LA RUTA DE LA SEDA Y SUS CONSECUENCIAS.

                                                                               

Todo lo que tiene que ver con el papel que China está jugando en la geopolítica internacional intuimos que es mucho más importante, fundamental diría yo, de lo que a primera vista pudiera parecer.

Nadie puede dudar lo más mínimo de que el peso económico, militar y tecnológico del gigante asiático lo convierte en actor protagonista de la actual política mundial.

A pesar de todo ello, los medios de comunicación al servicio de la élite mundialista y los denominados alternativos han pasado por alto un suceso que a mi parecer tiene implicaciones de un calado que determinará  en gran manera el desarrollo de las relaciones internacionales.

Me estoy refiriendo al acuerdo al que llegaron  el 23 de Enero de este 2016 en Teherán los líderes de  la república popular china y de la república 

islámica de Irán.

                                                          

Ambas naciones  acordaron poner en marcha una sociedad estratégica  orientada a multiplicar sus lazos bilaterales en todos los campos, buscando fundamentalmente impulsar lo que sería la “Ruta de la Seda del siglo XXI” 

                                                                    

Firmaron hasta 17 acuerdos de cooperación en todos los campos, básicamente defensa, economía al servicio de intereses geoestratégicos comunes. Ambos presidentes debatieron la necesidad y posibilidad de estabilizar  Oriente Medio y sobre la lucha contra el yihadismo en Siria e Irak. Tratándose especialmente el enfrentamiento entre Arabia Saudí e Irán, no se olvide que Arabia Saudí es un aliado privilegiado de EEUU e Israel a la par que apoya y dirige el terrorismo en la zona de Oriente Medio y el salafismo wahabí en todo el mundo.

                                                                    

Irán dio un apoyo sin límites ni condiciones al proyecto chino de crear (recuperar) una ruta, la antigua “ruta de la seda” que permitiría relanzar las relaciones comerciales a través del corazón de Asia hacia el oeste.

El viaje del primer mandatario chino Xi, además del objetivo comercial buscaba calmar los ánimos en la zona de Oriente Medio que es considerada por China vital para sus intereses.

Si esta ruta comercial, la nueva “Ruta de la Seda”, tiene el éxito esperado, la economía china podría recibir un espaldarazo tal que al aumentar su crecimiento económico precisaría de mayor cantidad de crudo que según los acuerdos le proporcionaría primordialmente Irán, con lo que una de las causas que han hecho descender en picado el precio del crudo ( la disminución de la demanda de petróleo por parte de China al ralentizarse el crecimiento de su economía) tendría  un efecto positivo sobre la economía de países de Oriente Medio y África con la estabilidad social correspondiente de las poblaciones de esas naciones cuya economía se basa en la exportación de crudo.

A su vez esto frenaría la posible emigración masiva hacia Europa de miles o cientos de miles de personas procedentes de esas zonas.

                                                                         

Por otro lado Israel se vería privada de su aliado, de facto lo es, Arabia Saudí. Del mismo modo la ayuda militar que Irán recibiría de China revertiría en una mayor potencia militar de Hezbollá y en una pérdida de la influencia sionista en Siria e Irak, ya que China podría intervenir al lado de Rusia y barrer literalmente a los yihadistas que tan útiles resultan para Israel y para los EEUU.

                                                               

                                                                

Como se puede ver esta reunión no hubo de ser obviada por los mass media.