Los
acontecimientos acaecidos ayer en Washington con el asalto y toma del Capitolio
constituyen unos muy graves hechos
para los que no tengo
explicación alguna puesto que carezco de
elementos de juicio suficientes, las explicaciones basadas en elementos
fotográficos que pondrían de manifiesto
una suerte de falsa bandera con la
participación de elementos
antifas infiltrados no explican nada
cuando se suman a las mas que cuestionables actuaciones policiales y a la participación fundamental de gran
cantidad de seguidores del aún
presidente Donald Trump.
Las que
considero incontrovertibles son las consecuencias políticas a que estos sucesos
darán lugar, a nivel no sólo norteamericano sino mundial. Todo ello derivado
del nombramiento de Joe Biden (declarado abortista y globalista) como presidente de los Estados Unidos de
Norteamérica y de la no reelección de Donald Trump para dicho puesto.
Y es que la
nueva administración norteamericana dará un tremendo impulso a las políticas
globalistas a la par que pondrá fin a los obstáculos que la administración
Trump había puesto a ellas poniéndoles freno.
Merced a los acontecimientos a los cuales ayer
asistimos el mundo en su totalidad se enfrentará, al menos durante cuatro
años, a la implementación de una estrategia globalista que se desarrollará a la
velocidad de una máquina desbocada puesto que no habrá ninguna fuerza que se oponga con un mínimo de posibilidades a su destructor
avance.
Asistiremos a como todos esos movimientos ideológicos que buscan acabar con la realidad humana natural, la destrucción de las familias mediante la ideología de género, de la esencia de la persona mediante la transexualidad y el transhumanismo. La homosexualización, acabar con la vida humana y su sentido sobrenatural mediante el aborto y la eutanasia. En el fondo buscan la transmutación de los seres humanos en meros esclavos sin alma recurriendo a vacunaciones transgénicas obligatorias, el vaciamiento de los humanos de cualquier vivencia espiritual y a nivel mayor robar la soberanía de los Estados-nación en pro de entidades supranacionales controladas a su vez por corporaciones sometidas a una élite oscura sometida al Mal con mayúsculas, dentro de estos fines que busca se encuentra el acabar con los restos de la Cristiandad y de la raza blanca europea, para ello cuenta con sustituir la población europea por una población africana negra o magrebí mayoritariamente musulmana.
Regresando a
los acontecimientos de ayer en Washington , hay que señalar que Donald Trump y
sus asesores pecaron de ingenuidad puesto que con sus políticas pro vida, contrarias a la
ideología de género, defensoras de la tradición cristiana y la defensa de las identidades nacionales parecían no haberse dado cuentacuenta del enemigo al que se enfrentaban, y que este bajo ningún concepto permitiría
que permaneciese en el despacho oval cuatro años más, siendo esto así debería haber blindado el
Capitolio y encarcelado hace ya tiempo a los enemigos de la humanidad que son los globalistas.
No debería haberse preocupado por ser tachado de golpista y totalitario pues de
igual manera ha recibido tales epítetos.
Creo que en
esa ingenuidad de la que pecaron no tuvieron en cuenta que los medios con los que cuentan los enemigos de la humanidad y del Bien son tales que nunca les faltarán , pero sobre todo cuentan con el apoyo servil y total de unos medios de comunicación que tergiversan la
verdad y engañan al pueblo para controlar así la denominada opinión pública, por
otro lado los globalistas carecen de todo
freno moral para alcanzar sus fines, para ellos el fin justifica siempre los medios, es una norma más a su servicio, no como
puede ser para los que contamos con un mínimo de moral, que pasaría de ser una
norma a constituir un obstáculo.
No tengo la
más mínima idea de cual puede ser el camino que tome esta situación en los
próximos días, tan solo deseo que el Mal no alcance sus fines y que el ser humano continúe con la
realidad natural en su esencia, salve al cristianismo, mantenga la
independencia y soberanía de sus naciones.
Es decir que el patriotismo venza al globalismo.
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