domingo, 10 de julio de 2016

Obama go home.



                                                                           


La visita del presidente de los EEUU a nuestro país es una  muestra, no de nuestra importancia en la política internacional, ni un reconocimiento a la mejora de nuestra economía, ni una sincera muestra de amistad hacia un aliado importante.
Más bien se trata de la palmadita que se da en el lomo a un siervo para que prosiga con la política de plegarse de forma rastrera a los intereses de su amo yankee.
Obama defiende sus intereses geoestratégicos, y por ellos se asegura de contar con los favores del gobierno que actualmente dirige los destinos de España.

España debe dejar de ser la concubina complaciente que  dice si a todo lo que le “solicita” su señor para convertirse en un Estado soberano que defiende  sus intereses poniéndolos por encima de los del tio Sam.
Nuestro país está jugando  a algo muy peligroso  cuando, como ahora, sigue las  reglas que le impone el juego americano.  Estamos contraviniendo nuestros propios intereses al apoyar la provocación y agresión continuada a Rusia.

                                                           


Tal y como hace unos años señaló el entonces presidente del ejecutivo ruso, España se convierte en un peligro y por tanto en objetivo al constituir la base aeronaval de Rota en punto fundamental para el escudo antimisiles. Además nuestro país despliega tropas en Lituania, ha  llevado 4 aviones de combate  junto a la OTAN   en Polonia y ha permitido que se llevasen a cabo el año pasado las maniobras de la OTAN Trident Juncture 2015, que eran unas maniobras que se dirigían claramente a un enfrentamiento con  Rusia.

                                                       


España no puede  enemistarse de esta manera con  Rusia, tanto por seguridad militar, por economía  y ante todo por  intentar  que el mundo unipolar se convierta en el multipolar del que habla Duguin. No podemos quedar fuera de un  nuevo escenario.

                                                               




Es por todo esto que  la visita de Obama me resulta molesta.

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