Esta
mañana nuevamente nos hemos desayunado con la noticia de otro asalto masivo a nuestra frontera,
nuevamente inmigrantes subsaharianos han saltado la verja y han entrado
ilegalmente en territorio español. En esta ocasión la novedad reside en la enorme cantidad de asaltantes, mil nada
más y nada menos, de los cuales cuatrocientos han logrado entrar en Melilla.
Tras
este nuevo episodio de la lenta, pero inexorable, invasión de nuestro
territorio se han repetido los acontecimientos de siempre.
La
llegada al CETI melillense para que aquellos que acaban de cometer un delito, violar la frontera, reciban sustento y disfruten de techo a cargo del erario público,
amén de alimentar el “efecto llamada” que colabora con las mafias para que
decenas de miles de subsaharianos estén en las proximidades de la frontera con
Melilla esperando el momento para entrar en nuestro territorio.
El
segundo paso lo desarrolla el buenismo suicida
de “los caritativos”.
En
el informativo de las diez de la cadena COPE cayeron nuevamente en la melosa y
falaz repetición de argumentos simplistas. Hablaron de la situación de pobreza que los
inmigrantes tienen en sus países de origen, en el hecho de que carecen de un
futuro, de que les gusta mucho el futbol español o de que ven a través de la
televisión la riqueza de Europa.
Lo
que a todos estos buenistas de chichinabo, estos defensores de la caridad a
costa del bienestar y la dignidad de los nacionales, se les parece olvidar es
que en España el 27.3% de la población sufre ya la pobreza, que el paro juvenil
es del 50%, alcanzando el 60 en Andalucía, que el porcentaje de desempleados en
nuestro país alcanza el 26.03, o sea 6.202.700 personas, y que el número de familias con todos sus miembros
en paro roza los dos millones.
Acudir
al sentimentalismo que utilizan los expertos en plegarse a lo políticamente
correcto es evadir la realidad para aparecer como los amigos de los
desheredados.
Pero
con ello no están haciendo otra cosa que estimular que la pobreza aumente en
España a la par que empujan a unos inmigrantes, que nunca encontraran trabajo, a la
mendicidad y la delincuencia.
La
frase típica de estos “humanistas:” la solución no está en levantar verjas o
muros, está en ayudarles en sus países y en
acogerles una vez que estén entre nosotros.
El
problema que parecen no ver, o no quieren verlo, está en que todo este
movimiento migratorio no es para nada espontáneo, y que el resultado de la entrada masiva
de inmigrantes ilegales, que no tienen
posibilidad de encontrar un trabajo, es empujarlos a la mendicidad, a la
delincuencia y finalmente a desarrollar una animadversión contra los españoles puesto que todas las
expectativas que traían se verán frustradas, viendo en los “opulentos”
españoles, aunque tantos estén desempleados, a los culpables de sus males.
Y
digo que lo que acontece en nuestras fronteras del sur no es espontáneo puesto
que nadie deja su tierra si alguien no
les ha informado de que en España encontrará un futuro mejor. Nadie sin unos
medios de orientación y una infraestructura mínima (GPS, agua, comunicación,
etc.) es capaz de cruzar miles de kilómetros, algunos de ellos atravesando
zonas desérticas. Del mismo modo que a nadie se le puede escapar que para llegar a la verja, o a la costa para
salir en patera, y alcanzar nuestras costas, tienen que atravesar y
establecerse en territorio de Marruecos.
Marruecos
tiene un régimen absolutista policial que no permite que se mueva nadie por su
territorio sin su consentimiento, y si estos inmigrantes subsaharianos lo hacen
, en tan gran número, es porque de alguna forma sirve a sus intereses.
En
los años 70 Marruecos utilizó la Marcha Verde para hacerse con el territorio
español del Sahara, ahora creo que utilizan esta Marcha Negra para hacerse con
las ciudades de Ceuta y Melilla, empezando por esta última.
La
metodología se basaría en crear desesperación en estas ciudades españolas y
en que el resto de los españoles viesen que para quitarse problemas de encima lo mejor es que
Ceuta y Melilla pasasen a Marruecos.
Todo
esto se mueve gracias a unas mafias que contando con la colaboración y apoyo del gobierno marroquí están poniendo en una situación muy difícil a
las autoridades y al pueblo de España.
Lo
que ha de quedar muy claro es que este problema no es exclusivamente español,
ya que somos la frontera sur de Europa y merced al tratado Shengen las fronteras dentro de la Unión Europea
permiten que los inmigrantes ilegales pasen de un país a otro.
No
podemos permitir que la Unión Europea
se beneficie del control que
realicemos sobre nuestras fronteras sin colaborar económica o logísticamente, y que lo único que recibamos de ella sean normas económicas de recortes que
ponen en peligro nuestros beneficios sociales y sanitarios.
Y
por último hay un aspecto que todos parecen olvidar, me refiero a que estos
subsaharianos que vienen sin control alguno pueden traer consigo
enfermedades ya erradicadas en nuestro
territorio o contra las cuales no tenemos defensa alguna. Es muy llamativo que
el tema de la epidemia de Ebola que se da en la zona subsahariana no haya dado
lugar a comentario alguno pues es un riesgo cierto, y grave, para la población
nacional.
La
inmigración ilegal se ha de detener de la forma que sea necesaria, no se puede
poner el riesgo la economía, la seguridad, ni la salud de los españoles.
Basta
ya de esa mojigatería que olvida lo de dentro y sólo ve los problemas de los
otros.
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