miércoles, 6 de abril de 2016

La inmigración sirve al NOM sionista como fuerza proletaria.



                                                                           

Es conveniente que analicemos los acontecimientos que nos rodean  para así conocer el verdadero trasfondo  que se esconde tras ellos. Es necesario puesto que sólo de esta manera la realidad de las cosas podrá ser conocida y sólo así podremos interactuar de una manera acertada caso de ser necesario. Y digo esto dado que por desgracia, y sin ser conscientes de ello, estamos realizando juicios sencillos basándonos en apriorismos y juicios que  no hacen otra cosa que llevarnos a errar en nuestra comprensión. De esta manera fijaremos de modo equívoco cuales son los puntos fundamentales y nuestra acción podrá ser absolutamente errada.  
En estos momentos que vivimos hemos terminado por considerar la actitud que toma la izquierda en general, y la más extrema en particular, respecto a la inmigración masiva e ilegal como algo lógico en la visión apátrida y libertaria que defienden, pero a mi parecer no hemos profundizado lo suficiente y por tanto estamos errado el juicio.
Simplemente hemos aceptado la explicación que más se aproxima a nuestra cosmovisión centrada en la patria, en la civilización y en la identidad, olvidando que para ellos los intereses son opuestos a los nuestros y la estrategia que utilizan  para alcanzarla también lo es.

Hemos de considerar que nociones fundamentales como Dios, patria, identidad o Justicia social están fuera de sus coordenadas ideológicas e incluso mentales. Para su cosmovisión  los puntos capitales giran en torno a un materialismo economicista ateo y apátrida que busca implantar la dictadura del proletariado, considerando que la base del funcionamiento natural de la sociedad contando con lo que consideran un funcionamiento natural en la sociedad es la división que surge a través de la lucha de clases.
 Para alcanzar la dictadura del proletariado y para que funcione la lucha de clases resulta absolutamente necesaria la existencia de la masa proletaria. Sin el proletariado todo el armazón ideológico de la izquierda, moderada o no, y la posibilidad de alcanzar su fin último se vendría abajo inexorablemente.
                                                    


Pero desde  el último cuarto del siglo   XX nos encontramos con que en Occidente ha desaparecido el proletariado gracias al llamado Estado del bienestar. Ciertamente existe gran cantidad de personas que carecen de empleo y grupos de ciudadanos que pasan necesidad a la hora de poder hacerse con lo necesario. Pero lo que se dice proletariado, esas masas  de gentes  explotadas de forma inmisericorde y carentes no sólo de lo necesario sino incluso de lo básico, esas masas de personas que sobrevivían más que vivir ya no existen, entre otras cosas porque la sociedad ha creado unas asistencias sociales, sanitarias y económicas que garantizan lo básico a la población.

Al haber desaparecido en Occidente la argamasa, los peones necesarios para implementar  la construcción del ideal izquierdista radical (comunistas, marxistas, leninistas, antifas, etc.) todo su entramado ha caído con ello. Siendo así esta fuerza ideológica precisa de un recambio para no perecer y poder llevar a cabo esa revolución que lleve a la tan ansiada, por ellos, dictadura del proletariado.
                                                               
                                                          

Y es ahí donde aparece el inmigrante ilegal, un ser humano absolutamente desarraigado, un ser económicamente subyugado  y en la mayoría de los casos explotado laboralmente.
El inmigrante se convierte en el nuevo proletario que tanto necesitaban, es la esperanza que tiene la izquierda marxista y comunista para poder alcanzar su paraíso en la tierra.
Es por ello que siempre vemos a la izquierda más radical apoyando la inmigración masiva y aceptando, cuando no promoviendo, la acogida de una población foránea a pesar de que la oriunda pueda verse condenada a una vida cada vez más  empobrecida y dependiente de los servicios sociales.
La presencia de inmigrantes irregulares lleva aparejado algo que para la izquierda es fundamental: la ruptura y el enfrentamiento entre clases sociales, puesto que al  verse el inmigrante desarraigado en su identidad y defraudado respecto a sus expectativas económicas incubará un rencor  que termina por convertirse en odio abierto hacia esa otra clase que es la del nativo de la zona que le ha acogido.
En dos palabras, el inmigrante es el instrumento del que se sirve la izquierda para sustituir al proletario.

                                                        

                                                           



Aunque ha de quedar meridianamente claro que la izquierda lo que hace es aprovecharse de la inmigración masiva, pero no es ella la que la pone en marcha, los que verdaderamente lo  hacen son las fuerzas que realmente dominan la política internacional,  me estoy refiriendo al sionismo  y a la masonería. Como ya se ha señalado en otras entradas de  este blog, el fin último de esta inmigración-invasión es acabar con la identidad  social, religiosa y racial europea para implantar el Nuevo Orden Mundial  que dirigiría una élite judía.

                                                                

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