No nos
podemos permitir caer en la deshumanización de no sentir pena y lástima por los
miles de inmigrantes, gran parte de ellos niños de corta edad, que mueren
ahogados en las aguas del Mediterráneo tratando de alcanzar las costas europea.
Y no lo podemos hacer ya que caso de hacerlo estaríamos concediendo una
victoria a los globalistas, los cuales tratan de acabar con nuestra identidad, estaríamos
perdiendo parte de ella puesto que esos sentimientos son el resultado que deriva de esa parte de nuestra identidad, que es la moral y la religión cristiana.
Ahora bien, el mantener esta actitud no puede ser algo que nos impida buscar la realidad que se esconde tras ese cúmulo de sufrimiento y muerte.
Ahora bien, el mantener esta actitud no puede ser algo que nos impida buscar la realidad que se esconde tras ese cúmulo de sufrimiento y muerte.
Nuestro
análisis de la realidad ha de ser completo a la par que debe sustentarse en un
razonamiento crítico, no nos podemos someter al sentimentalismo buenista ni
podemos dejarnos controlar por ese pensamiento único que pretende que no veamos
más allá de lo que aquellos que dirigen los procesos a los que asistimos quieren
que veamos.
En lo que
hace al tema con el que comenzábamos esta entrada, la inmigración ilegal y las
muertes que esta provoca en el Mediterráneo, realmente hay que considerar la
existencia de dos víctimas y un responsable de la situación así como de las
consecuencias que la situación creada provoca.
Solamente
desde una visión libre de prejuicios ideológicos, desde una visión vacía de un
buenismo malsano y sin dejarse manipular por el pensamiento único resulta posible
llegar a la conclusión acertada, de otra manera caeríamos en el engaño
de una idea maniquea que busca esconder la verdadera responsabilidad, con lo que
tan solo conoceríamos la mitad de la realidad y no dispondríamos de una visión de conjunto que nos permita conocer la realidad.
De no mantener el juicio crítico y la
independencia respecto al buenismo y al pensamiento único, todo juicio estaría
mediatizado y dirigido, o sea habría sido voluntariamente equivocado.
El análisis del
problema migratorio con el que se enfrenta ahora Europa parece haber estado
profundamente equivocado, debido a que la realidad de las cosas han sido
consideradas desde una ideologización simplista al que se añade un buenismo sentimentaloide
más simplista aún, todo esto ha llevado a considerar como víctimas tan sólo a
uno de los grupos de sujetos afectados por el conflicto, inmigrantes o
población europea, pasando de modo automático a considerar a los miembros del
otro grupo como culpables de lo que acontece.
El error de
los juicios generalizados que se han desarrollado tiene su origen en poner el
foco de atención exclusivamente en los inmigrantes que llegan, o intentan
hacerlo, y en la población europea, cuando la realidad es que hay un actor más,
el verdadero director de la escena a la que estamos asistiendo.
Este tercer
elemento al que me estoy refiriendo es lo suficientemente poderoso e
inteligente a la par que sibilino como para servirse de los dos actores,
inmigrantes y población europea, y enfrentándolos conseguir alcanzar la meta que pretende
alcanzar. Es el divide et impera del
que “el pueblo elegido” se ha servido siempre para dominar y llevar a cabo sus
objetivos.
El tercer elemento, verdadero director de la acción que nos ocupa, ha
sido lo suficientemente sagaz como para engañar y enfrentar a los actores
mientras que sale de escena y oculta el fin último de todo el embrollo en el
que estamos planes.
Ese tercer
elemento que la inmensa mayoría de la población no tiene en cuenta como factor
directivo de este asunto es la sucursal europea del sionismo internacional, se
trata de la Unión Europea, ese ente supranacional y globalista que actúa para implementar
el Plan Kalergi, desarrollándolo en su integridad.
El plan que
desarrolló el conde Richard Nikolaus Coudenhove-Kalergi en colaboración con sus
hermanos masones señaló que Europa habría de ser dominada y gobernada por una élite
aristocrática judía, pues se supone que al ser dominada Europa el mundo entero pasaría a
estarlo también.
Ahora bien.
el dominio de Europa resultaría sumamente difícil, por no decir imposible, dado
que los pobladores del continente europeo son sumamente refractarios a aceptar
cualquier tipo de sometimiento o yugo. Esta característica deriva tanto de la
naturaleza combativa y de la capacidad de resistencia que ha mostrado a través de la historia la raza blanca europea, así mismo estas características derivan también de la identidad racial, espiritual y cultural que hace de ella un
verdadero impedimento para que la élite judía pueda controlar y someter a la
humanidad, humanidad compuesta por goyim, así se refieren a los que no somos judíos y según ellos aunque tengamos forma humana
no pasamos de ser bestias creadas para
estar al servicio de los que componen el “pueblo elegido”.
Superar
el obstáculo que supone la realidad e
identidad de la población europea resulta fundamental para el dominio sionista internacional es esta la razón por la que el conde Kalergi desarrolló el plan que lleva su nombre, dicho plan
pretendía terminar con la realidad identitaria y racial europea creando para
ello una sociedad racialmente mestiza y carente de una identidad que los aglutinase,
propuso que esto podría alcanzarse “cruzando” la población autóctona europea
con población negra o magrebí, de este cruzamiento Kalergi esperaba conseguir
una clase humana fácilmente gobernable que sirviese a los intereses de la
“aristocracia judía” que habría de gobernar una sociedad mundial homogénea.
La Unión Europea
es plasmación de la idea paneuropea que Kalergi había esbozado, sería la
herramienta para poder aplicar el plan que había ideado, siendo así que
tanto sus impulsores como sus actuales dirigentes están al servicio de la causa
que más arriba hemos descrito.
Para llevar
a cabo el Plan Kalergi resulta absolutamente precisa una inmigración
masiva procedente de África, una población que de lugar a una población mestiza que rompa la identidad europea, pero llegando inclusive a reemplazar la cada
vez más envejecida y menos fecunda población europea, un envejecimiento fruto de
un ataque a los nacimientos a través del aborto, de la generalización de los
medios anticonceptivos o las microabortivas píldoras del día después y de un
estilo de vida que ha convencido a la mujer de que para “realizarse” ha de
salir de casa y dejar de lado la reproducción y el cuidado de la familia, a
todo esto hay que añadir la ausencia de ayudas económicas para favorecer la
natalidad.
Teniendo en
cuenta todo esto no es muy difícil deducir cual es la dirección que sigue la
política que lleva a cabo la Unión Europea, toda ella va dirigida a implementar el Plan Kalergi. Lo
que trata, y para ello no duda en poner en peligro la vida de los
inmigrantes, es atraer a Europa el mayor número de
inmigrantes africanos posible, recurriendo para ello a todo tipo de artimañas,
especialmente provocando un efecto llamada entre los africanos y magrebíes a través de la aceptación de la entrada
ilegal, de dar ayudas económicas, sanitarias y sociales a todo inmigrante aunque sea ilegal llegando incluso a que las armadas de los países europeos se dediquen al rescate de las barcas y
barcos en los que las mafias trasladan a los inmigrantes ilegales, obedeciendo a la órdenes de Frontex, dependiente de la Unión Europea, rescatan a los inmigrantes en las aguas del Mediterráneo para trasladarlos al
continente europeo, pero no se hace esfuerzo alguno por informar de la
situación laboral, social y económica tan precaria que hay en los países
europeos de la cuenca mediterránea y el futuro laboral de explotación y
desempleo que les espera.
A todo ello
la élite que dirige desde la sinagoga de Satanás la Unión Europea no duda en
llevar a cabo ese mensaje de llamada a pesar de que miles de inmigrantes
africanos mueran ahogados en el mar al tratar de llegar a ese supuesto paraíso
que es Europa.
Creo que ha
quedado claro que realmente son dos los actores que padecen esta tragedia que
se viene produciendo en el Mediterráneo, los primeros actores son los inmigrantes africanos que tratan
de llegar a Europa engañados por falsas promesas de trabajo amen delefecto llamada premeditadamente buscado.
Los segundos actores y víctimas de esta obra es la población europea, una población
que se ve agredida al ver como su identidad se disuelve, como sus condiciones y
derechos laborales se rebajan, como las ayudas sociales y sanitarias se reducen
al tener que atender a una población ilegal que no ha cotizado ni pagado
impuestos para el funcionamiento del sistema público de atención social,
económico y sanitario. Todo esto por no hablar de la inseguridad que cada vez es mayor.
Como hemos
podido comprobar, la responsabilidad no se puede depositar en la población
europea ni culpar a los inmigrantes que llegan o intentan hacerlo, la culpa se
encuentra en los dirigentes de una Unión Europea que favorece esta inmigración
masiva y descontrolada para servir a sus amos, los de siempre, desarrollando el
genocida Plan Kalergi.
Ahora que
disponemos de todos estos elementos de juicio podemos afirmar con absoluta
certeza que la Unión Europea desarrolla una política criminal, tanto contra
los inmigrantes favoreciendo su muerte
al tratar de llegar a Europa y empujándolos hacia la esclavitud laboral o a la
delincuencia o prostitución, como contra la población europea al promover un
genocidio o limpieza étnica contra
la población oriunda del continente europeo al acabar
con sus rasgos característicos y desplazarla o sustituirla por una población mestiza diferente a la actual. Pero
ese genocidio que la Unión Europea a las órdenes de la mafia jázara realiza cuenta
con la inestimable ayuda de globalistas y sionistas como George Soros y su fundación
Open Society, la cual sufraga gran parte de lo que cobran las mafias que comercian
con los inmigrantes para su traslado a Europa, a la par que subvenciona la mayor parte de los grupos encargados de llevar a puertos italianos o griegos a los que aún están en aguas del Mediterráneo.