De todos es
sabido que el sionismo y el Estado judío de Israel mantienen toda una serie de
lobbies económico-financieros y que han
creado una serie de organizaciones cuya única finalidad es mantener y ampliar
la influencia y el control del poder sionista sobre el resto de la humanidad
para favorecer al “pueblo elegido” y justificar cualquier actuación que el
Estado de Israel pueda llevar a cabo.
Todo el
movimiento sionista y el poder político del judaísmo se levanta sobre dos
columnas sin las cuales su actual estatus ni se hubiese levantado ni podría
seguir en pie:
La primera
de esas columnas es la consideración del pueblo judío como “pueblo elegido”,
consideración esta que justificaría sus acciones dado que tanto los judíos como
sus actuaciones serían instrumentos y resultado de la voluntad divina y por
tanto no podrían ser juzgadas desde el punto de vista meramente terrenal. Además,
tal y como señala la Thorá, el resto de la humanidad no pasaríamos de ser mero
ganado, goyim, que habríamos sido creados para servirles.
La segunda
columna de la que el sionismo o judaísmo político del Estado de Israel se sirve
para mantener ese estado cuasi sagrado e intocable se basa en desarrollar un
victimismo perpetuo, consiste en presentarse siempre como víctima, tratando de
crear, en el resto de la humanidad una suerte de complejo de culpa que frenaría
cualquier crítica o protesta respecto a la historia, política o conducta del
Estado judío.
La clave
fundamental de esta victimización se sostiene en el supuesto holocausto que el
pueblo judío habría padecido durante los últimos años de la Segunda Guerra
Mundial por parte del nacionalsocialismo.
Es por todo
ello que para que la política sionista pueda continuar manteniendo al menos
mismo control que en la actualidad tiene sobre la política internacional las
dos bases sobre las que se sostienen han de han de ser defendidas de la manera
más enérgica posible.
Para hacerlo los sionistas del Estado de
Israel y los judíos en general se sirven de lobbyes como la AIPAC ( Américan
Israel Public Affairs Committee- en español Comité de Asuntos Públicos
Americano-Israelí ) que de hecho marca la política exterior de los Estados
Unidos al controlar económicamente a
senadores y a través de ellos la
política de la Secretaría de Estado.
De la misma
manera su poder financiero ha llevado a que en varios países europeos, entre
ellos el nuestro, se hayan incluido en el Código Penal delitos de odio e
incluso de genocidio cuando alguna persona pone se atreve a poner en duda,
aunque sea a través de serios estudios históricos, la realidad de eso que han
dado en llamar holocausto.
Aparte de
este tipo de injerencias en la política y en la legislación de países
supuestamente soberanos, la comunidad judía y las organizaciones sionistas han creado
asociaciones y mecanismos, como el método centinela, dedicadas a combatir
cualquier comentario o aseveración que pueda resultar dañina para el
supremacismo judío que actualmente rige la política y los medios a nivel
internacional.
La organización
más conocida de todas es sin duda la ADL (Anti-Defamation Leage) o Liga
Antidifamación. Fundada por la asociación judía B´nai Br´ith de los Estados
Unidos de Norteamérica.
Según ellos
mismos proclaman su objetivo es mediante la apelación a la razón y a la
conciencia, y si es necesario a la ley, detener la difamación del Pueblo Judío.
El problema está en que su consideración de difamación del pueblo judío alcanza
a todo aquel comentario que cuente la realidad de sus actuaciones a lo largo de
la historia o critiquen lo que en la actualidad llevan a cabo en Palestina.
Dado que los
mismos dirigentes y estudiosos sionistas han comenzado a ser conscientes de que
gran parte de la población, tanto europea y occidental en general, como la
árabe, han empezado a considerar el holocuento como un artificio sin base
histórica que tan solo busca someter a la población occidental mediante un
sentimiento de culpa para así lograr que esta se pliegue a las directrices que
persigue la entidad sionista han decidido actuar.
Es por ello que los sionistas han creado otra
asociación, esta mucho menos conocida pero realmente más efectiva.
Se trata de
la prácticamente desconocida IHRA (Alianza Internacional para el Recuerdo del
Holocausto).
La cual
define el antisemitismo de la siguiente manera: “El antisemitismo es una cierta
percepción de los judíos, que puede expresarse como odio hacia los judíos. Las
manifestaciones retóricas y físicas del antisemitismo están dirigidas a
individuos judíos o no judíos y/ o a sus propiedades, hacia instituciones de la
comunidad judía e instalaciones religiosas”.
Ellos mismos
señalan once ejemplos modernos de antisemitismo que han de ser perseguidos:
1.-
Pidiendo, ayudando o justificando el asesinato o daño a judíos en nombre de una
ideología radical o una visión extremista de la religión.
Cuidado cuando
en este primer punto utilizan el verbo justificar, puesto que para ellos la
corriente histórica revisionista con respecto al holocuento vendría a
justificar el asesinato o genocidio de judíos en nombre de la ideología
nacionalsocialista.
2.- Hacer
acusaciones deshumanizantes, demonizantes o estereotipadas sobre los judíos como
tales o como colectivo o sobre el poder de los judíos, señalar el mito de una
conspiración judía o que los judíos controlan los medios, la economía, el
gobierno u otras instituciones sociales.
Este punto
no hace otra cosa que tratar de impedir, incluso legalmente, toda referencia a
la realidad del funcionamiento jázaro y sionista desde hace siglos, nuevamente
se trata de acabar con esa libertad de expresión que luego dicen defender.
3.- Acusar a
los judíos como personas responsables de las fechorías, reales o imaginarias, por
una sola persona o grupo judío, o incluso por actos cometidos por no judíos.
4.- Negar al
pueblo judío su derecho a la autodeterminación, por ejemplo, al afirmar que la
existencia del Estado de Israel es una empresa racista.
Con esto la
IHRA, no hace otra cosa que instar a que se persigan comentarios que se ciñen a
la realidad puesto que el Estado de Israel tiene derecho a existir, pero no a
hacerlo ocupando las tierras de Palestina
expulsando y sometiendo a sus legítimos pobladores, los palestinos. Todo
lo cual fue reconocido por las Naciones Unidas cuando permitió en 1947 la
creación en Palestina, entonces protectorado inglés, de una nación con dos
Estados: uno judío y otro árabe, cosa que han infringido de manera clara las autoridades
judías.
Lo que con
este punto se ataca es que alguien pueda defender el derecho del pueblo
palestino a regresar a las tierras que les fueron robadas, o señalar que, tal y
como ha reconocido el propio parlamento israelí (Knesét), el Estado de Israel
es únicamente judío o que sus matrimonios tan solo pueden ser entre personas de
religión judía.
5.- Acusar a
los judíos como pueblo, o a Israel como Estado, de inventar o exagerar el
holocausto.
De nuevo
recurren a la persecución, inclusive legal como ellos mismos señalan, de
afirmaciones muy reales que señalan incluso escritores e historiadores judíos.
Nadie que se plantee la realidad de las cosas puede dudar de que los judíos
como individuos, como grupo y por supuesto el Estado de Israel se han servido
del victimismo creado a partir de esa industria del holocuento que tan bien han
sabido utilizar.
6.- Acusar a
los ciudadanos judíos de ser más leales a Israel, o a las supuestas prioridades
de los judíos en todo el mundo, que a los intereses de sus propias naciones.
No pretendo
ser repetitivo al comentar este sexto punto, pero de nuevo tratan de combatir
una realidad que los hechos durante
siglos han dejado perfectamente claro y que en la actualidad siguen realizando,
como hacen en Estados Unidos los lobbies sionistas haciendo que EEUU haga las
guerras de Israel y ponga los muertos en favor del Estado judío. En Argentina
también queda perfectamente claro desde el momento en que Hertz, y con los
todos sus sucesores sionistas, consideraron la ocupación de la Patagonia para
crear un Estado nacional judío, eso es poner los intereses nacionales judíos
por encima de los de la nación en la que uno vive y de la que legalmente forma
parte.
7.- Aplicar
a Israel un doble rasero al exigirle un comportamiento no esperado o exigido a
ninguna otra nación democrática.
Sólo se me
ocurre señalar que son unos verdaderos cínicos e hipócritas, dado que critican que se les aplique un doble rasero
cuando son precisamente ellos, sus políticas y legislación los que se apartan
de esa concepción democrática que tanto afirman mantener, y esto es así desde
el momento en que la política del Estado de Israel, apoyada por la práctica
totalidad de los judíos y sionistas, lleva a cabo un descarado apartheid en el
que los árabes, y muy especialmente los palestinos, son considerados ciudadanos
de segunda clase a los que se les niega el acceso a ciertos puestos políticos y
sociales o se les restringe o prohíbe la libre circulación por el territorio en
el que viven y del que se supone que son ciudadanos.
Pero la
cuestión no se queda ahí, ya que los bombardeos contra territorios palestinos y
el uso de fuego real contra manifestaciones pacíficas no le dan un marchamo que
les pueda siquiera acercar a lo que se aplica y exige a países civilizados y “democráticos”. Utilizando armas químicas, fósforo blanco, contra la población civil sin que la "comunidad internacional" diga ni haga nada. Es la ventaja de ser una víctima.
8.- Usar los
símbolos e imágenes asociadas con el antisemitismo clásico (por ejemplo, que
los judíos mataron a Jesús o el libelo de sangre) para caracterizar a Israel o
a los israelíes.
Nuevamente
nos encontramos con que por su propio interés, independientemente de que las
cuestiones referidas sean ciertas o dejen de serlo, condenan y persiguen que se
señalen cuestiones de las que a lo largo de la historia ellos mismos se han vanagloriado,
y lo siguen haciendo en la televisión israelí (en programas infantiles incluso), como lo hacen con el hecho de la
crucifixión de Jesucristo, o la cristofobia de la Thorá en la que se acusan
directamente del asesinato de Dios hecho hombre.
9.- Hacer que
los judíos sean colectivamente responsables de las acciones del Estado de Israel.
La crítica
que hacen a esta aseveración es aceptable puesto que no todos los individuos de
una colectividad son responsables de los hechos que realicen sus gobernantes o
aquellos que se proclaman como tales, pero habría que añadir que dada la
gravedad de las inhumanas acciones que lleva a cabo el Estado israelí los
judíos que callan y no dan muestra de su oposición a esas acciones están siendo
culpables por omisión.
10.- Hacer
comparaciones de la política israelí contemporánea con la de los nazis.
Con este
punto realmente se están acusando de que esa similitud existe, aunque quizá
en el caso del Estado sionista la cuestión tiene una base histórica cierta
basada en hechos comprobables como los asesinatos de personal médico, de niños
y mujeres civiles u hombres desarmados que han sido y siguen siendo grabados
por periodistas independientes.
De la misma manera
en ningún momento de la historia ningún Estado ha creado un campo de
concentración de las dimensiones y sometido al grado de aislamiento y de
carencias sanitarias y alimenticias que Gaza.
11.- Negar
el hecho, el alcance, los mecanismos (por ejemplo, las cámaras de gas) o la
intencionalidad del genocidio del pueblo judío a manos de la Alemania nacionalsocialista
y sus partidarios y cómplices durante la Segunda Guerra Mundial.
De nuevo
tratan de frenar los argumentos que en las últimas décadas han expuesto con datos
historiadores, investigadores e incluso especialistas en cámaras de gas
recurriendo no a la refutación, sólo acudiendo a la persecución y a la condena
de esos argumentos y de aquellos que los presentan.
Aparte de la
condena social, política e incluso legal, los sionistas nunca han dudado en
realizar actos terroristas o acciones de falsa bandera cuando han considerado
que un sujeto, un argumento una o una librería (como ha sido el caso de la
perseguida y en varias ocasiones quemada librería Europa) era un peligro para
mantener el status quo de privilegio del que disfruta el Estado judío.
Después esta
misma gente tiene la poca vergüenza de hablar de la la leyenda negra de la
Inquisición española, cuando la verdadera inquisición liberticida actual no es otra que la que las entidades sionistas y sus ramificaciones aplican hoy en día.
'incitacion al odio' no es mas que una manipulacion del lenguaje para idiotas, no es mas que censura comunista pura y dura. de estos temas jewtube ha censurado un monton de canales en los ultimos meses de manera cobarde y rastrera, tipica de sovieticos, que eso es la basura de jewtube. a toda la propaganda comunista le regala visitas y subscriptores falsos. y a todos los canales tipo Hitler y holocuento censura al instante tipo republica popular china. esta es la basura actual de jewtube. lo de estados hundidos de israel es de risa, una poblacion drogada de propaganda israeli , mendicidad tanto economica como mental y cultural , delincuencia, sin ninguna soberania, y encima muchos imbeciles se creen que son chupiguays. imbecilidad pura de una pocilga que estuvo en decadencia desde el principio
ResponderEliminarNo puedo estar más de acuerdo con todo lo que dices, lo que me parece muy muy bueno es eso de estados hundidos de israel.
EliminarTodos sabemos que la industria del cine de Hollywood está en manos judías. Las películas americanas han contribuido mucho en hacer creer a la masa que el Holocausto fue un hecho irrefutable. El victimismo es un arma poderosa, lo estamos viendo a diario con los separatistas catalanes: 'España nos robar. Es muy posible que el llamado Holocausto haya sido exagerado hasta términos inimaginable. De hecho cualquier voz disidente es aplacada con dureza para que no aflore la verdad. Pero la gente ya empieza a tener sus dudas.
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