Atravesamos
una época en la cual se dan unas descomunales
diferencias económicas, alimenticias y sanitarias entre tres cuartas partes de la humanidad sometidas
al hambre y la miseria y una cuarta
parte que vive en la opulencia y el despilfarro. En esta situación
aparecen en las sociedades privilegiadas unos personajes que sirven para
limpiar la mala conciencia de aquellos
que quieren seguir con el tren de vida
que proporcionan las sociedades
opulentas pero que a su vez pretenden limpiar la mala conciencia que sienten cuando a la hora
de comer ven en el televisor algún niño
famélico muriendo de hambre.
Este tipo
de personajes suelen ser multimillonarios que donan elevadísima sumas de
dinero para luchar contra la pobreza y combatir la enfermedad de los más desfavorecidos.
Desgraciadamente
este altruismo no suele ser tal, puesto
que detrás de él se suelen esconden
intereses bastante menos filantrópicos. Ocurre
que nuestra sociedad suele pasar
por alto que se den tales intereses de
lucro vestidos de buen samaritano, este
autoengaño y posicionamiento acrítico se
produce para salvaguardar esa idea del poderoso benefactor,
Y es que el
papel de acallar la conciencia de aquellos
que conforman las sociedades del bienestar resulta tan perentorio que el
autoengaño y la mentira se convierten en las opciones mayoritariamente
adoptadas.
Cuando
vemos a “uno de los nuestros”, a alguien que forman parte del mundo rico, donar tan ingentes sumas de dinero para
combatir los males antes señalados es como si una parte de nosotros también lo
hiciese, y de este modo nos estaríamos redimiendo de la culpa que sentimos
por nadar en la opulencia entre tanta hambre.
El caso más
claro de todo lo que hemos venido
señalando se da con el
multimillonario Bill Gates y la fundación Bill & Melinda Gates.
Este
personaje y la fundación que preside se
han convertido en una especie de icono
de la ayuda desinteresada a los más
hambrientos y a los países subdesarrollados, pero
desgraciadamente nos encontramos con que
no es oro todo lo que reluce. Toda esta
autojustificación lleva a que la
inmensa mayoría de los que conforman las
sociedades del “primer mundo” se niegan a considerar siquiera que tras esa imagen de filantropía se escondan intereses
que no lo son tanto. Y ocurre que todo esto les lleva a no plantearse si estas cesiones de dinero forman parte de un
plan contrario a las mínimas condiciones
de respeto hacia el ser humano.
Estas
líneas pretenden poner de manifiesto cuáles son esos intereses espurios que esconde la fachada humanitaria del fundador de Microsoft.
La
fundación, supuestamente filantrópica,
Bill & Melinda Gates adquirió en el año 2010 500000 participaciones de la empresa Monsanto,
valoradas en más de 23 millones de dólares. Esto pone a las claras que la
citada fundación tiene en mente otros
objetivos que van más allá de
erradicar la enfermedad y alimentar a los pobres del mundo.
La
fundación Gates, calificada de benéfica, es
un fondo exento de impuestos que
se dedica a invertir billones
de dólares con el fin de establecer un monopolio global dominado por
plantas y semillas genéticamente modificadas. La finalidad de todo esto no
sería otra que establecer el control
corporativo sobre las fuentes alimentarias del planeta para de este modo
reducir la población mundial de una manera significativa.
No podemos
olvidar que esta reducción es un objetivo que se ha marcado el Nuevo Orden
Mundial a través de todas las
instituciones que buscan su implantación.
Este
planteamiento de reducir la población mundial además de un objetivo primordial para los que
tratan de implantar el Nuevo Orden Mundial es la base del movimiento eugenista
El padre de
Bill Gates, William H. Gates Sr, actualmente co-presidente de la fundación Bill
& Melinda Gates es el antiguo
responsable del grupo eugenista Planned
Parenthoob (Paternidad/Maternidad Planeada), organización que con posterioridad
se reconvirtió en la American Eugenecics
Society (Sociedad Americana de Eugenesia).
Bill Gates, durante
una entrevista en 2003 con Bill Moyers, admitió que su padre era el responsable
de Panned Parenthoob, asociación que se había fundado bajo la idea de que todos los seres humanos son
“reproductores insensatos” y “malas hierbas” que necesitan ser erradicadas de
forma selectiva, siempre han de ser erradicados los otros claro.
En la misma
entrevista Gates admitió que la
participación de su familia en temas
reproductivos ha sido muy extensa, poniendo como ejemplo su adhesión a las
creencias eugenistas.
Aunque la posición pública que Gates mantiene
en la actualidad es diferente, lo cierto es que las iniciativas de su fundación
no dejan de ser una estrategia
Malthusiana modificada que reduce de un modo de modo más discreto las poblaciones
sirviéndose de vacunas y alimentos
genéticamente modificados.
De hecho la
fundación Gates se centra actualmente en forzar
la introducción de OGM (Organismos Genéticamente Manipulados) en África
a través de la financiación de la
AGRA (Alliance for a Green Revolutin in Africa). La fundación
Gates reconoce haber donado al menos 264.5 millones de dólares a AGRA .
Según un
reportaje aparecido en el 2010 en La Via Campesina el 70% de los beneficiarios de AGRA en Kenia trabajaban
con Monsanto y casi el 80% de la financiación de la fundación Bill &
Melinda Gates está destinada a biotecnología.
El mismo
reportaje señalaba que la fundación Gates garantizó en Abril del 2010 880
millones de dólares para crear el Programa de Agricultura y Seguridad
Alimenticia (GAFSP), programa que es un
fuerte promotor de OGM (Organismos Genéticamente Modificados)
Este Programa fue el encargado de facilitar 35 millones de dólares en “ayudar”
al destrozado Haití para que fuesen
utilizados sistemas agrícolas y tecnologías OGM. En otras palabras, sirviéndose de la desgracia
ayudó a que sus productos se utilizasen y la población
sirviese como campo de experimentación de sus productos.
La
vinculación existente entre la fundación Gates, Monsanto y la agricultura
corporativa pone de manifiesto con
claridad la verdadera agenda que lleva adelante. Esta agenda se basa en
crear un control monopolístico a escala
mundial en las diferentes áreas de la vida
humana: vacunas, productos farmacéuticos, OGM, control reproductivo,
control climático, etc.
Sirviéndose
del dominio en todas estas áreas la
fundación Gates ha logrado tener un oligopolio que le permite realizar grandes progresos en su pretensión
de disminuir la población mundial de forma
paulatina.
Hemos de
señalar que cuando la fundación
Gates adquirió tan elevada cantidad de participaciones
de Monsanto no estaba haciéndose con una empresa caritativa, ni siquiera neutra, pues en la
década de los 60 Monsanto junto a Dow
Chemical, Uniroyal, Hercules, Diamond
Shamrokc, Thomson Chemical y TH fueron contratados por el gobierno de los
Estados Unidos para producir un herbicida denominado “agente naranja”
utilizado durante la guerra de Vietnam
con el fin de destruir la selva vietnamita y las cosechas de los vietnamitas de modo que se les privaba de alimento a los vietnamitas y de vegetación en la que esconderse.
Este
potente agente químico causó unos 400000 muertos entre la población
vietnamita e hizo que unos 500000 niños
naciesen con malformaciones.
A esto hay
que unir que el agente naranja tiene gran resistencia y permanece activo en el suelo de Vietnam
provocando graves daños en las selvas del país
y generando nuevas generaciones
con malformaciones y afectadas de cáncer.
Las
actuaciones de la fundación Bill & Belinda Gates, aunque se nos pretenda
hacer creer lo contrario, resultan sumamente negativas para la economía y el
bienestar de los más necesitados de los países del denominado “tercer mundo”.
Los Gates han centrado principalmente sus esfuerzos e inversiones en la promoción de una agricultura controlada
por corporaciones y en paradigmas médicos que sólo llevan a esclavizar más a
los más pobres. Los OGM que desarrollan y comercializar a gran escala, aniquilan
los sistemas de agricultura nativa como ha podido comprobarse en la India.
La
fundación Gates es primordialmente un negocio, puesto que la mayoría de las
donaciones del magnate acaban por favorecer sus inversiones comerciales.
Realmente no dona nada, en lugar de pagar impuestos al constituirse como
fundación benéfica se dedica a invertir sus beneficios. Está involucrado en
destruir la agricultura rural en el mundo a través de la Alianza para una
Revolución Verde en África (AGRA). Lo que hace es privar a los pobres de África de sus semillas tradicionales para reemplazarlas por
semillas de sus compañías y finalmente por OGM.
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