Estamos
asistiendo a como la población aborregada de esta Europa mercantil y usurera
que ha renegado de su identidad aplaude inconsciente y bobaliconamente la “solución” a dos problemas que la
acuciaban.
Esas soluciones son la victoria de las armas
sirias sobre los terroristas de Daesh gracias a la ayuda rusa,
y el compromiso alcanzado entre la Unión
Europea y el gobierno turco, compromiso que supuestamente servirá para frenar
el flujo migratorio que amenaza con desestabilizar nuestro continente.
Pudiera ser que ambas cuestiones por separado
sean positivas, pero ocurre que cuando ambas se suman dan lugar a una situación
profundamente negativa. Y es realmente increíble que los dirigentes europeos y
sus analistas no tengan consciencia de este hecho.
Ocurre que o
la mente de los actuales dirigentes de esta Europa de los mercaderes no da para
más o bien que son voluntarios colaboradores
de una estrategia sionista que busca poner fin a la identidad europea, me inclino
por esta segunda posibilidad.
La
aborregada mente de la inmensa mayoría de los que nos rodean celebra
las dos circunstancias señaladas: la victoria sobre los terroristas en
Siria y el tratado con el gobierno radical
turco, aplauden sin darse cuenta que en no pocas ocasiones la suma de dos cosas positivas dan lugar a otra
negativa. El caso al que nos estamos refiriendo es uno de ellos, si en Siria se
vence a los terroristas estos escaparán a Turquía,
y gracias al tratado firmado entre la UE y el
régimen turco, que ha apoyado a los yihadistas en Siria, permitirá que miles y
miles de terroristas ingresen en
territorio europeo dispuestos a desatar
el infierno en nuestras ciudades.
El Tratado
que la Unión Europea ha establecido con el régimen turco de Herdogan supone uno
de los más serios peligros que amenazan nuestro continente, y lo es por dos
cuestiones: la primera la acabamos de referir al señalar que permitirá la entrada en territorio
comunitario de los yihadistas que han luchado en Siria y escapan de aquellos que les han vencido en
esas tierras, y en segundo lugar porque 77.695.904 personas, de las que el 96%
se declaran musulmanes, podrán entrar libremente en territorio europeo, con lo
que ello lleva aparejado sabiendo que el radicalismo está fuertemente instalado
en gran parte de la población musulmana sunitas turca, que es mayoría.
Lo lógico es
preguntarse cómo es posible que si las cosas son así se haya firmado el acuerdo con Turquía.
Para
responder a esa interrogante es preciso tener en cuenta que el régimen turco es aliado prioritario de los
EEUU en Oriente Medio, gracias a lo cual los yanquis mantienen en territorio
turco gran cantidad de bases militares que les permiten controlar una zona tan
estratégica como es Oriente Medio.
La
continuidad de esta alianza se ha mantenido
a pesar de, o quizá gracias a, la actitud turca de apoyo a Daesh al dar
paso franco a los yihadistas que acudían a combatir en Siria, de la
financiación de los terroristas al comprarles cantidades ingentes de petróleo
que estos robaban en Siria e Irak y al
hecho de que el régimen turco es uno de los que Anmistía Internacional señala
desde lustros como violador de los derechos humanos.
Los Estados
Unidos de Norteamérica llevan décadas presionando a las autoridades
comunitarias para que Turquía pase a
formar parte de la Unión Europea, esto a pesar del riesgo cierto que esta
entrada entraña para nuestro continente.
La presión
de los EEUU sobre Bruselas para que la UE incluya a Turquía como Estado miembro
de esta sólo tiene en cuenta que los norteamericanos puedan mantener las bases
militares en Turquía. A esto hemos de sumarle la participación USA en los
planes sionistas de “mestizar” la
población europea para de esta forma acabar con su identidad en pro de un Nuevo
Orden Mundial.
De todo esto
y de otras tantas cuestiones que en la actualidad nos presentan los medios de
comunicación, y refuerzan las autoridades, hemos de concluir que sólo el
sentido crítico, la resistencia al pensamiento políticamente correcto y acudir
a una información que no esté sujeta a los medios del sistema, meras correas de
transmisión del sionismo y la masonería, podrán evitar que nos convirtamos en
meros borregos con mente de esponja.
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