domingo, 22 de junio de 2014

LOS SÍMBOLOS DEL NUEVO BORBÓN.


                                                                                   

La mañana del pasado 29 de Junio tuvo lugar ante las Cortes españolas el juramento, toma de posesión y consiguiente entronización del sucesor de Juan Carlos I, recientemente abdicado, Felipe VI.

                                                                     

Tanto cuestiones relativas al propio juramento como al escudo real que  el nuevo Borbón ha elegido dicen mucho más de lo que de una visión superficial se pudiera deducir.

Antes de entrar a analizar los hechos y exponer los  significados de estos se hace preciso señalar que los detalles en los hechos nunca carecen de importancia, puesto que los signos y símbolos buscan transmitir algo, sobre todo si estos son variaciones respecto a otros ya establecidos

En primer lugar nos vamos a referir al nuevo escudo real , el del recién entronizado Felipe VI, a sus cambios y al significado de los mismos.

Lo que primero llama la atención del nuevo escudo del pabellón real de Felipe VI respecto al de su antecesor Juan Carlos I es la desaparición de las aspas de San Andrés , las cuales sobre fondo blanco habían sido la bandera  nacional entre 1506 y 1793.

                                                                           
Estas aspas  se encuentran sobre las alerones de cola de todas las aeronaves  de los ejércitos españoles. Esta voluntaria desaparición es signo de quiebra con la historia de España.
 El siguiente aspecto al que nos vamos a referir lo encontramos en que  dejan de estar presentes el yugo y las flechas, los cuales  para nada tienen su origen  o base en el régimen de Franco ni en el escudo de la Falange. El yugo y las flechas, ahora retirados del escudo real  por Felipe VI, formaban parte del escudo español desde la época de los Reyes Católicos tras la conquista de Granada en 1492. El prescindir de este signo que simboliza a los reyes católicos y a la unidad política que ellos lograron  lleva aparejada una ruptura con la continuidad histórica de la realidad hispana en tanto unidad.

                                                                     

Pero no terminan aquí las variaciones, nos encontramos con que el color del león rampante situado en el cuadrante superior derecho del escudo pasa de rojo a lila. Los comuneros, aquellos que defienden la independencia de León, utilizan como seña un león, pero no rojo sino lila.

                                                                              

Siguiendo con los signos, que para nada son cuestiones menores, nos encontramos con algo fundamental y que transmite con meridiana claridad el principio básico del nuevo monarca.

Cuando Felipe de Borbón juró la Constitución, lo hizo poniendo su mano sobre un ejemplar de la misma y no sobre los Evangelios, de este modo rompía con la costumbre de los monarcas españoles y colocaba  la ley de los hombres por encima de la Ley de Dios. Por si no quedaba suficientemente clara esa idea de la primacía del ser humano no hubo ningún crucifijo presente durante la jura, otra novedad que rompía la continuidad histórica y la costumbre española, los ministros continúan, hasta ahora al menos, jurando o prometiendo frente a un crucifijo.

                                                                        


Pero por si todo lo anterior no había quedado suficientemente claro nos encontramos con dos cosas más:

Una es la ausencia del Borbón padre, el abdicado, en el juramento y proclamación de su hijo Felipe.
Esto resulta sumamente extraño puesto que se trataba de una sucesión en vida, con lo que se producía era un traspaso dinástico. La no presencia del Borbón padre sólo puede significar un profundo desacuerdo respecto a la política que sabe va a desarrollar su vástago o que su abdicación había sido forzada, no olvidemos que en la reunión de Bilderberg en Copenhague  se marcó, dos días antes del anuncio de su abdicación, que Juan Carlos tenía que abdicar y que su sucesor, Felipe VI debería hacer una transición a una monarquía federal.

Otro punto significativo, no menor aunque si coincidente con todos los antes señalados, es que no se haya celebrado ninguna Misa tras la entronización a modo de acción de gracias y de petición de ayuda divina.

En el caso de la ausencia de Juan Carlos I se adujo que el padre no quería  restar  protagonismo a su  hijo, explicación poco creíble dado que la atención que podía atraer sobre si el Borbón era ninguna.

En el caso de la Misa se argumentó que España no es un país católico, pero esto no tiene ningún sentido dado que son muchos los funerales de Estado que se celebran  y a los que han acudido  los ahora reyes.
El significado que se deduce es que ya no acudirán  ni se celebrarán.

El catolicismo a las catacumbas y la Unidad de España al garete parece ser el mensaje.

miércoles, 11 de junio de 2014

Sofía de Bilderberg




                                                                             

Quiero comenzar esta entrada, referida a la continuada asistencia de la reina de España a las reuniones del club de Bilderberg, con unas palabras que el presidente de los Estados Unidos, J.F. Kennedy, dirigió a la prensa el 27 de Abril de 1961 en Nueva York ante la American Newspaper Association y que seguramente le costaron la vida.
Las palabras a las que me refiero son las siguientes:

“…La misma palabra secretismo es repugnante en una sociedad libre y abierta. Y estamos como colectivo inherente e históricamente opuestos a las sociedades secretas, juramentos secretos. Para los que nos oponemos en todo el mundo a una conspiración monolítica y despiadada, la cual depende de la codicia para expandir un terror fundido a sus influencias, en la infiltración en lugar de la invasión, en la subversión en lugar de la libre elección. Se trata de un sistema que ha reclutado gran cantidad de recursos materiales en la construcción de una bien unida y eficiente máquina que combina operaciones militares, diplomáticas, de inteligencia, económicas, científicas y políticas. Sus preparaciones se ocultan, no se publican. Sus fallos se entierran no son titulares. Sus disidentes son silenciados, no alabados. No se cuestionan sus gastos, ningún secreto es revelado…”

                                                                     



El Club de Bilderberg es precisamente eso, secretismo y dominio mediante el poder financiero y político de las naciones y países supuestamente soberanos, un dominio que pretende pasar por encima de los individuos, convirtiéndoles en meras marionetas al servicio de una élite que sirve a oscuros intereses.

                                                                            


Este club tuvo su primera reunión  los 29 y 30 de Mayo de 1954 en el hotel Bildergerg de Oosterberk, Países Bajos.

Desde entonces el club se reúne anualmente, asistiendo 130 personas, de las más poderosas e influyentes del mundo, las cuales acuden previa especial invitación.
La reina Sofía ha acudido a las reuniones anuales excepción hecha las de los años 2012 y 2013.

Lo que llama poderosamente la atención es que  un hecho como este de acudir de forma pública y notoria a las convocatorias anuales de un grupo tan puesto en entredicho y  con vocación de conducir la política y economía internacional, de manera secreta y oscurantista. no haya sido contestado  por ningún  grupo político, periodístico, ni siquiera por los más recalcitrantes antimonárquicos.
Estos silencios ponen de manifiesto hasta que punto llega el poder de los Bidelberg.

La última reunión, cuyas sesiones se han celebrado hace sólo unos días  en Copenhague, han contado con la reina Sofía, el ministro García Margallo y el banquero Juan Maria Nin como los invitados españoles.
Según la periodista de investigación Cristina Martín Jiménez, en esta reunión se va a decidir el futuro de Europa y las próximas ingerencias geopolíticas del exclusivo cenáculo en el mundo.
Todo esto teniendo muy en cuenta los resultados de las recién celebradas elecciones europeas.

Habrían decidido acabar totalmente con la soberanía de los estados-nación merced a la integración en la Unión Europea.

Según informa el Confidencial Digital, la reina Sofía habría  escuchado durante las sesiones de la reunión de este año opiniones favorables a la abdicación del rey Juan Carlos I, planteándose la instauración de una monarquía federal encabezada por Felipe VI.

Los dirigentes del gobierno mundial en la sombra habrían comparado la situación por la que atraviesa actualmente España con los primeros años de la democracia, en los cuales el rey habría tenido la fortaleza suficiente para hacer los necesarios malabarismos  y desmontar el régimen del 18 de Julio.

Estos mismos líderes hoy día  creen que  el Borbón no está dotado de las capacidades y apoyos suficientes para afrontar el reto que lleva aparejado la crítica situación actual de España.
Ahora creen que don Felipe es la mejor opción. Según el Confidencial Digital el nuevo rey habría de acometer una segunda transición, una transición que habría de traer a España una monarquía federal que pondría freno, supuestamente, a las  graves tensiones territoriales que amenazan a España.
Esa monarquía federal a la que se refieren sería muy similar a la actual Commanwealth  británica, en la cual la jefatura del Estado recaería en Felipe VI pero la soberanía la tendrían cada una de las “nacionalidades históricas”(Cataluña, Vascongada y Galiciano), a estas se les podrían sumar el resto de las Comunidades Autónomas.

Según señala la Gaceta, fue en esta reunión de Copenhague  donde se consensuó la abdicación del rey. La abdicación la anunció el Borbón el 2 de Junio del 2014, al día siguiente de ser tomada la decisión  por el Club de Bilderberg.

Es muy probable que la postura de la reina de España, y la influencia de esta sobre los asuntos españoles, habría tenido gran importancia en la decisión tomada por los Bilderberg para que abdicase el Borbón.

                                                                         


Esto no es de extrañar dado el resentimiento que le deben haber producido las numerosas y públicas infidelidades, y los malos tratos que recibió a manos del rey, de los que habría sido testigo el Secretario General de la Casa de su Majestad ,  general Sabino Fernández Campos, hechos que relató al periodista  Carlos Dávila, según señala el espía digital.



No es de recibo que la política y economía de naciones supuestamente soberanas se vean determinadas por una serie desconocida de individuos que se mueven en función de  intereses económico-financieros o que estén al servicio del sionismo internacional.

Pero lo que tampoco se puede aceptar es que la reina de España acuda de manera continuada a las reuniones de esta gente y  de hecho esté condicionando el presente y futuro de nuestra Patria.

                                                                           

lunes, 9 de junio de 2014

LAS RAZONES DE UNA ABDICACIÓN.



                                                                           

El mes pasado todos los teletipos transmitieron la noticia de que el aún rey  Juan Carlos I había tomado la decisión de abdicar  y que había comunicado tal decisión al Presidente del Gobierno Mariano Rajoy. Inmediatamente los comentarios respecto a tal hecho y sus consecuencias  se levantaron por todos lados: artículos periodísticos, notas en las redes sociales y conversaciones  particulares.
 Uno de los aspectos que más los ocupó fue el tan traído y llevado tema de la sustitución del actual régimen monárquico por  otro de corte republicano.

Todos los comentarios y opiniones  que se vertieron respecto a las consecuencias de la abdicación y las referencias a la conveniencia o no  de la instauración de un régimen republicano desde luego tienen su importancia, lo que para nada ha quedado mínimamente aclarado es lo que se refiere a las causas de la abdicación del Borbón.

Desde mi punto de vista este es el tema fundamental, y lo es debido a que conocerlo nos permitiría vislumbrar la realidad de la situación actual, los acontecimientos que en un futuro cercano se pueden esperar y  quienes son los verdaderos  directores de la tragicomedia a la que asistimos en nuestra Patria.

Conocer cuales son las causas que han motivado la abdicación del Borbón no es desde luego algo sencillo, puesto que no  estamos dentro de la cabeza del rey felón, no formamos parte del circulo de sus cortesanos ( políticos, periodistas y banqueros) y no somos ninguno de los poderes en la sombra que marcan el paso a los líderes nacionales y mundiales, incluido el monarca español.

Siendo esto así, lo que si podemos hacer  es tomar en consideración toda una serie de datos, informaciones, coincidencias y consecuencias que nos proporcionarán  una visión  más que plausible de lo que realmente ha motivado la decisión del Borbón.

Un análisis que considere todo esto nos lleva a un escenario muy complicado, en el cual se  entrelazan razones muy dispares que consideradas de modo aislado pudieran parecer distintas en exceso y en algunos puntos incluso contradictorias.
 Ocurre que pretendemos que las razones sean únicas, sencillas y  fácilmente ordenables. Ahora bien, esto en la mayor parte de los casos no es posible, puesto que tal y como ocurre en todos los aspectos de la vida personal y de la historia, las realidades y decisiones humanas son la suma de factores muy variados, que terminan confluyendo en la toma de decisiones o en el desarrollo de acontecimientos concretos.

En el caso que nos ocupa nos encontramos con varios factores distintos que considerados en conjunto han llevado a que el Borbón tome la decisión de abdicar en el actual príncipe de Asturias. Cada uno de estos factores, que son distintos pero no excluyentes, conforman una realidad compleja, que sólo una visión que integre todos los datos permitirá conocer lo que realmente se esconde tras la abdicación real. 

Ahora vamos a enumerar  los distintos factores que han convergido para desencadenar  la abdicación del Borbón.

En primer lugar hay que señalar que en la reunión de este año del club Bilderberg, que se ha desarrollado en Copenhague,  se señaló  la conveniencia de que el rey abdicase en la persona de su hijo Felipe, esto  para salvaguardar la estabilidad en España, y lo que esto significa para ellos  que es la continuidad del sometimiento de nuestro país a los dictados mundialistas.

                                                                   

Del mismo modo en esta reunión se señaló que el reinado del futuro Felipe VI  habría de dar lugar a una Monarquía Federal.

En segundo lugar hay que apuntar que no son pocos los medios digitales que ponen de manifiesto la necesidad de que la abdicación se produjese en este momento, antes de que Rubalcaba abandonase la presidencia del PSOE, dado que se cuenta con que el actual presidente del Partido Socialista apoyará las medidas de irresponsabilidad tanto de Felipe VI como el blindaje retroactivo del actual  Monarca Juan Carlos I, y no se sabe cual podría ser la postura de quién sustituya a Rubalcaba a la cabeza del PSOE, o el papel de una extrema izquierda antimonárquica en auge, de hecho el meteórico ascenso  de Podemos fue tratado también en la reunión del Club de Bilderberg partiendo de un informe del ministro Margallo.

                                                                    


La puesta en marcha de un “blindaje retroactivo” para Juan Carlos I, se hace acuciante ya que medios, tanto nacionales como extranjeros, están sacado a la luz temas que pueden manchar  y afectar legalmente al Borbón, temas como las comisiones por el petróleo Saudí que importa España o los contratos que  se han conseguido, gracias al Borbón según la prensa cortesana, el tema del extraño suicidio de la joven actriz “amiga” del Borbón, Sandra Mozarowski, el asunto de los cuadros del Duque que está parado en los juzgados, la cuestión de la retirada  y entrega del Sahara a Marruecos, las actividades representando al Estado español de Corina, etc.
                                                                      

        



                                                                       


Al igual que ocurre con lo que anteriormente se ha señalado, hay algo que  ha empujado a que la abdicación se produzca en este momento y no más tarde.  Al abdicar ahora Juan Carlos I y ser nombrado rey el hasta ahora príncipe Felipe, futuro Felipe VI, este  pasaría a ser irresponsable e inviolable con lo cual se libraría de una más que  probable imputación por haber participado en los asuntos corruptos de la Infanta Cristina y su marido Urdangarín , y seguramente en otros asuntos más.

                                                                  



La practica totalidad de la prensa nacional recoge como ya se ha decidido, con el apoyo del PSOE, que Juan Carlos I  conservará su inviolabilidad e irresponsabilidad para todo aquello que hubiese realizado durante el tiempo que ha durado su reinado.


Todas la circunstancias apuntadas, si se consideran de modo global, nos  dan una nueva  perspectiva y una explicación que para nada tiene que ver con esa bondadosa abdicación que se nos ha querido vender.

Lo que se en el fondo se pretende es que Felipe VI lleve a cabo una segunda transición  que de como resultado  una monarquía federal que permita la desintegración de España como Estado-Nación y blindar al nuevo y al antiguo rey para de ese modo tenerlos perfectamente controlados.


Ahora bien, esta segunda transición comandada por el nuevo rey no podrá llevarse a cabo si la sociedad española, no monárquica aunque sí Juancarlista, no acepta la figura de Felipe VI, para ganarse al pueblo Felipe habrá de hacer como su padre, realizar un  nuevo 23 F que le permia aparecer como "salvador de la democracia", y se gane el afecto y agradecimiento de los españoles que pasarían a considerarse felipistas aunque no fuesen monárquicos.

lunes, 2 de junio de 2014

Abandonar el barco cuando se hunde.


                                                                         
Si el capitán de un barco lo abandona  cuando se hunde es enjuiciado, pero además de la cuestión legal derivada de la comisión del hecho todos le calificaran de cobarde. Ya se sabe que cuando un barco se hunde las primeras que lo abandonan son las ratas.

La situación por la que atraviesa España es lo suficientemente grave como para considerar la abdicación del Borbón una traición, de hecho la Constitución de 1987 dice que  el Rey, además de  Jefe del Estado es “símbolo de la unidad y permanencia”, del Estado se entiende,
España en estos momentos se enfrenta a un desafío secesionista que pone en grave riesgo la Unidad Nacional, la abdicación de quién según la Constitución es símbolo  de su unidad y permanencia es como mínimo  una temeridad, aunque los adjetivos que  realmente la define son cobardía y traición. 

Muchos dirán que la abdicación del Borbón  se justifica  por la situación de desprestigio  personal y por el  desgaste que la institución monárquica  tiene en estos momentos entre la mayoría de los españoles, otros  acudirán a la situación física por la que atraviesa el monarca, y no faltarán los que buscarán en el más que probable enjuiciamiento de la infanta  la razón última del abandono.´

                                                                    

Pero ninguna de esas “razones” pasan de ser meras excusas de cortesano. Y no son razones dado que  ninguna de ellas justifican, ni de lejos, crear un problema que agrava aún más  la ya de por sí gravísima  situación secesionista.  El monarca se ha de mantener en su puesto y  afrontar el reto de los que tratan de romper la Unidad de España. La  imagen que tiene ante la opinión pública, que se ha ganado a pulso, no es óbice para abandonar la más alta jerarquía  y abandonar la defensa de la Unidad de España.
La cuestión que hace referencia al tema de la salud y al cansancio físico, tampoco sirve, puesto que no parece haberle impedido  irse de safari, de viaje a Arabia , a esquiar o realizar otras actividades: lúdicas y/o placenteras.
Por último está esa “razón”, esa que señala al más que posible enjuiciamiento de la Infanta, la contestación a esta verdadera excusa  resulta obvia, los problemas personales y/o familiares se  han de plegar a los de la Patria. Ser rey no es sólo veranear en Mallorca, viajar o ir de safari.

                                                                     


Hemos de considerar la gravedad de que el aún Príncipe Felipe asuma la Corona y con ella pase a ser el símbolo de la unidad y permanencia de España.
No podemos pasar por alto que fue este quién  afirmó en Barcelona ante las increpaciones de un empresario secesionista, que  el tema de la celebración de la consulta soberanista no era responsabilidad suya. O sea, que en lugar de aprovechar la situación para afirmar la Unidad Nacional simplemente quiso quedar bien con el auditorio y “echó balones fuera”.

                                                                          


En segundo lugar no podemos olvidar que carece de la autoridad sobre las más altas jerarquías de las Fuerzas Armadas. Y esto es así debido a que   esta autoridad deriva en su práctica totalidad de lo que el Generalísimo Franco  ordenó en su último mensaje.

Por si fuera poco hay que recordar que  el futuro Felipe VI dijo el 21 de Abril de 1992 en el Parlamento de Cataluña: "Cataluña será lo que los catalanes quieran que sea". Es decir que no considera la Unidad de España como una realidad en sí misma, si no que para él es meramente ocasional, ya que la hace depender de la cambiante voluntad del pueblo, o como es el caso de una parte de este.

El actual Príncipe Felipe carece de tal autoridad delegada y ante el pueblo, mayoritariamente antimonárquica, aunque sea juancarlista gracias al montaje del 23 F.
El pueblo español no aceptará una monarquía dilapidadora en una situación de crisis económica y social tan grave.

De todo lo señalado se deduce que la decisión tomada por el Borbón es una muestra de cobardía, de traición a la obligación del monarca de proteger la Unidad de España y que pone a nuestra Patria ante un escenario poco  menos que bélico.

                   ¡¡¡Arriba España!!! y  ¡¡¡ Viva la Unidad de España!!!