Nunca
dos acontecimientos tan concretos han dicho tanto. Podrían haber pasado por uno
más, pero muestran con tanta claridad cual es la situación de nuestra
civilización que difícilmente pueden pasarnos desapercibidos.
Uno
de estos dos es la participación y posterior victoria en el festival de
Eurovisión de un engendro, un hombre disfrazado de mujer barbuda, que
participaba representando a Austria.
El
otro es el silencio cómplice de la Unión Europea y de las naciones
transatlánticas ante el incendio, provocado por grupos antirrusos que contaron
con la pasividad cómplice del ejercito y
las fuerzas de seguridad del gobierno golpista de Kiev.
Este
incendio de la casa de los sindicatos de Sebastopol produjo la muerte de al
menos treinta y seis personas, muchas de
ellas murieron quemadas vivas.
Ante
tamaña crueldad, el silencio de la Unión Europea, esa misma que puso el grito
en el cielo ante el referéndum realizado en Crimea y su posterior reunificación
con Rusia, es un verdadero crimen.
La
grotesca actuación a la que nos hemos referido en primer lugar pone de
manifiesto hasta que punto ha llegado la degradación del pensamiento
políticamente correcto impuesto en Europa.
Cualquier
evento, como es el caso del festival de
Eurovisión, es utilizado por los que buscan acabar con la identidad
europea para presentar como cuestiones
perfectamente normales lo que no son si
no conductas antinaturales que minan la moral y profundidad del ser europeo,
cuando no son meras patochadas.
Las
extravagancias estilo chiquilicuatre o perversiones como el travesti mujer
barbuda, forman parte de una ingeniería social
que busca que los individuos no diferencien lo bello de lo feo ni lo
bueno de lo malo. Buscan trivializar la realidad para desde el pasotismo
existencial acabar con la Europa que
levantó catedrales, impulso la filosofía griega y dio lugar al derecho romano.
Busca acabar con la Europa que produjo artistas, santos y guerreros. Su fin
último es convertirla en un erial sin raíces morales, sin identidad propia y
sujeta a un mestizaje que acabe con nuestra realidad racial. De esta forma la
resistencia ante un gobierno mundial
será imposible.
Gracias
a Dios no todo está perdido , algunos dirigentes parecen ver cual es el
verdadero objeto de todo lo que ocurre y muestran de manera pública su
oposición a todo ello.
El
presidente de la Federación Rusa Vladimir Putin , ha mostrado su malestar con
lo acontecido en Eurovisión y ha declarado que Rusia no volverá a participar en
él y que tiene intención de organizar un
festival alternativo a este.
Desde
luego no es de recibo que la belleza y
la voz de las representantes rusas fuesen derrotadas por la degenerada presencia de un travestí
disfrazado de mujer barbuda.
Ahora
vamos a referirnos al segundo acontecimiento
que también describe
la decadencia de un Occidente vendido a los intereses del dinero y del
poder que controla el sionismo. Me refiero por supuesto a la matanza que se
produjo a causa del incendio que provocaron en Odesa los grupos ucranianos antirrusos.
Como
ya se ha dicho, el resultado de la matanza de Odesa fue de treinta y seis muertos, muchos
quemados vivos.
El
silencio de las cancillerías transatlánticas y de la Unión Europea ha sido
total.
Este
silencio, unido a la colaboración con el golpe de Estado que
desde la plaza “Euromaidán” acabó con el gobierno legítimo de
Yanukobich, pone de manifiesto como la UE y la OTAN están completamente vendidos
a los intereses sionistas, los cuales controlan EEUU, la OTAN y la UE. Su interés es convertir a su títere USA en la única superpotencia, y
para ello ha de encerrar a Rusia en sus
fronteras sin permitir que tenga ningún tipo de influencia sobre la zona de
Ucrania,etc.
De
ahí las sonadas protestas contra el
regreso a Rusia de Crimea y el pavoroso silencio ante la acción criminal de los
Ucranianos proatlantistas en Odesa.
¿Qué
hay en común entre ambos sucesos: la del-a
barbuda-o y el silencio por lo de Odesa?, pué detrás están los intereses
sionistas por instaurar un Nuevo Orden Mundial.
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