sábado, 24 de diciembre de 2011

El mensaje de Navidad.

La Constitución en el título II, que va del artículo 56 al 65, señala entre otras cosas que el Rey es el Jefe del Estado de España, que es símbolo de su unidad y permanencia y que debe arbitrar el funcionamiento de las instituciones, así como  representar al reino de España.
Ha de quedar muy claro que la Monarquía ha de servir a España y no España a la Monarquía.                         


                                                            
Y esto lo señalo puesto que las palabras  que el Borbón ha dirigido a los españoles  como mensaje navideño  parecía que  buscaban más el aplauso  y  ganarse la simpatías de estos en busca de asegurar  su continuidad como Monarca y la de su hijo   como no lejano sucesor que otra cosa.
El mensaje  se dedicó  de modo fundamental, y prácticamente único, a la grave situación económica por la que atraviesa nuestra nación y al elevadísimo desempleo que  está padeciendo y que lleva a la pobreza y a la desesperación a no pocos compatriotas.
Pero con ser este un problema fundamental, quizá el primordial visto desde  una concepción de la Justicia Social, no es desde luego el  que más ha de  ocupar al rey.
No olvidemos que  es símbolo de la unidad y permanencia de la Patria, y si en su  intervención televisada no hace mención alguna a la situación crítica por la que en estos momentos atraviesa España en lo que hace a su unidad está de hecho incumpliendo con su deber.
No ha tenido tiempo para hablar de lo fundamental que como monarca debería preocuparle y por tanto referir, pero si lo ha tenido para señalar que estamos en un “país vertebrado”, cuando estamos en una situación de disolución  nacional en la que un estatuto, el catalán, señala que una parte de España es una nación, en el que grupos secesionistas como Amaiur, Esquerra o los nacionalistas del PNV y Convergencia  ocupan  escaños del parlamento nacional. Y a todo esto tendría  haber señalado  que en Vascongadas la representación que los filoterroristas y secesionistas  tienen es inmensa.


                                                              
Tampoco ha perdido ocasión, para decirnos  cuanto admira lo preparado,honesto y  válido que será el Príncipe Felipe para sustituirle al frente de la jefatura del Estado


                                                                

Refiere una supuesta victoria sobre el terrorismo al haber abandonado este, al menos durante un tiempo, su actividad asesina. Ahora bien con esa afirmación no hace si no  olvidar, de modo deliberado puesto que analistas y asesores no le faltan,  que si abandonan la actividad terrorista es porque  ven que pueden lograr su objetivo, que siempre ha sido  y continúa siendo de romper la Unidad de España con la secesión de Vascongadas.

En otras palabras, un discurso  populista vacío de todo contenido que haga referencia a la Unidad de España, que es su  primordial misión como símbolo de la unidad y permanencia de España.


                                                                  

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