El máximo
comandante del ejército suizo André
Blattmann ha realizado unas
declaraciones el pasado domingo en un
periódico suizo, El Deutsche Wirtschafts Nachrichhten, en las cuales advierte
de una alta posibilidad de que se desarrollen disturbios de gravedad en Europa,
en estas declaraciones el máximo comandante recomienda a los ciudadanos suizos que se armen y que de este modo se puedan
enfrentar a estos graves incidentes sociales
a los que hace referencia, altercados que pondrían en peligro el estatus avanzado de la
sociedad suiza.
En las
declaraciones señala que la actual situación le recuerda mucho a la que se
produjo en torno a las dos guerras mundiales a mediados del siglo pasado.
Desde mi punto de vista estas declaraciones
hay que ponerlas en cuarentena puesto que a mi parecer no serían más que un escalón de esa estrategia que buscaría crear unas condiciones que sirvan
para justificar la imposición de medidas
cuyo objetivo sería el control absoluto de la población.
Se buscaría
la implantación de unas leyes y unas condiciones de control sobre la población
que de hecho serían una especie de
Estado de Sitio, mediante el cual poder implantar ese nuevo orden mundial que la élite
tanto ansía.
Para
implantar esa legislación restrictiva de las libertades, especialmente de
expresión, de comunicación así como la privacidad y el derecho de
desplazamiento, se utilizará la consabida
estrategia de “acción-reacción-
solución”.
Se provocarían problemas de inseguridad que produjesen
entre la población un estado de temor y terror tales que empujasen a la ciudadanía
a exigir a sus gobernantes la toma de medidas de seguridad y de merma de
libertades, medidas que de otra manera
nunca serían aceptadas.
Del mismo modo las autoridades pondrían en
marcha medidas que serían plenamente aceptadas por la población en razón
de una supuesta seguridad.
La reacción
a esa problemática que la misma élite habría provocado consistiría en implantar
una batería de medidas legales de control y de restricción de derechos que a su
vez facilitarían que más adelante la ciudadanía asumiese con facilidad otras
medidas, pués ya se verían con más normalidad. Pero para ello se hace preciso
mantener entre la población cierto nivel de alerta y temor.
Para
mantener atemorizada a la población la actuación más común, a la par que
efectiva, consiste en recurrir a provocar atentados de falsa bandera, lo mejor sería atentados
encadenados que fuesen presentados como causados por un mismo enemigo, ya que así
tendrían un efecto mucho más perturbador en la masa.
Ante la
situación de terror y pánico que estos
atentados causan en la ciudadanía el siguiente paso será poner en marcha medidas
para proteger la seguridad del pueblo, pero unas medidas que en un primer momento se mostrarán de un modo objetivamente exagerado, serían verdaderas sobreactuaciones para poco a poco ir inoculando en las gentes una desconfianza
ante toda situación realmente inocua. Todo esto se hace, como ya hemos dicho,
para implementar medidas de control legal, policial y militar que servirán a
los intereses de la élite. Los métodos a los que acudirían para crear esta
situación pasarían por varios puntos:
Hemos señalado que se llevarían a cabo atentado de falsa bandera, atentados que moverían a que los
ciudadanos se viesen impotentes ante un supuesto peligro tan omnipresente como
imposible de controlar con los medios en ese momento presentes en las leyes y
con los medios policiales disponibles en las calles.
Otro método,
relacionado directamente con el antes señalado y que le seguiría en el tiempo, es la presentación, del modo
más continuado posible, de una gran
cantidad de señales de alarma ( como niveles de alarma antiterrorista elevados, estados de
alarma rojo, supuestas amenazas, atentados evitados que muestren un peligro latente, etc.).
Con esto se buscaría que la población continuase aceptando las medidas que se habían puesto en marcha, se trataría de referir la situación a gravedad en niveles de elevado riesgo o, como es el caso, llamadas de alarma lanzadas por altas autoridades políticas, policiales o militares comunicando a la población la necesidad de ciertas medidas dada la gravedad de la situación.
Con esto se buscaría que la población continuase aceptando las medidas que se habían puesto en marcha, se trataría de referir la situación a gravedad en niveles de elevado riesgo o, como es el caso, llamadas de alarma lanzadas por altas autoridades políticas, policiales o militares comunicando a la población la necesidad de ciertas medidas dada la gravedad de la situación.
En el fondo
se trata de mantener a la población anestesiada y sometida a las medidas que
coartan su libertad sin darle tiempo a que se plantee la perdida de libertad
que sufre o la realidad de esa amenaza que se le está vendiendo.
Es en este
contexto en el que habría que situar las declaraciones del jefe militar suizo
al que nos hemos referido al principio
del artículo.
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