Con toda
seguridad muchos camaradas patriotas e identitarios no estarán de acuerdo con
la tesis que voy a exponer, pero con ella no pretendo descalificar ni mucho
menos minusvalorar la actividad político-electoral que estos llevan a cabo con gran esfuerzo y acendrado
patriotismo. Ahora bien, todo esto no es óbice para que mi planteamiento con
respecto al hecho de acudir a las urnas sea el que es.
Paso a
exponer mi posición y a enumerar las razones sobre las que sustento mi punto de
vista.
La idea que sostengo es que no se debe acudir
a las urnas en este sistema partitocrático que padecemos. Sinceramente no creo
que del hecho de acudir a votar se derive nada positivo, más bien todo lo
contrario.
Quisiera en
este momento poner de manifiesto que al escribir estas líneas me siento un poco
incómodo puesto que no pretendo enfrentarme ni
incomodar a esos camaradas que han tomado una opción distinta a la que
sostengo, para ellos mi más sincera admiración.
Ahora bien,
estoy convencido de que nada de lo que ahora tratamos puede ser acertadamente analizado
si no partimos de reconocer una realidad determinante, esta realidad de la que
debemos partir si pretendemos realizar cualquier juicio es que estamos en un estado de guerra sin cuartel,
una guerra que en estos momentos no se lleva a cabo en nuestra España por medio
de las armas, pero que no por ello deja de ser menos cruel y amenazante.
El primer
aspecto que considero que hay que tomar en consideración es el de la
legitimación del sistema que de hecho realizamos cada vez que participamos en
él, es como participar voluntariamente con unos amigos en una competición a la
que nos han invitado, si nos informan de cuáles son las reglas del juego y aun
así participamos estamos de hecho aceptando
tales normas
Se
argumentará, y no sin razón, que la
participación en las elecciones a través
del voto o a mediante la concurrencia a
estas es la única forma de la que disponemos para influir en la política que
afecta a las decisiones de nuestra nación.
Además de esto, no podemos caer en la ingenuidad de pasar por alto que el sistema jamás nos permitirá
acercarnos, siquiera un poco, a posiciones de poder que puedan dar un sentido
nacional a la política española.
Para
apercibirnos de ello baste con acordarse de
cuál ha sido la reacción del sistema y de los partidos a sus órdenes,
tanto de derechas como de izquierdas, cada vez que alguna candidatura patriota
o identitaria ha recibido un apoyo popular que le hubiese permitido acercarse
al poder en países o territorios menores.
Recordemos como en Francia la candidatura del Frente Nacional de Marine Le Pen recibió
un apoyo popular tal en la primera vuelta de las elecciones pasadas que en la
segunda se daba por seguro su acceso al poder en numerosas regiones y comunas, así como una amplia
representación en el parlamento nacional. Pero ante esta tesitura la izquierda
pidió el voto para la derecha en todas aquellas circunscripciones donde el
Frente Nacional tenía posibilidades ciertas de alcanzar el poder.
O bien
ocurrirá como aconteció en Austria cuando la presión internacional obligo a que
un primer ministro “poco sometido al sistema”
elegido por la población de ese país fue obligado a dimitir del cargo.
En el caso
de Grecia con Amanecer Dorado, nos encontramos con una persecución que ha ido
desde la difamación mediática a la persecución judicial con
encarcelamiento ilegal de sus dirigentes
pasando por el asesinato de varios de sus militantes.
En este
aspecto se objetará que esto no ha ocurrido en todos los casos y se pondrá como
ejemplo el gobierno patriota húngaro no sometido al sistema y el crecimiento
del nacionalismo en los países del este de Europa.
Nuevamente hay
que dar la razón a los hechos que señala esa supuesta refutación, pero sólo en
parte ya que estamos ante un ejemplo que para nada se puede equiparar a la
situación española.
Los países
del este de Europa, que es donde están triunfando las asociaciones y partidos
patrióticos, no han soportado durante estos últimos cuarenta años el martilleo ideológico de un liberalismo
antinacional como el que sí ha padecido el pueblo español. Además todos esos
países han padecido durante más de
sesenta años una tiranía comunista atea y apátrida que les ha sometido a la par
que , sin haberlo buscado, les ha mantenido a salvo del consumismo materialista
y liberal que nosotros hemos padecido durante décadas.
Precisamente
esa tiranía atea y antinacional es la que debido a su inhumana opresión ha
provocado la reacción a la que estamos asistiendo.
Un último
punto al que quiero referirme se refiere a como las denominadas fuerzas
nacionales no consiguen con la presentación a las elecciones otra cosa que mostrar una y otra vez la
escuálida fuerza electoral. En palabras quizá fuertes diría: “no nos cansamos
de hacer una y otra vez el ridículo” y que conste que no es ser inasequibles al
desaliento, es no caer en la cuenta de que estamos dando alegrías a nuestros
enemigos a la par que les proporcionamos carta de valor democrático al
permitirles decir que todos se presentan, incluida la”extrema-derecha”.
Se podrá
decir, y no sin razón, que no basta
sólo con criticar una forma de lucha como es la electoral sino que hay que
aportar soluciones o al menos una forma
alternativa para afrontar la crítica situación por la que atraviesa España.
Desde mi
punto de vista la lucha hay que desarrollarla precisamente ahí donde se libran
las batallas, es decir en los terrenos ideológico, cultural, formativo y
espiritual.
Hemos de luchar en los espacios donde podemos desarrollar nuestro combate con un mínimo de posibilidad de victoria, que desde luego no es en las urnas por todas las razones que más arriba he expuesto.
Hemos de luchar en los espacios donde podemos desarrollar nuestro combate con un mínimo de posibilidad de victoria, que desde luego no es en las urnas por todas las razones que más arriba he expuesto.
Nuestros
esfuerzos deben dirigirse a la formación mediante conferencias y mesas redondas
dirigidas por personas capacitadas en los tema que se traten. Hemos de jugar con las redes sociales para
sirviéndonos de ellas dar a conocer
documentos, formar sobre temas concretos, promover entre los camaradas y la
población en general una visión alternativa a esa realidad manipulada que los
medios del sistema nos vende. La actividad debe servir también para agrupar a esos camaradas que se encuentren aislados
pero que se mueren de ganas por luchar por España.
Tal y como
están llevando a cabo algunos grupos patrióticos, especialmente Democracia
Nacional, se deben aprovechar los medios
que facilita internet para poner en marcha
emisoras de radio y televisión que den información a los patriotas, que
les ayuden a superar la idea de soledad que se puede tener en la situación
actual y que sirva de altavoz desde el
cual movilizar en torno a conferencias, concentraciones, etc.
Se deben
facilitar publicaciones a bajo coste, ofertar cine fórum, lugares de encuentro
por medio de mesas redondas y concentraciones. En definitiva hacer uso de la
imaginación poniéndola al servicio de España.
Y no podemos
dejar de lado la recuperación espiritual
de la población española, en especial de la juventud. Para ello se debe
presentar cual es la esencia de la nación española, como España sólo podrá alcanzar su
grandiosidad desde la catolicidad.
Pido
disculpas si resulto reiterativo, pero deseo dejar claro que de ninguna forma
pretendo criticar a nadie o que cualquier camarada o grupo de camaradas se
puedan sentir ofendidos, nada más lejos de mi intención. Todos estamos luchando
por un mismo ideal que es España, y en esa trinchera estamos todos hombro con
hombro.
¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!!
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