jueves, 12 de noviembre de 2015

La Unidad de España es más que la Constitución y la Democracia.



                                               

Por mucho que los medios de comunicación, los gobernantes y los políticos de turno lo repitan una y otra vez, la Unidad de la Nación es algo distinto y superior  a la legalidad y al tipo concreto de organización política vigente en cada momento.
Y digo esto debido a que en la gravísima situación por la que en estos momentos atraviesa nuestra Patria, los gobernantes y políticos en general, están realizando afirmaciones y haciendo  comentarios voluntariamente equívocos y gravemente falaces que mueven a equívoco y que acaban con la poca conciencia nacional que pueda quedar en el espíritu de los españoles.

Ahora que un movimiento secesionista y sus acciones amenazan con romper la Unidad de España, ahora que hemos llegado a un punto crítico de ruptura que pone en serio riesgo la continuidad de la Patria como tal, todos los políticos, gobiernen o estén en la oposición, defiendan una opción partidista o la contraria, parecen haberse confabulado para utilizar el mismo lenguaje y las mismas equívocas y peligrosas afirmaciones.
Estas afirmaciones son un verdadero intento de convencer, a fuerza de repetirlas mil veces y a   través de todos los medios, a la población de que lo que en estos momentos está en juego es algo subjetivo, y por tanto susceptible de negociación.

Existe una más que curiosa coincidencia entre todos los políticos y sus terminales mediáticas a la hora de  señalar que lo que los secesionistas atacan y con sus acciones ponen en peligro es la democracia, la Constitución y la convivencia.
Con semejantes afirmaciones tratan de equiparar algo objetivo, intemporal y metafísico con lo subjetivo, cambiante y derivado de la voluntad manipulable de la población.

                                                            

España es preexistente a cualquier constitución, incluida la del 78, así mismo su existencia no deriva o se constituye en función de un tipo de organización política o social como pueda ser la democracia, ni la convivencia más o menos sujeta a la concordia entre los españoles conforma la Patria.
Este mantra que como borregos repiten todos los políticos, y los medios de comunicación a su servicio, provoca un debilitamiento de la conciencia nacional y una destrucción de la idea de España como algo intangible a la par que  inamovible.
Pero no estamos ante una mera concepción equivocada que invada a los gobernantes y políticos en general, estamos ante una estrategia bien definida que busca la ruptura de la Unidad Nacional, para lo cual se precisa que la población no la considere irrevocable y por tanto irrompible, sino que vea en la secesión catalana un derecho derivado de la voluntad de la población de  Cataluña o de toda la población española.

Esta estrategia estaría al servicio de la consecución de un plan más amplio que buscaría acabar con España como Estado-nación troceando la identidad que conforma su unidad.

 Acabar con los Estados-nación seria uno de los pasos de la élite globalista para conformar el Nuevo Orden Mundial que dominaría la humanidad y sometería la espiritualidad al reinado del Mal.

                                                          

No hay comentarios:

Publicar un comentario