martes, 31 de enero de 2012

La servidumbre, un paso hacia la libertad.




            Es en la Europa medieval cuando por primera vez en la historia de la humanidad se da la existencia de un continente entero sin esclavitud. En lugar de ella nos encontramos con la servidumbre, que era un estadio intermedio entre la esclavitud y la libertad. Contemplado desde un punto de vista histórico, veríamos  que En la Edad Media se produjo un salto radical al pasar de una situación  como era la de la antigüedad, en la que la proporción de hombres libres  era relativamente escasa   a una situación al final de la Edad Media en la cual la libertad era la norma general.

                                                                                    
El siervo de la  gleba era un servidor que no tenía derecho a salir de su campo, del lugar donde trabajaba. El siervo había de  trabajar allí toda su vida, estaba ligado a la tierra, no era desde luego un hombre libre.  Y  aunque pueda considerarse extraño tenía una serie de derechos que derivaban de esa ligazón al terruño. Tenía derecho a la tierra, y el señor no lo podía  expulsar de ella, esto era así hasta el punto de que si el señor vendía las  tierras  lo vendía unto a ellas (por decirlo así iba incluido en el lote). Disfrutaba de una especie de propiedad sobre su casa y sobre la parte de las tierras que cultivaba, su día era organizado por  una especie de contrato que era hereditario e intocable que le permitía subsistir, malvivir en la inmensa mayoría de los casos, gracias a su propio trabajo. El siervo debía trabajar una parte del tiempo en las tierras de su señor que no le pagaba nada por ello.

                                                                                    
Además de lo antes señalado hay que destacar varios puntos que los diferenciaba de un modo radical del estado de esclavitud tal y como era entendido en la Antigüedad: tenía derecho a la familia, a que se respetase su vida puesto que el señor no disfrutaba del derecho de vida sobre él, contrariamente a lo que acontecía en la esclavitud romana.
El origen que vendría a explicar  la aparición  de la servidumbre  concuerda  en   gran medida con los inicios que tuvo el feudalismo, de hecho fue un modo de enfrentar los problemas que llevó aparejada la destrucción del orden que Roma había establecido.
 Una vez que se hubo diluido  el Imperio romano y que la administración, la legalidad, el orden y la fuerza para mantenerlas hubieron desaparecido, el territorio imperial se vio sumido en el mayor de los desórdenes, un desorden  debido por un lado a las huestes bárbaras que habían penetrado en las provincia romanas y en la misma península italiana y por otro a que grupos de  malhechores  armados  o  miembros de unidades que habían sido disueltas y que tan solo en la  guerra se habían formado situaron a los colonos y a los  agricultores ante un escenario  de verdadero riesgo  vital.  Ante tal circunstancia muchos hombres libres o libertos que no tenían donde poder protegerse y que carecían de medios para hacerlo por si mismo se encontraron en la necesidad de acudir a los propietarios que gozasen de suficiente fuerza  y de elementos defensivos para protegerse frente a la rapiña y la violencia de bárbaros  y malhechores.
Ante tal situación el propietario  de los rudimentarios castillos, primero de madera y más tarde de piedra, exigía por un lado que los acogidos se comprometiesen en la defensa  luchando contra el enemigo a las órdenes del señor, por otro lado exigía  una serie de servicios  que sirviesen para  que la manutención  de los asilados no le resultase  onerosa, de modo que le daba una porción de tierra para que pudiesen mantener a condición de que la trabajasen, se asentasen en ellas de un modo  permanente y a que se comprometiesen a dedicar un tiempo establecido al cuidado de las tierras del señor. Esto pasó a ser hereditario con lo que se conformó ese nuevo elemento social que era la servidumbre. En otro caso no se trataba de hombres libres sino de  antiguos esclavos que de modo voluntario se constituían en siervos y cuya situación era suavizada por influencia de la Iglesia.
La servidumbre  no fue si no un paso hacía la libertad. El señor no era dueño de la vida del siervo, el esclavo dejaba de estar cosificado.
Es preciso   ver en la Edad Media un paso  de mejora.

                                                                                       

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