Hay una cosa
que voluntariamente se ha pasado por alto a la hora de analizar el criminal y
terrible atentado que se llevó a cabo en Manchester durante el concierto de la
cantante Arianna Grande y en el que fueron asesinadas 22 personas, en su mayoría adolescentes
y niños.
Lo que no ha sido analizado ni tomado en consideración por los medios, que como todos sabemos están plenamente
sometidos al poder, se refiere no tanto al terrorista suicida del espantoso
crimen, que ya ha sido identificado, cuanto a la responsabilidad de los
Servicios Secretos de Su graciosa (¿?) Majestad, MI6 y MI5, a la hora de haber mantenido desde hace años vínculos y haber respaldado a un grupo terrorista durante la
guerra que se produjo en Libia el año 2011. Grupo que en 1996 había intentado
acabar con la vida del líder libio Muammar Gadafi.
El
terrorista suicida de Manchester Salman Abedi y su padre tenían desde hacía
mucho tiempo vínculos con el Grupo Islámico de Combate de Libia (GICL), un
grupo que era al mismo tiempo un grupo antiGadafi y una filial de Al Qaeda.
Gran parte
de los que conformaron este GICL en los años 90 eran veteranos de la guerra de
Afganistán en los 80. Estos denominados “afganos” prosiguieron luchando después
en Libia.
La guerra de
2011 en Libia la ganaron los grupos armados, terroristas , tras
la intervención de la O.T.A.N.
La principal fuerza de esta intervención atlantista fue aportada por Francia y por el
Reino Unido.
Desde la
intervención de la O.T.A.N. y la consiguiente derrota y asesinato de Gadafi Libia,
que tenía estabilidad política y hasta cierto bienestar económico, ha quedado
sumergida en el más absoluto caos.
A partir de
entonces el país se ha visto sometido a una larga guerra civil, convirtiéndose
en un punto fundamental del flujo migratorio a Europa del que se sirve el
autodenominado Estado Islámico, Daesh en árabe.
Uno de los
combatientes del GICL fue Ramadan Abedi, el cual se estableció en Londres
huyendo del gobierno de Gadafi. Posteriormente se estableció en Manchester.
En la zona de
Mancheter en la que Salman Abedi creció vivían también varios miembros del GICL,
algunos eran comandantes de alto rango como Abd al Baset Azzuz, que abandonó
Manchester para irse a Libia a dirigir
una red de 200 o 300 militantes para el líder de Al Qaeda Ayman Al Zawairi.
Militares
británicos habían luchado sobre el terreno para derrocar a Gadafi y Londres en
ese momento apoyó el retorno de los opositores libios al país norteafricano,
incluidos aquellos relacionados con Al Qaeda, a la par que se relajaban las
restricciones que había sobre estos terroristas.
A todos
estos datos hay que añadir que en el año 2002 el agente del MI6, Servicio de
Inteligencia exterior, David Shailer acusó a la agencia de coordinarse con el
grupo terrorista GICL para asesinar al líder libio Muamar Gadafi.
Los
servicios de inteligencia y el ejército británicos no tuvieron ningún tipo de
problema para apoyar y luchar junto a los terroristas de Al Qaeda que luchaban
contra Gadafi.
Hay que
señalar que mientras que sucedía todo lo antes reseñado la actual primera
ministra Theresa May ocupaba el cargo de ministra del interior y era la encargada
de supervisar las actividades del MI5, es así que ella debía ser consciente
cuando no la que ordenó la devolución de los pasaportes y relajar el control a
los terroristas libios.
Creo que
todo esto muestra mucha estupidez o una perfecta forma de actuar para provocar
terror en Inglaterra e invadir Europa a través de las mafias que desde el
terreno controlado por Daesh en Libia llevan inmigrantes por miles de Libia a
territorio europeo.
Cualquiera
que tenga en cuenta todos estos datos verá que si el culpable del atentado de
Manchester fue el terrorista suicida, los responsables están en el gobierno y en
los Servicios de Inteligencia británicos.
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