Todos los
veranos, y cada año va a más, España se convierte en un vertedero inmundo que
recibe a niñatos borrachos, jovencitas y no tan jovencitas libertinas,
saltadores de balcón y hooligans violentos. Nuestras costas e islas se llenan
de gentuza que se creen con licencia para hacer el cerdo.
Este fenómeno está convirtiendo las zonas más
turísticas de nuestra patria en verdaderos lupanares de alcohol, desvergüenza,
sexo zafio y violencia desmedida.
Hay una
realidad común a todos estos engendros, y es que son hijos de la Gran Bretaña,
gentes de doble moral que cuando dejan de tomar el té a la sombra del Big-Bang
olvidan la educación y los buenos modales victorianos para lanzarse a actuar como
reprimidos a los que la sociedad les ha quitado la correa durante unos días.
Esta
vergonzosa manera de comportarse tiene como puntal fundamental de apoyo la idea
pseudoimperial que aún sobrevive y de la que se sirven para autoengañarse y no
reconocer la pútrida sociedad en la que se han convertido en el último siglo.
Y es
precisamente España el objeto de este comportamiento deleznable y vergonzoso no
tanto por el carácter turístico, masivo y económico cuanto por el ancestral
odio que la Pérfida Albión ha tenido y sigue teniendo al único imperio que ha
hecho sombra al imperio de su graciosa, que maldita sea su gracia, majestad.
Pero España no sólo le ha podido hacer sombra,
sino que de hecho siempre la ha eclipsado dado que el imperio español no ha
despreciado a sus colonias como desde el luteranismo hacían los hijos de la
Gran Bretaña, sino que desde una visión católica no hubo colonias sino
provincias o virreinatos, y no eran esclavos sino conciudadanos hermanos en una
misma fe.
La práctica
totalidad de esa morralla que nos visita y que con su conducta mancha nuestras tierras
no es consciente de que esto es así puesto que estamos ante un movimiento
turístico que da rienda suelta al desprecio inconsciente, manifestación del
odio, de la historia británica y de sus élites hacia España.
Lo que desde
luego España no puede hacer, pues estaría negando su propia esencia, es dejarse
pisotear por estos salvajes y sus comportamientos degradantes a cambio del
dinero que el sector turístico pueda obtener cada verano.
Todo este
razonamiento ya lo había realizado con anterioridad, pero lo que realmente me
ha hecho verlo con absoluta claridad colocándolo en su grado de gravedad ha
sido ver como en un bar del AVE salvajes británicos robaban y bebían alcohol al
grito de ¡ es gratis! o como un grupo de
hooligans se enfrentaban violentamente a la población al grito de ¡Gibraltar es
nuestro¡.
No nos
podemos vender al turismo de alpargata y borrachera por cuatro duros, hemos de
respetarnos y hacernos respetar, y además ver que estos salvajes se pueden
convertir en el freno para ese turismo que busca la tranquilidad y el sol de
una tierra hospitalaria, y no aguantar las borracheras y la inseguridad de
gentes asilvestradas.
CREO QUE ES MAS SENCILLO QUE LO QUE SE EXPONE AQUI.ESPAÑA ES CORRUPTA Y LE CONVIENEN ALGUNOS HECHOS Y ACTOS ,ESTO POR DINERO U OTRAS RAZONES. TAMBIEN POR QUE NO HAY NORMAS NI JUSTICIA , DE HECHO HACE POCO VENIAN O VIENE MAFIAS DE MUCHOS PAISES HACER LO QUE LES PLACE. ADEMAS POR LO MISMO QUE DIGO SE ESTA PROMOCIONANDO DESDE AÑOS ESTE TURISMO NO HAY QUE DECIR QUE SON INGLESES PUES VIENEN MASIVAMENTE Y DE IGUAL FORMA DE PORTUGAL Y ANTES ERAN ALEMANES. lUEGO EL PROBLEMA ES ESTE PAIS
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