Nuevamente
los medios de “información”, sometidos a las directrices que marca el Sistema, han hecho gala de su
“independencia y profesionalidad”, de nuevo han omitido una noticia que podría haber puesto en
entredicho una de las columnas que sustentan el pensamiento políticamente correcto.
Ese
pensamiento es la base doctrinal que se trata de imponer a toda la sociedad, si
es que no lo han conseguido ya.
Ante
la posibilidad de que se pudiese ver dañado alguno de los pilares de esa base
doctrinal, los medios del pesebre, que dependen económicamente de las
subvenciones y de la publicidad
institucional, han optado por plegarse a
la voluntad del Sistema a costa de perder la libertad informativa y de esconder la realidad.
La
noticia omitida por los grandes y vendidos
medios de comunicación hace referencia a un aspecto más del genocidio
antiblanco que se viene desarrollando en África desde hace más de una década.
En
esta ocasión se trata de unas declaraciones del presidente de Zimbabue Robert
Mugabe. El cual, tras poner en marcha una nueva fase del programa de tierras
A1, que “devuelve” las tierras propiedad de granjeros blancos a la población
negra, conmina a que los blancos entregar sus tierras y a que se marchen del país.
Durante una visita que Mugabe realizó a la
provincia de Mashonalandia Oeste el miércoles de la semana pasada dijo a sus
compatriotas que no fueran “demasiado amables con los agricultores blancos” y
que “la tierra es vuestra, no suya”, añadiendo: “Decimos no a que los blancos
posean nuestras tierras y deberían irse”.
Hay
que significar que según el programa de tierras los blancos deberán ser
despojados de sus tierras aunque estas hayan sido legalmente adquiridas incluso
después de la independencia del país en 1980.
Según
informó el líder del Sindicato Comercial de Agricultores, Hendrickis Olivier, a
la BBC tan solo quedan en el país entre
100 y 150 agricultores blancos. Señalando que la mayoría de los trabajadores de
la tierra blancos fueron obligados a abandonar sus cultivos hace unos quince
años, cuando el Gobierno puso en marcha un proceso similar al actual.
Ya
se han producido en este país numerosos heridos y algunos muertos entre los granjeros blancos mientras que negros asaltaban y ocupaban las
tierras propiedad de blancos.
De
todo esto tampoco se han hecho eco los “humanitarios y antirracistas” medios occidetales.
Pero
esas mismas televisiones, emisoras de radio y periódicos que de forma machacona
repitieron las imágenes y se refirieron
a la paliza que tres policías norteamericanos dieron a un negro, o esas
asociaciones “antirracistas” que claman una y otra vez contra la valla de
Melilla y las famosas serpentinas han ocultado la violencia racista antiblanca y
no han levantado la voz contra el genocidio antiblanco que desde el final de Apartheid
se viene desarrollando en Sudáfrica. Todos ellos ignoran a los más de 3000 blancos asesinados por el
mero hecho de ser blancos y vivir en Sudáfrica.
ANTIRRACISTA ES UNA
PALABRA CLAVE PARA DECIR ANTIBLANCO.
Si
la población tuviese conocimiento de
todos estos acontecimientos, de estos genocidios y de este racismo antiblanco
que se ha producido y continúa produciéndose
en África, la política
multicultural y multirracial que se sirve de la inmigración-invasión subsahariana
correría serio peligro.
Pero como está política que llevan adelante la
ONU, la UE y todos los gobiernos
vendidos al sionismo internacional resulta fundamental para acabar con la
unidad racial y cultural de la civilización occidental, y así lograr la
implantación de un Nuevo Orden Mundial, la realidad del racismo antiblanco y
las injusticias, sufrimientos y
asesinatos que este lleva aparejado
deben ser ocultados a la opinión pública. Para ello cuentan con la
servil complicidad de los medios de comunicación en manos del Sistema.
De
que otra forma se puede entender que
todos los medios elogiasen sin
medida la figura de Mandela tras su muerte y no hiciesen referencia alguna al
genocidio sudafricano o que, excepción
hecha de algunos medios digitales no
controlados por el sionismo globalizador, ningún medio señalase la gravedad de
lo que ocurre en Zimbabue y el genocidio
blanco de Sudáfrica.
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