Si hay una temática
sobre la que desde hace décadas e incluso centurias no se puede realizar
crítica o comentario alguno, esa es la realidad del judaísmo o del sionismo,
pero dentro de esta temática nos encontramos con que cuando se afronta el tema
de ese mito moderno que es el holocuento la cosa se vuelve mucho más peliaguda.
En este caso chocamos de frente no solamente con el desprecio o la crítica
social derivada del complejo de culpa que los mismos hijos del “pueblo elegido”
han inoculado a la mayor parte de la sociedad, nos encontramos con que poner en
duda o criticar el artículo central de la fe moderna que es el “holocausto
judío” puede tener consecuencias legales, consecuencias que se incluso pueden
hacer que demos con los huesos en
prisión.
Ahora bien,
aunque parezca imposible, hay un asunto referido a la cuestión judía que
resulta mucho más incómodo de tratar que el mito del holocausto, un tema sobre el
que se ha extendido un muy tupido velo, un velo de desprestigio y silencio que
ha resultado mucho más útil que cualquier persecución social y legal. Esta
fiesta se celebra a modo de carnaval con una exhibición de glotonería,
intoxicación y maldiciones a la memoria de Haman.
El tema al
que me estoy refiriendo y que voy a desarrollar en la presente entrada no es
otro que el conocido de modo despectivo como “libelo de sangre”. Aunque por mucho
que haya sido negado y desacreditado no deja de ser a un hecho histórico muy
real cual es el asesinato ritual judío.
La
estrategia de ignorar y desacreditar esta realidad siempre que salga o se saque
a la luz pública parece haber dado un excelente resultado puesto que ha ocultado
esta tremenda realidad histórica tan antigua como el judaísmo y que a su vez es
más actual de lo que en un principio pudiera parecer.
Debido a la
crueldad de los hechos y a la continuidad de estos desde hace más de dos milenios
estos pudieran parecer meras leyendas o cuentos sin base alguna, pero
desgraciadamente no es así, se ha tratado y se trata de una realidad más que
probada.
Hay referencias
de estos asesinatos rituales judíos hasta del siglo XX, habiéndose desarrollado
estos a lo largo de los dos últimos milenios, habiendo testimonios de primera
mano que han sido corroborados por las autoridades.
A pesar de la gravedad y crueldad del asunto
este ha dejado de ser referido después de la última mitad del siglo XIX y la
primera del XX, en esos momentos se puso en marcha un mecanismo de desacreditación
dirigido hacia todo aquel que hiciese referencia al asunto y sobre el asunto
mismo que era tildado de mero bulo oscurantista medieval y antisemita. en ese
momento se aplicó al asunto la denominación de libelo de sangre.
Cuando
hablamos del asesinato ritual judío nos referimos al asesinato de niños y
adolescentes cristianos que los judíos talmúdicos llevan a cabo para hacerse
con su sangre para lo cual les realizan numerosas punciones con la finalidad de
conseguir toda su sangre, en gran parte de las ocasiones los niños son
crucificados y coronados de espinas a modo de mofa del sacrificio de N.S.
Jesucristo en la Cruz. No hay que olvidar el odio visceral que los judíos
tienen hacia Cristo, considerado por el Talmud como un mago hijo de una
prostituta, contra su iglesia y los cristianos. Es así que el asesinato ritual
judío esta casi exclusivamente sustentado en el odio.
Para entender que el pueblo judío pueda llevar
a cabo estos sacrificios humanos hemos de enmarcar su realidad, tanto en cuanto
a su origen como en la concepción religiosa y moral en que se sustentan.
En primer lugar, hemos de señalar su origen
asiático cercano, jázaro, que desde sus costumbres chamánicas presentaban
costumbres sacrificiales y sádicas. Por otra parte, encontramos que la misma
religión judía basada en el Talmud, especialmente en el babilónico, y la Cábala
realiza prácticas que sólo pueden ser calificadas de hechicería.
En este
punto hemos de señalar episodios tales como aquel en que el mismísimo Jehová
pidió a Abraham que le sacrificase su primer hijo, Isaac. Este suceso parece
tener connotaciones del culto judío a Moloch, el cual exigía el sacrificio
ritual de todo primogénito.
De la misma
manera hay que tener en cuenta que según declara el Talmud tan solo hay dos
tipos de sangre agradable al Señor, una es la del Paschal holocausto, la de la
Pascua de resurrección que coincide con el Purim, y otra la de una
circuncisión. Hay que preguntarse qué tipo de dios, la minúscula ha sido puesta
voluntariamente, es ese que se agrada ante sangre derramada al realizar una
amputación en los órganos sexuales masculinos. Para quién no lo sepa en el
ritual de circuncisión judío es cortado el prepucio de un bebé al que
posteriormente se le echa vino y el rabino después succiona el pene para sacar
la sangre y escupirla. Curioso rito cuya sangre considera agradable.
Nada de su
comportamiento en este tema podría entenderse si previamente no tomamos en
consideración la visión que los judíos tienen de los goyim o no judíos, puesto
que para el Talmud los que no pertenecemos a “el pue somos bestias con forma
humana que hemos nacido para servirles, y de esa concepción de los humanos
surge una doble moral, una que se aplica a los judíos y otra a aquellos que no
pertenecemos a su pueblo. Es así que para su libro sagrado si un judío el
presta con usura, roba e incluso asesina a un goyim este no realiza un acto
moralmente reprochable, pero en caso de que la víctima de esas acciones fuese
un judío si lo sería.
Incluso hay un mandamiento relacionado con la matanza de extranjeros, no judíos,
pueden ser muertos. Señalando que quienes no se adscriban a la Ley Judaica se
deben ofrecer como sacrificio al Dios de lo Alto. Y es que el judío tiene una
espiritualidad en guerra con el resto de la humanidad.
Teniendo en
cuenta todo lo que acabamos de señalar resulta mucho más fácil entender, que no
justificar, como los judíos son capaces de llevar a cabo los asesinatos
rituales.
Para dar un
sentido práctico a estos rituales sangrientos tenemos que referirnos a una de
las principales festividades judías como es el Purim, fiesta que es una orgía
de odio contra Haman, que es un personaje que se encuentra en el libro de
Esther, probablemente un mito, que narra que el rey de Persia Xerxes tuvo como
amante a una judía, Esther, a la que hizo reina en lugar de a su esposa. Esther
convenció a Xerxes que perdonase al judío y que colgase a su hermano Haman, así en lugar de los
judíos fueron asesinados los enemigos de estos, así murieron incluso los diez
hijos de Haman, que fueron colgados. La reina Esther solicitó y consiguió que
fuesen asesinados 75.000 sirios, hombres, mujeres y niños.
Para la
celebración de esta fiesta los panaderos judíos realizan pasteles con forma de
orejas humanas (Hamentaschen) que son comidas por los judíos ese día y que
estarían hechas en parte con la sangre de no judíos sacrificados, especialmente
niños.
Hay que
señalar que los dos días festivos asociados con el asesinato ritual judío han
sido el Purim y el Passover. El Purim se celebra el 14 del mes judío de Adar, equivalente
a febrero-marzo, mientras que el Passover se localizaría entre mediados y
finales de abril. Cuando un asesinato ritual se realiza en Purim este se
realiza usualmente sobre un cristiano adulto que es asesinado por su sangre,
por el contrario cuando el asesinato ritual tiene lugar en Passover se solía utilizar
como víctima un niño de siete años de edad o menos, siendo considerado más
perfecto al tener la piel blanca, era torturado, crucificado, coronado de
espinas y a través de muchos pinchazos y cortes exanguinandolo para así hacerse
con toda su sangre.
Otra fiesta
en la que según se cree también se han realizado estos asesinatos rituales es
la Channucah, que se celebra en diciembre y conmemora la recuperación de Jerusalén
por los Macabeos en el año 165 d. C.
Lo que
resulta más importante para nosotros es
que al hablar del asesinato ritual judío no estamos hablando de cosas acaecidas
hace siglos y siglos, puesto que estos ritos han seguido llevándose a cabo hasta
hace relativamente poco, desde la primera
década del siglo XX en Kiev hasta los años 50 en Boston .
Andrei Youschin- Kiev 1913.
Boston 1955.
Dadas las
innumerables desapariciones que en la actualidad se producen en los países occidentales
no sería de extrañar que algunas de ellas hallan tenido como destino el
asesinato ritual por parte de los judíos. Respecto a esto prefiero no hablar de
casos recientes en España por precaución y sobre todo por respeto a las
familias, pero si referiré que en la
guerra de Siria los criminales de ISIS, Daesh en árabe, desangraron y vendieron
la sangre de cristianos a Arabia Saudí por grandes cantidades de dinero. Y cito
esto dado que entre los musulmanes la sangre no tiene peso alguno respecto
algún rito, eso sí Arabia Saudí es un país aliado de Israel con quién mantiene relaciones
comerciales. El que quiera entender que entienda.
Siria el pasado año.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPor que dice jazaro, si los judíos son semitas y no tienen relación genética con estos supuestos jazaros el cual solo sirvió para que un judio comunista se inventase dicho mito, el cual es refutado por la misma ciencia hoy día, me gusto mucho su articulo menos lo de jazaros
ResponderEliminarLa población que conforma el actual Estado de Israel y la práctica totalidad de los que en la actualidad se autodenominan judíos no son para nada semitas puesto que no proceden del territorio que ahora ocupa Israel. Y los denomino jázaros en tanto que todos ellos proceden del pueblo jázaro que ocupaba la zona de los Balcanes y se convirtió forzosamente al judaísmo y después siglos después se trasladó al centro y este de Europa.
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