Nuevamente nuestros gobernantes, lo mismo hicieron los socialistas cuando gobernaban, van a “inyectar”-dar a la banca una elevadísima cantidad de dinero, aproximadamente 10000 millones de euros tan sólo a Bankia. El monto total de lo que se va a dar a la banca, dar aunque se hable de que son créditos a un alto interés y con contraprestaciones, será infinitamente más elevado.
Y
esto ocurre cuando incluso las partidas
presupuestarias dedicadas a educación y
sanidad han sido reducidas, cuando los
impuestos más generalizados y menos justos como es el que deriva de la aplicación
del i.v.a. aumentan, cuando las relaciones laborales son descaradamente empeoradas a través de la reforma laboral,
cuando el IRPF sube y cuando habrá que pagar hasta por visitar al médico o pedir recetas.
Cuando
cualquiera hace referencia a lo que
acabamos de exponer, enseguida aparece alguien que dice que todo esto es
demagogia y manipulación, puesto que dar
ese respaldo económico a los bancos es absolutamente preciso ya que de otro modo
los bancos se hundirían, y si ellos caen
lo hará la economía completa, el país se vendrá abajo.
Lo
triste es que es cierto, que si los bancos
se hunden se viene abajo la economía nacional, pero es triste no
porque lo digan, es triste porque
España, al igual que la totalidad de los países que integran el Occidente capitalista, vive sometida a los dictados de los poderes de unas personas dueñas de
empresas privadas, los bancos.
La
solución no es sólo una posibilidad es
una obligación, es preciso nacionalizar
la banca, con el crédito bancario es suficiente.
El
Estado, que en el fondo somos todos, ha de crear un banco público que se encargue de guardar el dinero de los
ciudadanos y que preste a un
interés muy bajo.
La
finalidad de la banca pública sería el bien público, buscaría al igual que los
actuales lograr beneficios pero
estos beneficios, lejos de dirigirse a llenar
los bolsillos de los dueños del capital, de los altos ejecutivos o de los accionistas revertiría en
aspectos sociales y en poder ofrecer
prestamos a los ciudadanos a un interés
mucho menor.
Basta
ya de socializar las pérdidas al
cargar el pueblo con los problemas económicos de los bancos “inyectando” dinero y a la
vez privatizar las ganancias puesto que cuando el banco obtiene beneficios nunca
los reparte entre la ciudadanía.
Y
por otro lado, un Estado no puede
permitir que existan unas entidades privadas que menoscaben la soberanía
e independencia del poder político nacional.
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