Me
escandaliza enormemente el hecho de que ante la muerte de decenas de miles de
españoles, 15.000 reconocidos, como consecuencia de la epidemia que padecemos no se lleve a cabo ninguna muestra oficial de luto.
Lejos de ello lo que se
promueven son los aplausos a las ocho, el realizar ejercicio en casa y cantar
en los balcones de nuestros pueblos y ciudades.
Muchos
parecen no darse cuenta de lo que está ocurriendo, no sólo es que no podamos
salir de casa. Están muriendo más de medio millar de compatriotas cada día, y
frente a esta realidad aplausos en la ventana, cantar o tocar la guitarra en la
terraza es toda nuestra muestra de dolor.
Acaban de
dar las ocho y de nuevo el estruendo de todas las tardes, cientos y cientos de
personas aplaudiendo a sanitarios que se están jugando la vida y que merecen
por encima de los aplausos ser dotados de los métodos de protección precisos
para no ser infectados y morir a causa de la negligencia de los gobernantes. Todos
los que hacen esto no son culpables de ausencia de dolor respecto de la muerte de
tantos miles de compatriotas, simplemente son víctimas de un bombardeo
mediático que les ha llevado a vivir en un mundo paralelo a ese que esconden datos oficiales manipulados y
esconden los medios de comunicación del pesebre.
Cada día me
irrita más que en la pantalla de televisión no aparezca ese pequeño lazo negro
que si pusieron con motivo del atentado del 11M, de los atentados de París o cuando se produjo
alguna tragedia de gran calibre.
También hecho de menos la declaración de luto nacional o la realización de algún oficio religioso nacional pidiendo por las almas de las decenas de miles de españoles muertos en esta epidemia, pero nada de nada. Cuando digo nada es nada, puesto que ni siquiera ha habido una intervención oficial del gobierno o del rey mostrando luto por los fallecidos y dando las condolencias a sus afligidos familiares. Como no parece políticamente correcto a ninguna autoridad central, autonómica o municipal se le ha ocurrido colocar la bandera nacional a media asta.
También hecho de menos la declaración de luto nacional o la realización de algún oficio religioso nacional pidiendo por las almas de las decenas de miles de españoles muertos en esta epidemia, pero nada de nada. Cuando digo nada es nada, puesto que ni siquiera ha habido una intervención oficial del gobierno o del rey mostrando luto por los fallecidos y dando las condolencias a sus afligidos familiares. Como no parece políticamente correcto a ninguna autoridad central, autonómica o municipal se le ha ocurrido colocar la bandera nacional a media asta.
Me
avergüenzo de un rey que calla, de unos gobernantes que sólo saben mentir y de
un pueblo que sólo sabe dar las palmas.
Quizá pueda haber
sido un poco injusto en lo que he señalado
respecto a la población en general, pero en el ser humano lo exterior es
muestra de lo interior, pero en favor del pueblo hay que decir que hasta cierto
punto no es consciente de la crisis humana por la que pasamos y no lo es ya que
en lo exterior no ven nada que muestre el
nivel de calamidad y muerte que padecemos.
Desde aquí
quiero mostrar mi dolor y dar el pésame a todas las familias de los miles de
víctimas de esta epidemia. Una oración por ellos.
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