Entre
la casta política y los periodistas a su servicio se viene desarrollando una cobarde estrategia
que trata de justificar el no actuar en el momento en que ha de hacerse.
Para
argumentar esta justificación se recurre
al inaceptable “no se puede hacer nada pues….”
Esta
cobardía, este defender que la toma de decisiones presentes está determinada
por otra acción o dejación de funciones pretéritas, lleva a que España haya
entrado en un diabólico círculo vicioso, en un carrusel en el cual la responsabilidad de la autoridad se diluye y
justifica en la actuación de esos mismos que debieran haberlo hecho, y también
se justificaron en el pasado. Todo esto lleva sin remisión a que España se
precipite en el abismo, una caída esta de la que finalmente ninguna autoridad sería
considerada responsable puesto que la acción o ausencia de esta siempre le vendría
impuesta por el pasado.
Con
todo esto quiero referirme a la concentración de los sesenta terroristas de ETA
excarcelados en recientes fechas por el gobierno de Mariano Rajoy, la concentración la pretenden llevar a cabo este fin
de semana en Mondragón.
La
casta política, en una inédita unanimidad, derivada del “entre bomberos no hay
que pisarse la manguera”, similar al unánime vocerío de la ideologizada y
vendida prensa del pesebre, que se mueve por el “no morder la mano que te da de
comer” grita que los terroristas ya son personas libres y que por tanto se
pueden juntar si así lo deciden, que “no se puede hacer nada”.
Y
es aquí donde entra en juego la estrategia a la que más arriba hemos hecho
referencia, la estrategia del "no se puede hacer nada".
Ciertamente
ahora son ciudadanos libres, ¿pero porqué lo son?, lo son porque el gobierno popular los excarceló señalando que no se podía hacer otra cosa que aplicar lo sentenciado por el Tribunal de Estrasburgo, cuando podía haberse negado a aplicar tal fallo, nunca mejor dicho. Pero sigamos más atrás. La
sentencia de Estrasburgo derivó de haberse implementado la doctrina
Parot para impedir la salida de prisión de asesinos terroristas. Sigamos
retrocediendo, la razón de esa puesta en libertad que se pretendía retrasar fué causada por no aplicar la pena de muerte a estos criminales terroristas y por no
haberla sustituido la pena capital por la cadena perpetua, ni siquiera por el cumplimiento
íntegro de las penas impuestas por los tribunales.
Más
atrás aún, la no sustitución del Código Penal del 73 por otro que reconociese la
cadena perpetua venía “impuesta” por ese querer romper de modo absoluto con el
régimen del Movimiento Nacional, no se podía hacer otra cosa, eso aunque fuese en menoscabo para la Seguridad de España y de los españoles.
Con
todo esto se pone de manifiesto la
cobardía de la casta política a la hora de tomar decisiones que puedan romper con la inercia resultante de decisiones previas..esto pone de manifiesto que lo que mueve a las autoridades no es otra cosa que hacerse con los votos de las próximas elecciones y mantenerse o lograr el poder y las prebendas que este lleva aparejado.
Lejos de tener visión de estadistas, les mueve el egoísmo y el ansia de poder.
Es
preciso que aquellos que están constituidos en autoridad tengan el arrojo suficiente para dar un puñetazo sobre la mesa y romper con
todo aquello que constriña la posibilidad de tomar las decisiones que
favorezcan los intereses nacionales,
sólo así podrán salirse del círculo vicioso en el que la cobardía
pretérita justifica e impone la cobardía
presente.
Con
la ley o contra le ley, siempre hay
métodos para imponer la seguridad nacional y la memoria de las víctimas frente
a las situaciones legales, que no legítimas, de los asesinos.
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