Una
gran parte de la población cree que la libertad de información respecto a aquello
que tiene que ver con el Borbón y su familia ha mejorado y que esta puede
considerarse ahora bastante fidedigna, pero no es para nada así. Ciertamente ha dejado de ser tabú referirse a los asuntos de faldas, tan propio de los
Borbones, o hablar de la cornamenta de la reina, hablar de Corina o de los
calzones del príncipe y del carácter de la princesa.
Pero
todo esto no pasa de ser la carnaza que se da al pueblo para que no se fije en
lo que verdaderamente se esconde tras los opacos cortinajes de la Zarzuela, de
lo que hay en ciertas cuentas oscuras y en el origen saudí de la mayor parte de
la fortuna regia.
Resulta
verdaderamente vergonzoso comprobar que
el monarca y el anterior presidente del gobierno echaron tierra sobre el
asunto de la violación que sufrió una
joven española a manos de un sobrino del rey de Arabia Saudí, pero ya se sabe
que cuando dos tienen cuestiones que
esconder nunca se molestarán: “entre bomberos no nos vamos a pisar la
manguera”, y es así que unos se tapan a otros para evitar que se haga pública
una verdad que de ser conocida por el pueblo
pondría fin al chiringuito del que vive, y bastante bien
por cierto, la casta política y regia de nuestra depauperada España.
Respecto
a algunos temas continúa funcionando tanto la censura, presiones desde
Zarzuela, como la autocensura de todos los cortesanos del sistema que viven de exprimir la teta del
Estado.
Aunque
muchos puedan pensar lo contrario, no es que
se halla dado vía libre a la información respecto a la Familia Real,
simplemente se dan más datos en plan rosa mientras se continua encubriendo lo
fundamental (lo peor, lo intolerable y
nauseabundo, y lo poco que se conoce no se pondera suficientemente.
Es
precisamente a uno de estos repugnantes episodios al que esta entrada va a
referirse.
Comenzaremos
refiriéndonos a unos datos que se han
hecho públicos tras la declaración como imputada de la hija del Borbón,
la infanta Cristina.
La
infanta reconoció en su declaración de Febrero de este 2014 que su esposo Iñaki
Urdangarín prestaba servicios de
asesoramiento a la empresa Mixta África,
propiedad del jeque Al Waleed, sobrino
del rey de Arabia Saudí Abdala bin
Abdelaziz.
La
firma de la infanta aparecía en los
documentos de compra de unas acciones de Mixta África por parte de Aizon S.L.
Al
final 150 000 € acabaron en una cuenta de la Caixa, también con firma de la
infanta, y desde esta se devuelven
también 150 0000 € a Mixta África
en un cheque que nadie llegó a cobrar nunca.
La
Agencia Tributaria califica toda esta operación como “muy extraña” y “ficticia”.
Es
muy importante ver que la infanta y su marido eran y son socios del jeque Al Waleed, al que enseguida
nos referiremos, ya que la infanta y
Urdangarín adquirieron en el 2007 el 1%
del capital. de Mixta África.
El 12 de Agosto del 2008 Al Walled dió ordenes a sus guardaespaldas para que llevasen a su yate "Turuma" a alguna española guapa de las muchas que pueblan las noches ibicencas, dicho y hecho, drogaron a una modelo
madrileña de 20 años,la trasladaron al yate del jeque donde fué violada por este.
Pero
la gravedad del asunto llegó al punto,
según indicaron los periodistas Ignacio Cembreno y Jesús Duva, de que el rey Juan Carlos y el Presidente
Zapatero hicieron lo posible por ocultar los hechos relatados.
La
modelo violada y la madre de esta presentaron una denuncia contra el jeque Al
Waleed, pero la juez de Ibiza encargada del asunto cerró el caso sin siquiera
practicar la prueba del ADN al semen presente en las ropas de la
víctima, ni pedir al jeque denunciado su ADN para realizar un cotejo con él.
El
jeque, bien asesorado desde las alturas, contrató al abogado Horacio Oliva,
abogado que se había encargado de numerosos casos de corrupción y otros
escándalos y que había logrado siempre sentencias absolutorias.
Pero
no acaba aquí todo, el jeque, y a su través el rey saudí, reclamaron un comunicado oficial de la Casa Real Española que solicitase disculpas por la acusación.
El
rey de Arabia Saudí señalaba que tenía mano para influir en la adjudicación de la obra del tren que uniría Medina y la Meca, el famoso AVE.
Posteriormente
a que el caso fuese cerrado por la juez de Ibiza, el monarca envió una carta al rey saudí manifestándole
su alegría por la solución del problema de su sobrino.
Una
vez que el caso fue cerrado sin haberse realizado las pruebas de ADN siquiera, el socio de los duques de Palma abandonó sin problema alguno las aguas españolas, sustrayéndose de este modo a la acción de la justicia
Eso
sí, la construcción del tren sería llevada a cabo por una empresa española.
Menuda
vergüenza, y todos a callar, la marca España ha triunfado y los 70 000 millones de euros de la obra serán
para nuestras empresas.
Pero
las vejaciones que sufrió una chica española a manos de un jeque saudí
depravado parecen no importar a nuestros
más altos gobernantes.
En
lugar del “Prefiero honra sin barcos a
barcos sin honra” parece que ahora se ha sustituido por: “prefiero contrato millonario sin honra a honra sin
contrato millonario”.
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