Hay
ocasiones especialmente graves en las que cualquier actitud contemporizadora que pretenda evitar el
enfrentamiento directo o la toma de decisiones drásticas invariablemente llevará a que la problemática se agudice y llevará a que finalmente sea preciso aplicar medidas
infinitamente más duras que aquellas que en su momento quisieron evitarse
tomar.
Pero lo peor
es que en muchas de estas ocasiones el transcurrir del tiempo tan solo lleva a que la
problemática se cronifique y empeore de tal manera que resulte inviable cualquier
forma de afrontar el problema. Llegados
a este punto tan sólo queda aguantar las consecuencias derivadas de la cobardía
de los primeros momentos.
Pues bien,
es en este concreto instante en que España está atravesando uno de esos
momentos en los que es obligado aplicar medidas excepcionales si no queremos
que pasado un tiempo nos encontremos con que ninguna medida, por muy dura o
extrema que esta sea, sirva ya para combatir las consecuencias de la situación
que no se quiso afrontar, tenemos que actuar ya mismo.
La
inmigración ilegal subsahariana hace tiempo que ha tomado proporciones de
invasión. Y las autoridades, fuerzas del orden e incluso el ejército tienen la
obligación de tomar todas aquellas medidas que sean precisas para salvaguardar
nuestra integridad territorial y proteger nuestras fronteras.
Si por culpa de un humanitarismo mal entendido
y por someterse a un buenismo suicida España continúa acogiendo a los inmigrantes ilegales africanos,
y colaborando por omisión con las mafias que comercian con su dolor y sus vidas, el mensaje de que España
no es capaz de defender sus fronteras y de
que una vez hayan entrado
ilegalmente en territorio nacional recibirán comida, asistencia sanitaria gratuita
y ayudas de todo tipo nos encontraremos con que África entera tratará de violar nuestras fronteras para alcanzar nuestro territorio, ya sea por tierra o por
mar.
Es el
momento de impermeabilizar completamente las fronteras al precio que sea, en
caso contrario nos encontraremos en una situación de alarma social,
inseguridad pública y de peligro sanitario que pondrá en serio riesgo a nuestra
población y terminará con la misma realidad de España
Sólo el
mensaje de que no es posible invadir España, y de que quién lo intente sufrirá
gravísimas consecuencias, podrá poner fin a la invasión de la que estamos siendo
objeto. Ha llegado el momento de construir un alto muro de hormigón custodiado
por tiradores por tiradores con la orden de tirar a matar, aunque pueda sonar contradictorio estamos en una situación en la que tirar a matar salvará vidas, y es que sabiendo que no podrán
entrar en España los ilegales no lo intentarán cruzando media África o el Mediterráneo en manos de mafias criminales.
También debe acabarse con la estúpida política de rescatar a los
inmigrantes ilegales que tratan de llegar a nuestro país para después
acercarlos a nuestros puertos y darles todas las ayudas sociales,
sanitarias y económicas que no reciben nuestros mayores y aquellos españoles
que por circunstancias de la vida carecen de medios de subsistencia o de dinero
suficiente para pagar la vivienda, la electricidad, etc.
Aparte de
ello, no podemos olvidar que una parte fundamental de nuestra economía se
sostiene gracias al turismo, un turismo que además del sol y la playa contaban
como razón para elegirnos con una tranquilidad
y seguridad que encontraban en nuestras calles, cosa esta que está empezando a
desaparecer por culpa de unos manteros y
unos subsaharianos claramente antiblancos que desprecian todo lo occidental y
atacan a los turistas, que como el norteamericano que fue atacado en Barcelona
no regresará más y que hará una publicidad negativa de nuestro país en el exterior.
Hemos de actuar
ya o atenernos a las consecuencias que más adelante sufriremos.
Y esto solamente podrá hacerse si nos libramos
del buenismo y de ese complejo de culpa que nos lleva a justificar todos los
asaltos y comportamientos de los que nos invaden por el hecho de que sean “pobres
y necesitados negritos”.
El mensaje enviado a África de que España es incapaz de defender sus fronteras ya está dado. La invasión es imparable y las fuerzas de seguridad del Estado y el Ejército son incapaces de cumplir con los preceptos constitucionales.
ResponderEliminarUnkown,estoy de acuerdo contigo y también creo que esto ya no tiene vuelta atrás.
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