Una nueva
información hasta ahora ocultada pone de manifiesto que gran parte de los
mensajes presentados machaconamente por los medios de comunicación-manipulación
no pasan de ser meras falacias, y esto es así por mucho que sean presentados reiteradamente
como verdades inapelables.
Eso sí, para
poder sobreponerse al influjo de esas mentiras el sujeto no ha de someterse al
poder del pensamiento único de lo políticamente correcto, ha de desarrollar un
pensamiento personal y crítico que tome en consideración informaciones
alternativas a las que los medios oficiales o mayoritarios nos imponen.
Hemos de ser conscientes de que la realidad de
las cosas se aparta muy mucho de esos mensajes que los medios nos presentan
como verdades, lo cierto es que nos enfrentamos a una lucha ideológica que se
sirve de una ingeniería social en la que la mentira es un eslabón más de su
mecanismo.
Lo único que
esta ingeniería social busca es subvertir a cualquier precio la organización
social y anular la aplicación de la ley natural en las comunidades humanas.
Para lograr
este objetivo la mentira tan solo es una herramienta más, pero la mentira no es
tan sólo decir lo contrario a la verdad, ocultar la realidad también lo es.
En el caso
al que nos vamos a referir estamos ante una ocultación que habría servido para esconder
hechos que de haber sido conocidos habrían provocado la caída del montaje
falsario que mantenía en pie parte del movimiento feminista radical que forma parte de la ideología de género.
Una vez
realizada esta explicación, que considero fundamental para que se le dé a esa ocultación
el importante valor que tiene, paso a desarrollarlo.
Antes que nada
hay que recordar que las denuncias realizadas por actrices de alto caché de
Hollywood contra el productor Harvey Weinstein fueron iniciadas por la actriz
italiana Asia Argento, y con ello se dio comienzo al movimiento denominado # Metoo
que esta encabezó, este movimiento ha servido para acabar sin pruebas con el
honor de ciertos productores y actores, así mismo ha acabado con sus carreras.
Pero lo que a mi entender realmente se perseguía
era crear una histeria en los altos niveles de Hollywood, que dada la
influencia social que la élite cinematográfica, para que se generalizase a toda
la población. Este movimiento vino a presentar a todos los productores,
guionistas y directores de reparto hombres como alimañas depredadoras,
potenciales violadores que si no habían sido acusados de abusos era porque sus víctimas
no se habían atrevido a denunciarlos.
Esta
histeria vendría a confirmar la que ya ha sembrado y generalizado en la
sociedad occidental el movimiento feminista radical hegemónico, de este modo la
población pensaría que todo cuadraba y que realmente el hombre es un dominador
que se impone sobre un mujer dominada mediante ese sistema opresor que es el
patriarcado, hombre y mujer no serían complementarios sino que formarían parte
de la lucha de sexos, una lucha muy similar a la lucha de clases defendida por
el marxismo para explicar la historia.
Y es ahora
cuando aparece la noticia, una noticia que da un vuelco total a la argumentación
que el movimiento # Metoo ha levantado en función de las denuncias presentadas
veinte años después de los supuestos abusos y que no cuentan con más prueba que
la palabra de las supuestas víctimas.
Esta noticia
como todos podrán comprobar tumbaría el influjo del movimiento norteamericano sobre
las sociedades occidentales y la confirmación de las posiciones feministas
radicales a que esta influencia da lugar.
Es hora de
entrar en materia y referir la noticia a la que nos hemos referido:
En los meses
inmediatamente posteriores a octubre del año pasado en que la actriz Asia
Argento denunció por abusos sexuales al productor Harey Weinstein, la actriz
llegó a un acuerdo por el cual pagó 380 000 dólares su antiguo compañero de
reparto Jimmy Bennet del que esta habría abusado cuando este era aún menor y Argento
contaba con 37 años.
Según
comunicó al New York Times Bennet, el abuso tuvo lugar el año 2013 en una
habitación de California dos meses después de que hubiese cumplido 17 años, en
ese momento la actriz contaba con 37 años de edad.
La
documentación entregada al diario iba acompañada de material fotográfico con
fecha del 9 de mayo del 2013.
Como parte
del acuerdo, las imágenes en las que aparecen Argento y Bennet, así como sus
derechos se habrían traspasado a la actriz.
En España
todo este episodio ha pasado prácticamente desapercibido, y si algunos medios
digitales se han hecho eco de él no ha tenido las lógicas repercusiones que
debería haber tenido en un mundo tan ideologizado por el feminismo radical como
el cinematográfico.
CONSEJOS
VENDO QUE PARA MÍ NO TENGO.
Y que conste que no tengo intención alguna de defender a ese productor judío, lo único que trato de poner de manifiesto es como se manipulan las cosas para ver tan sólo lo que quieren que veamos.
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