Hace un par
de días hemos asistido a un suceso que debería haber servido como toque de
atención para que la población abriese los ojos y tomase conciencia del grado
de decadencia y degeneración al que ha llegado la civilización occidental en
general y la española en particular.
Aunque el
suceso que ha dado pie al presente escrito se refiere a la inmovilización del
autobús de la asociación Hazte Oir que señalaba que el niño es niño y la niña
es niña, “terrible” aseveración que ha llevado además al posible enjuiciamiento
criminal de los responsables de la campaña por motivos de “odio”, hay que
señalar que este suceso no pasa de ser uno más, y ni mucho menos el más grave,
de toda una inacabable lista de sucesos y acciones judiciales de los que hemos
sido y somos testigos.
Estamos en
un tiempo en que señalar que es lo natural y defender lo moral o los conceptos
más altos como Dios o patria se convierte en un acto de heroísmo. A los que
vivimos en esta época nos ha tocado vivir el principio del fin. Exigiendo de
todos y cada uno de nosotros un comportamiento heroico debido a que las leyes
de los hombres persiguen y castigan a los que actúan y hablan en pro de lo
normal y lo moral.
Dentro de
todo este maremágnum de iniquidad y desbarajuste moral, en esta ceremonia de la
confusión, asistimos a como paso a paso se entronización el mal y lo
antinatural, todo ello se nos presenta como progreso y libertad, llegándose al
punto de que la profanación de decenas de Sagradas formas formando la palabra pederastia se exponga
públicamente y se nos venda esa abominable profanación como una obra de arte
derivada de la libertad del “artista”, sin que la autoridad ni la judicatura
tome medida alguna contra e criminal profanador.
La misma inacción se da cuando
una podemita interrumpe semidesnuda al grito de “arderéis como en el 36” la
celebración de la Santa Misa, nuevamente se nos dice que es una muestra de
libertad de expresión.
Ahora bien,
si lo que se interrumpe es un akelarre secesionista que forma parte de un
intento de romper la Unidad de España, los patriotas que entraron en Blanqerna
gritando “no nos engañan, Cataluña es España” serán condenados a cuatro años de
prisión.
Del mismo
modo se permite que en el Carnaval de las Palmas aparezca un o una drag disfrazada-o
de la Santísima Virgen María y de Nuestro Señor crucificado sin que esta grave
ofensa provoque la menor intervención gubernativa o actuación judicial, de
nuevo afirmando que todo fue un ejercicio de libertad de expresión en un
ambiente festivo de transgresión.
Eso sí, si un librero y editor pone a
disposición del público obras históricas que no se pliegan a los correctamente
político desde el punto de vista histórico es condenado y entra en prisión
acusado por delito de odio por la orweliana fiscalía del odio, porque en ese
caso ni libertad de expresión ni madre que la trajo.
Y así podríamos
seguir hasta el infinito, pues son tantos los condicionantes liberticidas que
atacan a Dios, a la patria, a la moral y a lo simplemente natural, que las
represiones del Sistema hacia todo aquel que se atreva a salirse del camino
trazado por esta gentuza ha provocado que muchos hayan levantado una
autocensura que poco a poco les va cambiando y les convence de que en lo
políticamente correcto está el verdadero camino.
La presión
mediática, social o judicial es tal que sólo desde la formación, el activismo y
el reencuentro con nuestra identidad personal, nacional y religiosa podremos
afrontar lo que tenemos enfrente y lo que nos espera.
Y nunca olvidemos que si luchamos podemos perder, pero si no lo hacemos ya hemos perdido.
es la mediocridad que nos ha tocado vivir en este mediocre país. Estamos gobernados por analfabetos pastores de borregos.
ResponderEliminarCada día me da más pena de España y especialmente del rebaño de españoles sin educación ni instrucción ni cultura...osea, esclavos del lider de turno.
Absolutamente de acuerdo, desde la ignorancia y el sometimiento a lo políticamente correcto se convierte al pueblo en rebaño y al individuo en borrego. Yo también siento que me duele España.
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