jueves, 9 de agosto de 2012

Genocidio contra Occidente (abre los ojos).


  
                                                  


Antes de pasar a exponer lo que esta entrada quiere  señalar haremos referencia a cual es la definición que de genocidio se ofrece en la Convención para la sanción del delito de genocidio de las Naciones Unidas de 1948, en su artículo segundo dice: “actos de genocidio son los perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente  a un grupo nacional, étnico o religioso”.
-El genocidio es por tanto un delito internacionalmente reconocido que consiste en la comisión, ya sea llevado a cabo por funcionarios de un Estado o por particulares, de actos con la intención de destruir parcial o totalmente a un grupo étnico, racial o religioso.

Cualquiera que pretenda ser mínimamente objetivo no podrá por menos que reconocer que  en los países occidentales en general y en Europa en particular se están dando todas las circunstancias para señalar que  contra ella se está cometiendo un verdadero genocidio.
La inmigración masiva de que es objeto en estas últimas décadas nuestro continente por parte de personas provenientes  de África y de Medio Oriente, trayendo todas ellas consigo sus respectivas realidades étnicas, culturales y religiosas, están llevando a que la cultura, raza y realidad religiosa europeas se vean poco a poco difuminadas y con ello terminen por desaparecer.
La intencionalidad a la que  la definición de  la Convención para la sanción del Genocidio hace referencia, la encontramos por una parte  en lo que el Islam señala,  marcando como objetivo a sus seguidores extender-imponer a todo el mundo  su doctrina. también señala que no se ha de reparar en medio alguno para alcanzar tal fin, por otro lado lo encontramos también en un planteamiento interno en lo considerado como políticamente correcto, este planteamiento marca también esta finalidad. Este planteamiento no es otro que el derivado un posicionamiento  que mantiene la interculturalidad globalizadora, un planteamiento que afirma que la mezcla y la fusión de culturas y etnias enriquece, cuando lo que realmente hace rica a la humanidad es la diversidad y no la homogenealización.

Si observamos cual es la realidad de lo que acontece en el mundo actual nadie está tratando de ocupar con oleadas  de occidentales África, AFRICA PARA LOS AFRICANOS, su existencia y diversidad, su cercanía a la naturaleza y su visión sencilla  a la par que  humana de la vida enriquece a la comunidad humana en su conjunto.


                                         

                                           
Nadie trata tampoco de ocupar Asia con  ingentes cantidades de Occidentales consiguiendo de este modo con su  presencia y no integración cultural o afinidad racial acabar con la milenaria y sabia  cultura e identidad racial asiática. ASIA PARA LOS ASIÁTICOS. 


                                             

                                             

El foco cultural, de milenaria sabiduría, de costumbres ancestrales  y de endemismo racial propios de la India tampoco está siendo puesto en peligro por una masiva llegada de occidentales que cultural, racial y étnicamente presenten realidades distintas y que   con  su asimilación daría lugar a una realidad distinta que acabasecon la existente. LA INDIA PARA LOS INDIOS.

                                         

                                              

Cuando  desde todos los medios se nos habla, y con toda razón, de la necesidad de preservar la biodiversidad en nuestro planeta nadie pone esto en duda o levanta la voz contra ello. Ahora bien, cuando esta misma concepción es aplicada a las culturas, razas o etnias humanas inmediatamente se levanta una especie de tabú, el cual viene a calificar de racista a todo aquel que no abogue por la interculturalidad y mescolanza cultural o racial, aunque de ello se derive la desaparición de la diversidad.
Y para evitar la facilona clasificación de estas palabras como  racistas, segregacionistas o defensoras de la supremacía blanca repetiremos que la diversidad cultural, de costumbre, étnica y racial son una riqueza para la humanidad que ha de ser protegida. Y de ello ha de derivarse que  ninguna de estas realidades culturales y raciales deben en modo alguno ser destruidas por la intervención de otras, aunque esta desaparición sea debida a la tan cacareada integración.

Este dato  es realmente significativo: en 1930 la población blanca era  el 35% de la población mundial, hoy es tan solo del 8%.

                                             

Entre la baja tasa de natalidad, la aplicación masiva del aborto y el mestizaje cada vez más extendido, la situación se hace realmente preocupante si nos fijamos en la pervivencia a medio plazo de la población europea como realidad diferenciada(que aunque mucho no lo vean o quieran verlo, forman también parte de la diversidad humana).
La inmigración  africana, especialmente la de origen musulmán presenta una especial problemática, y hago referencia  a ello debido a lo siguiente:
Por un lado presentan una casi imposible  integración cultural dada su condición musulmana, la cual busca por un lado la extensión de la Sharia (ley islámica) y la conversión de los “infieles”, nosotros, por los medios que fuesen necesarios, y por otro la diferencia racial  lleva con mucha máyor facilidad a una pérdida de la nuestra.

                                                  
Se podrá argüir que realidades como las que se han citado más arriba (baja natalidad, aborto y mestizaje) no se deben a la inmigración sino que  es cuestión de los occidentales. Es cierto, pero no es menos cierto que  es ante la realidad ante la que se han de tomar medidas para preservar la diversidad humana.
Si un africano, asiático o indio afirma defender o busca preservar su cultura, raza o costumbres es considerado como un individuo que mantiene posiciones lógicas y 
respetables, pero si por el contrario el que lo hace es un occidental blanco es inmediatamente tachado de racista o xenófobo.

Pero a pesar de las descalificaciones de que pueda ser objeto el que eso afirme la realidad no por eso deja de ser cierta.  Europa, la civilización occidental y la raza blanca están siendo objeto de  un genocidio que las aboca a la desaparición.


                                             
Lo que no puede ser es que  África sea para los africanos, Asia para los asiáticos, la India para los indios y  Europa y el resto de los países occidentales blancos lo sea para todos, no es justo y  resulta un paso hacia la destrucción de nuestra cultura y raza.     

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