Quiero
comenzar esta entrada, referida a la continuada asistencia de la reina de
España a las reuniones del club de Bilderberg, con unas palabras que el
presidente de los Estados Unidos, J.F. Kennedy, dirigió a la prensa el 27 de
Abril de 1961 en Nueva York ante la American Newspaper Association y que
seguramente le costaron la vida.
Las
palabras a las que me refiero son las siguientes:
“…La misma palabra secretismo es repugnante en
una sociedad libre y abierta. Y estamos como colectivo inherente e
históricamente opuestos a las sociedades secretas, juramentos secretos. Para
los que nos oponemos en todo el mundo a una conspiración monolítica y
despiadada, la cual depende de la codicia para expandir un terror fundido a sus
influencias, en la infiltración en lugar de la invasión, en la subversión en
lugar de la libre elección. Se trata de un sistema que ha reclutado gran
cantidad de recursos materiales en la construcción de una bien unida y
eficiente máquina que combina operaciones militares, diplomáticas, de
inteligencia, económicas, científicas y políticas. Sus preparaciones se
ocultan, no se publican. Sus fallos se entierran no son titulares. Sus
disidentes son silenciados, no alabados. No se cuestionan sus gastos, ningún
secreto es revelado…”
El
Club de Bilderberg es precisamente eso, secretismo y dominio mediante el poder
financiero y político de las naciones y países supuestamente soberanos, un
dominio que pretende pasar por encima de los individuos, convirtiéndoles en
meras marionetas al servicio de una élite que sirve a oscuros intereses.
Este
club tuvo su primera reunión los 29 y 30
de Mayo de 1954 en el hotel Bildergerg de Oosterberk, Países Bajos.
Desde
entonces el club se reúne anualmente, asistiendo 130 personas, de las más
poderosas e influyentes del mundo, las cuales acuden previa especial
invitación.
La
reina Sofía ha acudido a las reuniones anuales excepción hecha las de los años
2012 y 2013.
Lo
que llama poderosamente la atención es que
un hecho como este de acudir de forma pública y notoria a las
convocatorias anuales de un grupo tan puesto en entredicho y con vocación de conducir la política y
economía internacional, de manera secreta y oscurantista. no haya sido
contestado por ningún grupo político, periodístico, ni siquiera por
los más recalcitrantes antimonárquicos.
Estos
silencios ponen de manifiesto hasta que punto llega el poder de los Bidelberg.
La
última reunión, cuyas sesiones se han celebrado hace sólo unos días en Copenhague, han contado con la reina
Sofía, el ministro García Margallo y el banquero Juan Maria Nin como los
invitados españoles.
Según
la periodista de investigación Cristina Martín Jiménez, en esta reunión se va a
decidir el futuro de Europa y las próximas ingerencias geopolíticas del
exclusivo cenáculo en el mundo.
Todo
esto teniendo muy en cuenta los resultados de las recién celebradas elecciones
europeas.
Habrían
decidido acabar totalmente con la soberanía de los estados-nación merced a la
integración en la Unión Europea.
Según
informa el Confidencial Digital, la reina Sofía habría escuchado durante las sesiones de la reunión
de este año opiniones favorables a la abdicación del rey Juan Carlos I,
planteándose la instauración de una monarquía federal encabezada por Felipe VI.
Los
dirigentes del gobierno mundial en la sombra habrían comparado la situación por
la que atraviesa actualmente España con los primeros años de la democracia, en
los cuales el rey habría tenido la fortaleza suficiente para hacer los
necesarios malabarismos y desmontar el
régimen del 18 de Julio.
Estos
mismos líderes hoy día creen que el Borbón no está dotado de las capacidades y
apoyos suficientes para afrontar el reto que lleva aparejado la crítica
situación actual de España.
Ahora
creen que don Felipe es la mejor opción. Según el Confidencial Digital el
nuevo rey habría de acometer una segunda transición, una transición que habría
de traer a España una monarquía federal que pondría freno, supuestamente, a las graves tensiones territoriales que amenazan a
España.
Esa
monarquía federal a la que se refieren sería muy similar a la actual Commanwealth británica, en la cual la
jefatura del Estado recaería en Felipe VI pero la soberanía la tendrían cada
una de las “nacionalidades históricas”(Cataluña, Vascongada y Galiciano), a estas
se les podrían sumar el resto de las Comunidades Autónomas.
Según
señala la Gaceta, fue en esta reunión de Copenhague donde se consensuó la abdicación del rey. La
abdicación la anunció el Borbón el 2 de Junio del 2014, al día siguiente de ser
tomada la decisión por el Club de
Bilderberg.
Es
muy probable que la postura de la reina de España, y la influencia de esta
sobre los asuntos españoles, habría tenido gran importancia en la decisión
tomada por los Bilderberg para que abdicase el Borbón.
Esto
no es de extrañar dado el resentimiento que le deben haber producido las
numerosas y públicas infidelidades, y los malos tratos que recibió a manos del
rey, de los que habría sido testigo el Secretario General de la Casa de su Majestad , general Sabino Fernández Campos, hechos que relató al
periodista Carlos Dávila, según señala
el espía digital.
No
es de recibo que la política y economía de naciones supuestamente soberanas se
vean determinadas por una serie desconocida de individuos que se mueven en función
de intereses económico-financieros o que
estén al servicio del sionismo internacional.
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