital municipal de Brandemburgo. Ha estado allí desde el
miércoles, ¡después de una avería en la celda!
Horst sufre de necrosis en el pie que
le queda, pie derecho, concretamente en el dedo gordo.
Además, la neumonía se ha
establecido-bastante fuerte ahora.
El valor de PCR de su sangre es 300,
esto es muy alto. Un valor normal es de unos 10.
Durante dos días ha estado tomando
antibióticos, ahora tenemos que esperar y ver si los niveles de inflamación
bajan.
Mentalmente Horst está claro, como
siempre, pero muy débil. Teme que no pueda superar este momento…
Atentamente Elzbieta Mahler”.
Es decir que
los justicieros de la Unión Europea hablan para que se libere a un terrorista
acusado de intentar recomponer la estructura propagandística de el grupo
terrorista E.T.A. pero guardan silencio cuando se trata de defender la salud y
la libertad de expresión de un octogenario que no ha hecho otra cosa que
expresar de modo pacífico sus pensamientos históricos y filosóficos.
Otegui,terrorista detenido
Horst Mahler,Filósofo y abogado.
Como se ve
no son consideradas de igual manera las acciones que lleve a cabo un país
poderoso como Alemania que las que pueda desarrollar un país mediterráneo y con
menos peso específico como España.
Pero como
más arriba hemos señalado la diferencia de trato que aplica la justicia europea
no se circunscribe de modo exclusivo al poder que el país en cuestión tenga en
la Unión. La libertad de expresión vendría marcada también por el tipo mensaje que
transmita el sujeto y si este mensaje se somete o no a las limitaciones que la
mentira histórica y que el mito por antonomasia permiten. Siendo así que se
considera libertad de expresión que un rapero haga apología del terrorismo o
insulte a la guardia civil, pero no que un individuo edite y venda libros
referentes a la guerra mundial y al tema del holocuento. Me refiero
concretamente al caso de Pedro Varela, el cual ha sido encarcelado en dos
ocasiones, detenido en otras tantas y agredido numerosas veces por el solo
hecho de vender en su librería Europa y publicar en su editorial Ojeda.
Pedro Varela editor y librero, detenido y encarcelado.
Y que decir
de las advertencias realizadas desde la Unión Europea a España para que
retirase de la verja que protege la frontera española en Ceuta y de Melilla las
denominadas concertinas, mientras que Alemania, Francia o Inglaterra no reciben
requerimiento alguno por temas como Gibraltar, la expulsión de los inmigrantes
del campamento de Calé o por la presencia de concertinas sobre los muros de las
prisiones.
Concertinas.
Como se
puede comprobar la justicia europea es todo menos justicia.
En último
lugar me gustaría hacer referencia a algo que se ha puesto claramente de manifiesto
al comparar los casos del preso político Horst Mahler y el político preso Carles
Puigdemont. Sobre ambos se emitió una orden de detención europea, pero mientras
el preso político fue detenido en Hungría y enviado al país solicitante,
Alemania. En caso del secesionista Puigdemont no ha sido detenido y continúa
libre en Bélgica sin ser enviado a España pese a que sobre él pesan graves
delitos.
Detenido en Hungría.
Libre en Bélgica.
Lo que con
todo esto pretendo poner de manifiesto es que la Unión Europea y sus diferentes
servicios jurídicos, militares y económicos no dejan de ser una manera de robar
soberanía a los Estados-nación que lo componen y una máquina para extender el
globalismo y la destrucción de la identidad europea.
Porque si
algo ha de quedar claro es que la Unión Europea es una cosa y Europa otra muy
distinta, más que distintas diría que son opuestas e incompatibles.
VS.
Creo que el Tribunal de Estrasburgo no es una institución de la Unión Europea, aunque en cualquier caso está claro que roba soberanía a las naciones
ResponderEliminarNominalmente no pertenece a la Unión Europea, aunque de hecho lo es en tanto que sus funciones las realiza en su marco y bajo sus indicaciones globalistas.
ResponderEliminarmuy bien explicado
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