Nuevamente está cerca una competición futbolística en la que la selección nacional de España , llamada por la inmensa mayoría de los medios “la roja” con tal de evitar el uso de la palabra España o española, competirá para lograr un título, en este caso ser la campeona de Europa de este deporte.
Y
nuevamente asistiremos a como la bandera nacional colgará de balcones
y será portada de una forma
absolutamente generalizada por los ciudadanos.
Este
hecho no tendría absolutamente nada de malo ni reprobable, mas bien todo lo contrario, sino fuese porque fuera de estas circunstancias futbolísticas la enseña
nacional es despreciada y/o ignorada por la inmensa mayoría de los
españoles.
En
ninguna otra circunstancia nadie osaría colgar de la terraza o la ventana la
bandera puesto que inmediatamente sería tachado de facha o de fanático, el mero
hecho de portarla aunque sea llevándola en la solapa, produciría esa misma calificación reprobatoria.
Es
así que la circunstancia de que en los próximos días y semanas los colores
nacionales llenen balcones, ventanas
e incluso bares no debería llevar a
equívoco a nadie que analice las cosas con un mínimo de pensamiento crítico alejado de la superficialidad tan en
boga.
En primer lugar hay que ver hasta que punto toda esta manera de exaltar a "la roja" no es otra cosa que un recurso del sistema al pan y circo, sin pan, para que los ciudadanos no piensen en la grave realidad por la que atraviesan ni reaccionen ante unos políticos demagogos y ladrones y frente a unos banqueros especuladores carroñeros.
En primer lugar hay que ver hasta que punto toda esta manera de exaltar a "la roja" no es otra cosa que un recurso del sistema al pan y circo, sin pan, para que los ciudadanos no piensen en la grave realidad por la que atraviesan ni reaccionen ante unos políticos demagogos y ladrones y frente a unos banqueros especuladores carroñeros.
Sólo
los acontecimientos deportivos, especialmente el futbol, llevan a que la
bandera nacional se utilice públicamente. Fuera de estos acontecimientos es
poco menos que despreciada. Luego
nuestra enseña en estos días es utilizada de modo superficial y alejada de su verdadero valor,
es una mera moda que no sirve para otra
cosa que para quitarle su simbolismo
patriótico.
Que
nadie se engañe.
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