martes, 25 de abril de 2017

Macron, títere del sionismo y de la globalización.



                                                                         

A estas alturas de la película nadie debería sorprenderse al comprobar que toda la información que los medios de manipulación facilita sobre el candidato del movimiento “En Marcha” Enmanuel Macrón no es otra cosa que una amalgama de falacias tras las que se esconde la terrible verdad que esconde este personaje.

 El conocimiento de todo ello por parte del pueblo llevaría al Eliseo a la líder del Frente Nacional tras vencer en la segunda vuelta de las elecciones francesas de este 2017.

                                                


Es por ello que a toda costa la realidad ha de permanecer oculta, y para ello sus dueños y señores, los sionistas globalistas, harán todo lo que esté en su mano para presentar a su siervo como la figura amable de un triunfador hecho a sí mismo, defensor de Europa, paladín de los derechos humanos de los inmigrantes, así como de las minorías. En otras palabras, el candidato perfecto para dirigir los destinos de Francia.

Todo con tal de esconder la verdad de un globalista que desde la colaboración con la Banca Rothchild sirve al sionismo.

 Para este sujeto Francia es un peón más al servicio de la estrategia sionista internacional, la Unión Europea el elemento fundamental para acabar con la verdadera Europa y la inmigración masiva, especialmente la islámica, una herramienta para reducir a escombros la identidad europea.

                                                  



 Al igual que todos los   globalistas busca la destrucción de los Estados-nación para tras ello levantar una torre de Babel vacía de alma dominada por el “pueblo elegido” y al servicio del becerro de oro.

                                                    



Entre sus más que clarificadoras propuestas se incluye el que reclama la venida a Francia de 20.000 judíos que según dice serían científicos que cubrirían necesidades del país, aunque la realidad es muy otra pues se trataría de banqueros, economistas y agentes de la inteligencia israelí, Mossad especialmente, que se encargarían de controlar su gobierno y la administración una vez que Macrón alcanzase el poder en Francia.

Algo que resulta sumamente extraño es cómo un mero funcionario llega a poseer una gran fortuna y a convertirse en socio de la mayor banca de Francia. Pues bien, todo esto es el premio que la élite sionista dio al antaño socialista Macrón por haberse dejado moldear una vez que salió del Partido Socialista de Hollande en el 2012, trabajando con un éxito fulgurante para la Banca Rothchild en la que llegó a ser socio.



Enmanuel Macrón ha sido elegido y formado por la élite para frenar a Marine Le Pen, resultando en este momento algo fundamental para la élite globalista dado que la Unión Europea corre serio peligro de ruptura tras la victoria del brexit y el posible desarrollo de nuevos movimientos identitarios que pusiesen freno a esa inmigración descontrolada que es precisa para el funcionamiento del Plan Kalergi.

                                                 


Sin una Unión Europea que robe soberanía a los Estados y sin una inmigración descontrolada el globalismo pierde toda posibilidad de victoria.

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