Con la
finalidad de denigrarnos y buscando que nos avergoncemos de nosotros mismos y de la civilización que hemos creado, la historia de los europeos blancos
cristianos ha sido manipulada de forma y manera que siempre aparecemos en ella como los responsables de los episodios históricos más espantosos y
moralmente ignominiosos de la historia humana.
La culpa de
lo peor de la historia recae siempre en los europeos blancos cristianos: La
explotación de África, la destrucción de las culturas precolombinas, el llamado
genocidio judío, la responsabilidad de las dos Guerras Mundiales y la situación
por la que actualmente atraviesa Oriente Medio han sido causadas por el hombre
blanco europeo y cristiano, al menos eso es lo que nos pretende hacer creer.
Pero sólo es
necesario profundizar con un poco de seriedad en esos episodios
históricos para comprobar que tras ellos se encuentran siempre los mismos, la
responsable es una comunidad chauvinista carente de moral (pues tener dos
morales es como no tener ninguna), fanática y cristófoba: los judíos
talmúdicos.
A todos se
nos ha vendido desde el parvulario hasta la universidad y a través del cine y la televisión que el
hombre blanco es culpable de todo, es por combatir esta falacia que vamos a
tratar con un poco más de detenimiento algunos de estos episodios, y lo haremos acudiendo a fuentes que no suelen ser tomadas
en consideración por la historia oficial.
En esta
entrada nos centraremos en el terrible evento histórico de la esclavitud de los
negros africanos en América.
Lo que
siempre hemos escuchado y tenemos marcado a fuego en nuestras mentes, y también
en nuestros corazones al habernos sentido hasta cierto punto responsables como raza de ello, es que el hombre blanco
europeo, católico o protestante, secuestró a cientos de miles de negros que
vivían apaciblemente en el continente africano para llevarlos en bodegas de
barcos, donde morían como ratas, a
América donde servirían como esclavos a otros blancos en grandes plantaciones o
en sus casas.
Por supuesto se nos ha convencido de que esos tiránicos esclavistas eran blancos y
cristianos, pero no se han tomado en consideración datos que han sido negados o
voluntariamente ignorados por la historiografía oficial.
La cuestión
más criminal y escandalosa de este tráfico de esclavos desde África hasta el
nuevo mundo, que se desarrolló durante los siglos XVI, XVII llegando hasta
mediados del XVIII, fue sin duda el traslado de los esclavos cruzando el océano
Atlántico por el denominado “paso medio”. Estudios universitarios serios
calculan que entre siete y diez millones de negros esclavizados sufrieron de modo inenarrable o murieron durante el viaje transoceánico.
Este cruel
sufrimiento, tanto el producido en el hacinado viaje como en la esclavitud en
América, ha sido y continúa siendo la base sobre la que se ha levantado entre
los blancos europeos y norteamericanos esa especie de etnofobia, ese complejo
de culpa que la raza blanca ha desarrollado en los últimos siglos. Un
sentimiento que ha sido convenientemente azuzado por los medios de
comunicación, por la literatura, por el cine y por supuesto por la
Tel-Aviv-Sión (TV).
Las series y
películas no han perdido ocasión para presentar a los traficantes de esclavos
africanos, a sus compradores y dueños como cristianos, europeos o americanos.
Para ello no hay sino recordar películas como “Amistad” de Steven Spilberg “”, la reciente “Amazing Grace” o series como
la famosa “Raíces”. En todas ellas se presentaba el negocio de
esclavos como propio de cristianos blancos.
Películas en
las que en numerosas ocasiones aparecían imágenes y primeros planos de cruces, rosarios o sacerdotes.
Todo este
planteamiento ha sido y continúa siendo promovido con la intención no sólo de promover un paralizante complejo de culpa
entre los cristianos y los blancos, europeos y norteamericanos, sino también
para ocultar la verdadera responsabilidad de ese terrible crimen contra la
humanidad.
Comenzaremos
señalando que el verdadero centro de la venta de esclavos se encontraba en
Newport (Rodhe Island), donde se encuentra la más antigua sinagoga de América y
contando con la más floreciente comunidad judía de las colonias.
En el “New
Gorld Jewry 1493-1925” se señalan citas e informaciones de los judíos en la
América temprana. Este libro fue escrito
por S.B. Liebman, de la Sociedad de Historia Judeoamericana.
En él
escribió sobre los que poseían y tripulaban los barcos, es decir sobre los
autores de esta crueldad y de los asesinatos que se perpetraban durante el
tránsito naval y la posterior venta.
-“Vinieron
con barcos cargados con negros para ser vendidos como esclavos, el tráfico era
un monopolio de la realeza, y los judíos eran a menudo nombrados como agentes
para la Corona y ellos, los judíos, eran los mayores abastecedores para toda la
región del Caribe, donde el negocio del
transporte marítimo era mayoritariamente un negocio judío. Los barcos no
solamente pertenecían a judíos sino que estaban comandados por capitanes
judíos”.
En los años
60 del pasado siglo el investigador Walter White escribió un pequeño libro titulado: “¿Quién trajo los esclavos a
América?” ( Who brought the slaves to América?).
Pero hay que
destacar sobre todo que son muy numerosos los libros de historia escritos por
judíos para judíos que hacen referencia a la preponderancia y dominio del
transporte de esclavos a América desde África por parte de los judíos,
destacaremos el libro de Jacob Marcus “United States Jewry 1776-1985”,
Hay que
destacar al eminente historiador judío Marc Lee Raphael, el cual en su libro
“Judíos y judaísmo en los Estados Unidos: una historia documentada” (Jewds and
judaism in the United States a documentary history), escribió lo siguiente: “ Los mercaderes judíos jugaron un papel enorme
en el comercio de esclavos. En realidad todas las colonias americanas, tanto
francesas (Martinica), británicas u holandesas. Los mercaderes judíos de
esclavos quedaron perfectamente identificados en los documentos de la época,
como C. Mayer Jacobs & co. Registrado en el Daily Register, Atlanta, Ga.,
Abril 30, 1863. Jacobs Cohen, el décimo mayor traficante de esclavos en la
ciudad en el S.C. Daily Courier, Charleston Enero 1, 1857. Myer Mosesen el
Southern Patriot, Charleston Abril 14,
1815 y una cantidad de judíos dedicados a este criminal comercio. La lista
completa está en el libro de Bertram Walace Korn “Jews and negro slavery in the
old south 1789-1865”. Además de los subastadores y mercaderes a comisión,
comerciantes a tiempo completo judíos trabajaban en todo el sur, como Salomon
Cohen en Atlanta y Augusta, B. Mardocai en Charleston,S.C. fue tan exitoso que
poseía plumas de esclavos junto con sus almacenes.
La familia
Monsanto era una familia judía sefardí de ricos terratenientes de Missouri,
cuyos primos provenían de la Guyana Holandesa, puerto de entrada de los judíos
sefarditas en América. Se dedicaron al comercio y explotación de esclavos
procedentes de África. Después de la abolición de la esclavitud cambiaron su
rol dedicándose a la industria agrícola y agroquímico en el que nefastamente
está ahora. Benjamín Monsanto de la Haya y su esposa Clara, de Curacao, eran marranos
(judíos conversos, normalmente por intereses económicos) y participaron en el
tráfico de esclavos doméstico e internacional (Fuente: Jacob Rader Marcus, “American
Jewry Documents of the Eighteenth Century (Cinncinati, Ohio: the hebrew Unión
College Press).
En el libro
del escrito judío Seymour R.Liebman, miembro de la sociedad de historia
judeoamericana, titulado “New World Jewry 1493-1825, puede leerse:
“Vinieron
con barcos cargados de negros para ser vendidos como esclavos, el tráfico de
esclavos era monopolio de la realeza, y los judíos eran nombrados a menudo como
agentes para la Corona y su venta… los judíos eran los mayores abastecedores
para toda la región donde el negocio del transporte del negocio marítimo era
mayoritariamente un negocio judío. Los barcos no solamente pertenecían a los
judíos sino que estaban comandados por capitanes judíos”.
Hay un dato que claramente pone de manifiesto hasta
que punto la dirección y el comercio de esclavos estaba en manos judías. “Si
ocurría que el día de la subasta caía en una fiesta judía, la subasta tenía que
aplazarse”. Estas frases provienen del libro referido al rol de los judíos en
Brasil : “judíos en el Brasil colonial”
de Arnold Witnizer.
Y todo esto
no es para nada novedoso para los judíos, puesto que muchos siglos antes de
llevar a cabo este comercio de esclavos a través del océano atlántico, ya lo
habían hecho en la antigua Roma los judíos habían dominado el comercio de
esclavos durante cerca de dos mil años. Sobre esto se puede leer en la
Enciclopedia judía de Funk y Wagnall, en la página 48 del volumen 10: “El
tráfico de esclavos constituía el mayor medio de vida para los judíos de Roma”.
Aún se
podría escribir mucho más sobre este tema, pero mi intención es que poco a poco
nos vayamos dando cuenta hasta que punto se nos ha engañado sobre la historia
de nuestra raza, y que con ello admiremos y
defendamos nuestra identidad quitándonos de encima ese complejo de culpa
que desde que nacemos nos han inoculado.
Estos dias vi la nueva versión de Tarzán. En ella Tarzán tiene amigos africanos que están a su mismo nivel destrozando el inocente eurocentrismo de esa saga pero lo peor, el malo, un esclavista al servicio de bélgica pretende esclavizar a todo el Congo, toda la película aparece como dices con un rosario en la mano que usa como arma. Están sembrando odio en el subconsciente colectivo hacia los cristianos. Por supuesto, este nuevo, políticamente correcto y cutre Tarzán es el libertador del Congo
ResponderEliminarConclusión: Pasarse al Islam(conversión). Si la vida os parece muy injusta o os sentís impotentes ante esta amenaza, tenéis como protector a Dios(Alá) si creéis en Él, os recomiendo que os leáis el Sagrado Corán.
ResponderEliminarNoble Corán, sura 5, versículo 51:
"¡Oh creyentes! No tomen a los judíos ni a los cristianos por aliados, porque ellos son aliados entre sí. Quién les dé lealtad se convierte en uno de ellos. Dios no guía a un pueblo opresor."
¿en quién mejor confiar y que te entienda sino tu Creador?
Y que la paz sea con vosotros.