Me entristece sobremanera que podamos haber llegado a la situación en la que estamos, pero si cabe me duele aún más que a nadie parece importarle que España se encuentre a punto de romperse.
Se
habla con total normalidad de que una parte de nuestra Patria pueda
independizarse, es decir que la ruptura de la Unidad Nacional sea vista como
algo sin importancia.
Lo
único que se contrapone a las veleidades secesionistas y a sus posicionamientos
son cuestiones de viabilidad económica.
En el fondo esto pone de manifiesto que
la sagrada Unidad Nacional y su continuidad no significan nada para los
que nos gobiernan en este triste momento histórico.
Lo
que dan a entender es que la secesión no sería problema si se hubiese una
viabilidad económica para el territorio que se independiza, pero a los
sentimientos y las emociones que mueven a los independentistas no se les combate
si lo único que se les oponen es una visión economicista, más bien es lo
contrario pues se les está dando la razón y reforzando su sentimiento de
secesión con respecto a esa empresa común que es España.
Los
españoles parece que nos hemos acostumbrado a que todo lo más abyecto sea
plausible y que nuestra actitud sea de sometimiento y cobarde silencio, una
actitud que es TRAICIÓN.
España
me duele, y me duele mucho dado viendo el estado en que entre y unos y otros la tiene, está postrada y
es golpeada de modo inmisericorde sin que nadie
levante siquiera la voz para que
pueda salir de esta situación.
No
sólo no se hace nada por ella, los que
tienen como timbre de honor estar en la
primera línea de su defensa se han convertido en espectadores mudos y perjuros al olvidar sus
juramentos y someterse a todo lo que la “legalidad”
señale, aunque esto se enfrente a los sagrados juramentos que realizaron. Por
encima de la obediencia está el honor, y por encima del honor está la Patria.
En
estos críticos momentos la actitud no
puede ser una mera negación basada en razones económicas ni un silencio cobarde
escondido tras la obediencia.
Somos
una generación responsable de la continuidad de la Patria.
Ojalá que, al igual que en su día hicieron Jose Antonio, Onésimo y Ramiro,podamos encabezar una manifestación para aplaudir la actuación del gobierno por haber salvaguardado la Unidad de España si los secesionistas tratan de romper esa unidad.
Porque siempre será preferible una España liberal, capitalista o roja a una España rota.
¡¡VIVA LA
UNIDAD DE ESPAÑA!!!
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