domingo, 16 de septiembre de 2018

La ocultación de la esclavitud irlandesa.



                                                                                     


No son pocos los episodios históricos ocultados o tergiversados con la finalidad de denostar la actividad de nuestra raza  que de hecho ponen de manifiesto la existencia en Occidente de un racismo antiblanco, racismo que ha provocado en los occidentales una suerte de sentimiento de culpa que lleva a  que  una gran parte de nuestro pueblo no solo no se pueda sentir  orgulloso de su historia y desarrollar un sentimiento de identidad, además provoca que una mayoría de ellos se lleguen a avergonzar de su ser como miembros de una raza y una civilización.
En la presente entrada nos referiremos a un episodio histórico cuyo conocimiento general llevaría a romper en parte esa culpabilización autoimpuesta que nos lleva a vernos como victimarios criminales de la humanidad.
En esta entrada nos vamos a referir a un episodio histórico ocultado que acabaría de un plumazo con esa visión negativa que algunos tienen sobre ellos mismos.
Se trata de un terrible momento de la historia que precisamente por el hecho de estar protagonizado por víctimas blancas ha sido absolutamente obviado en las enseñanzas que reciben los niños y jóvenes en colegios e institutos, que no ha sido llevado al cine ni ha sido base argumental de series televisivas o de novelas, de hecho no forma parte del imaginario colectivo.
 Este episodio histórico al que nos vamos a referir es nada más y nada menos   que el de la esclavitud, pero no hace referencia a la primera esclavitud que nos viene a la cabeza al escuchar esa palabra, lo primero que nos acude a la cabeza es la de los negros que fueron llevados por importantes mercaderes blancos, judíos por cierto, desde África hasta América para posteriormente ser vendidos como esclavos.
El caso que nos ocupa y que de modo resumido vamos a señalar es el de los cientos de miles de irlandeses que fueron trasladados como esclavos por los ingleses desde su tierra a América.
El comercio de esclavos irlandeses fue de tal calibre que a mediados del siglo XVII eran los más vendidos en Monserrat y la Antigua.
Una proclamación de 1625 del rey James I exigía que todos los presos políticos irlandeses, se referían a los defensores de la religión católica y sus derechos, fuesen vendidos como esclavos a colonos ingleses en la Indias Occidentales, es así que este inhumano comercio de esclavos irlandeses se inició cuando 30.000 prisioneros irlandeses fueron vendidos como esclavos en el Nuevo Mundo.
Lo cierto es que la mayoría de los esclavos vendidos en el Nuevo Mundo en realidad eran blancos.
Entre 1641 y 1652 más de medio millón de irlandeses fueron asesinados por los ingleses y otros 300.000 más fueron vendidos como esclavos en América a hijos de la Gran Bretaña. En su inmensa mayoría eran católicos, ya que los ingleses como luteranos y/o anglicanos los veían como un cáncer en su reino.
De hecho, Irlanda se convirtió rápidamente en la mayor fuente de esclavos para Inglaterra y sus territorios del Nuevo Mundo.
La trata de esclavos procedentes de África había comenzado poco tiempo antes y, según indican los datos referidos a las transacciones llevadas a cabo con esclavos de ambos orígenes, el precio de los esclavos procedentes de África, siempre y cuando no estuviesen “infectados” con la catequesis del catolicismo, resultaban más caros.
 De hecho, azotar o matar a un esclavo irlandés nunca era considerado un crimen, simplemente era visto como un revés económico, pero mucho menor que si esto ocurría al matar a un africano que había costado más. Como se puede deducir las condiciones de vida y el régimen disciplinario de los esclavos irlandeses eran bastante peores de los que padecían los esclavos africanos.

                                                                

Con el tiempo los colonos ingleses que habían comprado esclavos irlandeses pusieron en marcha un plan mediante el cual comenzaron a favorecer el “cruce” entre esclavas irlandesas, muchas de ellas de tan solo 12 años, y esclavos africanos con la intención de conseguir esclavos mulatos, no hay que olvidar que los hijos de un esclavo eran considerados también esclavos, que tenían un precio más alto que el “ganado “irlandés, Con la puesta en marcha de esta estrategia se buscaba la posterior venta de esos esclavos mulatos, los dueños conseguirían una ganancia que les permitiría comprar nuevos esclavos africanos. La práctica señalada se prolongó desde mediados del siglo XVII hasta el año 1681, año en el cual se promulgó una ley que “prohibía la práctica de aparear esclavas irlandesas con esclavos africanos con el fin de producir esclavos para la venta”. Inglaterra continuó con este cruel y miserable tráfico durante un siglo, y sólo se detuvo cuando interfirió con los beneficios de la empresa de transporte de esclavos. Africanos, con lo que hemos de deducir que gran parte de los encargados del transporte y venta de los esclavos irlandeses también eran judíos, tan enemigos del catolicismo como los mismos ingleses y que por tanto podían comerciar con libertad con los colonos recién separados de la metrópoli.

                                                                

Tras la rebelión irlandesa de 1798 fueron vendidos a América y Australia miles de esclavos irlandeses.

Si algo se puede afirmar, por mucho que nos lo pretendan ocultar, es que en el siglo XVII cientos de miles de irlandeses blancos padecieron los horrores de la esclavitud, tanto o seguramente más, que los africanos negros esclavizados y enviados a Estados Unidos y al caribe para su venta.

Pero claro, este es un episodio histórico que hay que pasar por alto hay que presentar al blanco exclusivamente como cruel victimario, nunca como víctima.

En otra ocasión haremos referencia a la esclavitud que el Imperio Otomano desarrolló tras secuestrar a cientos de miles de hombres, mujeres y niños tanto de la zona de Bizancio y el oeste de Europa como de toda la costa mediterránea Europea.

                                                                 


La historia que conocemos y nos han enseñado está completamente sesgada mediante mentiras, ocultaciones y medias verdades. Todo ello en pro de marcar en los occidentales blancos ese complejo de culpa que nos paraliza.

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