Con los
chalecos amarillos los franceses han iniciado un movimiento nacional
antiglobalista que no se centra, tal y como pretenden hacernos creer los medios
de manipulación, en protestas contra el aumento de los impuestos al gasóleo u
otras cuestiones meramente económicas. Lo que realmente hay detrás de todo es
que un pueblo está defendiendo la soberanía e identidad francesa frente a una
Unión Europea globalista sometida a los intereses de la usurocracia apátrida y a
las corporaciones internacionales, una Unión Europea que dirige y controla la
economía de una Francia que ha dejado de ser soberana en lo económico y en lo
monetario. Siendo así que las políticas económicas de esa Unión Europea con su
obsesión con la creación de impuestos para controlar un cambio climático del
que supuestamente es responsable el ser humano a través de sus coches y sus
industrias.
La base
nacionalista se puede comprobar viendo como en sus manifestaciones, concentraciones,
acciones, etc. la bandera francesa siempre está en primer plano y los miembros
de estos grupos siempre hacen uso de ella.
Este
movimiento se ha extendido a otros países de Europa como Bélgica, Alemania,
etc. En todos estos países las manifestaciones se han caracterizado por el uso
de sus banderas nacionales y por el hartazgo ante las políticas recaudatorias
propiciadas por la política económica que impone la Unión Europea. Es una
manera de luchar contra el verdadero poder en la sombra que dirige las
políticas de esos países hasta ahora verdaderamente soberanos.
La lucha
contra el poder en la sombra se inició en Estados Unidos con el movimiento Q, que
desde las más altas instancias militares y políticas tratan de acabar con el
Estado Profundo.
De hecho no
son pocas las ocasiones en las que en las chaquetas amarillas o en sus
concentraciones se encuentra la famosa Q.
El problema surge
cuando las fuerzas de choque globalistas, los antifas y la extrema izquierda
radical, tratan de boicotear el verdadero sentido de este movimiento desvirtuándolo
al infiltrarse y tratar de dar un sentido distinto al verdadero.
En España,
concretamente en Cataluña, son los secesionistas C.D.R. (Comités para la
Defensa de la República) los que más se están sirviendo del uso de chaquetas
amarillas para que de esa manera los medios internacionales, globalistas en gen
su inmensa mayoría, identifiquen la legítima lucha francesa en pro de su
soberanía económica y política, con la de los secesionistas que buscan
balcanizar España siguiendo los dictados de los globalistas de Soros y su
camarilla.
Independentistas catalanes, esclavos del globalismo sionista utilizando los chalecos amarillos para ganarse el apoyo internacional.
Como podrá
comprobarse, en las manifestaciones, asaltos y cortes ilegales de carreteras
que estos C.D.R. llevan a cabo no se verá ni una sola bandera española, sólo
banderas y simbología independentista. Entre esa gente nunca habrá crítica a la
Unión Europea ni se verá ningún símbolo de Q puesto que estos secesionistas
están a las órdenes del globalismo.
Pero el
proceso de acabar con la élite globalista que domina el mundo ya está muy avanzado
y a no mucho tardar recibirá fuertes golpes en Estados Unidos que se extenderán
a Europa, de eso no hay duda.
Lo que no hay que olvidar es que estamos
asistiendo a una lucha entre el Bien y el Mal con un origen espiritual.
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