domingo, 21 de agosto de 2011

Las agencias de calificación de riesgo


La función que supuestamente desarrollan este tipo de agencias, también  llamadas  agencias de rating, es la  de calificar los productos financieros o activos, referidos tanto a  empresas o a Estados. Las calificaciones que ellos aportan valoran el riesgo de impago y el deterioro en la solvencia del  emisor.  Este tipo de agencias funcionan  por cuenta de un cliente que las contrata.
Lo anteriormente expuesto hace referencia a la función que  teóricamente desarrollan  las agencias de calificación de riesgo. Ahora bien, su verdadero papel dentro de la economía internacional no es otra que la de manipular los precios en los mercados para que de este modo sus clientes  logren  hacerse con   el   capital que  deriva de  esa manipulación. Cuando  se rebajan las notas de solvencia que estas agencias adjudican  a empresas o Estados  les están obligando a elevar los interesen  para que de esta forma  consigan vender la deuda que ofrecen.
Las empresas que tuviesen deuda pública  del Estado que ha sido calificado  de un modo negativo y que por tanto ha tenido que  elevar  los intereses de esta  se verán beneficiadas ya que al vencimiento de esos intereses obtendrán mayores intereses.
Estas agencias de rating tienen una fuente de ingresos, alrededor del  75% de sus ingresos en pago por sus  evaluaciones.Por otro lado, los propios Estados deben pagarles para que evalúen su solvencia ( en España  la Dirección General del Tesoro, dependiente del Ministerio de Economía pagaba 280000 euros al año a S&P y 85000 euros a Moody’s según explicó el Gobierno ante una interpelación de IU.
De hecho estas  empresas  o agencias intentan alterar, y de hecho alteran, los precios que deberían resultar de la libre competencia, causando un daño patrimonial directo al Estado y a los la economía de los ciudadanos.
Estos funcionamientos están  calificados  como delito en  el Código Penal vigente, concretamente en los artículos 284.2 y 295  y en la directiva de la Unión Europea2003/6/CE.
En la situación  económica de crisis generalizada es preciso preguntarse: ¿Hasta que punto son responsables estas agencias  de la  debacle financiera y de solvencia  que presentan los Estados?.
Los antros de poder financiero  en los que se acumula el capital cuentan con el poderío  económico suficiente para  manipulando las  calificaciones  que aportan las agencias de rating puedan  aumentar sus beneficios aún a costa del equilibrio económico de un Estado y por tanto de la economía de sus ciudadanos.
No podemos encontrar con situaciones como la que se dio  el 28 de Abril del 2010, cuando  tres minutos antes del cierre de las bolsas europeas  S&P anunció la rebaja  de la calificación de la deuda soberana de España. Esto llevó a que  en la sesión siguiente el IBEX35 triplicase sus pérdidas, causando pérdidas muy grandes para  la mayoría y grandes  beneficios en aquellos otros, una minoría, que contaban  con la “adecuada”, información. Privilegiada que les comunica la Agencia de Rating.
Esta no es si no una muestra más de cómo   el capitalismo internacional maneja  a su libre albedrío  el funcionamiento económico de países, grandes empresas  y por  derivación de los  ciudadanos.
Un individuo solamente puede ser libre en un Estado fuerte, y desde luego un Estado esclavo de las finanzas internacionales no lo es.

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