La visión del capítulo del Canal Historia referido monográficamente a la orden del Temple titulado “El código de los templarios, la Cruzada secreta” difundida después en DVD bajo el título:” Los templarios, descubre su apasionante historia” me ha movido a contraargumentar una de las afirmaciones que en este capítulo se vertían.
Me estoy refiriendo por supuesto a esa especulación que atribuye un origen oculto a la evolución de los primeros años de la Orden templaria y a la rapidez con la que el Temple se desarrolló y propagó, amén del origen del poder y de las riquezas que en los primeros años esta orden logró alcanzar.
Por regla general, los medios históricos serios que hacen referencia al tema de los templarios parten de presentar una historia que señala que la protección de los peregrinos fué la causa que movió a la creación de la orden de los Pobres caballeros de Cristo, posteriormente denominados templarios debido a la ubicación de su cuartel general que se situó sobre lo que fue el Templo del Rey Salomón. En la generalidad de los medios que en la actualidad divulgan materias referidas al denominado tema templario se extiende una concepción que atribuye un origen oculto y esotérico a los comienzos del Temple.
Por regla general, los medios históricos serios que hacen referencia al tema de los templarios parten de presentar una historia que señala que la protección de los peregrinos fué la causa que movió a la creación de la orden de los Pobres caballeros de Cristo, posteriormente denominados templarios debido a la ubicación de su cuartel general que se situó sobre lo que fue el Templo del Rey Salomón. En la generalidad de los medios que en la actualidad divulgan materias referidas al denominado tema templario se extiende una concepción que atribuye un origen oculto y esotérico a los comienzos del Temple.
La teoría que vienen a defender los que sostienen esta visión alternativa parte de poner en duda que la verdadera finalidad de los primeros nueve fundadores de los Pobres caballeros de Cristo fuese la de proteger a los peregrinos que acudían a La Ciudad Santa y la de salvaguardar los Santos Lugares.
Según los valedores de esta conjetura lo que en realidad hicieron no fue sino buscar en los subterráneos, bajo el subsuelo del templo del rey Salomón, elementos sagrados como el Arca de la Alianza y el Santo Grial además de pretender hacerse con las extraordinarias riquezas que los judíos, tanto de la época de aquel monarca como posteriores, tesoros que supuestamente fueron allí escondidos para preservarlos de las sucesivas invasiones que sufrieron hasta que finalmente el templo fue arrasado por Tito.
Esta postura defiende que los primeros templarios habrían tenido éxito en las excavaciones que llevaron a cabo y que cuando en 1127 Hugo de Payns
se dirige a Occidente acompañado de otros cinco caballeros templarios lo que realmente hacen no es sino dar a conocer a las más altas instancias de la Cristiandad, léase el Papa y a algunos cardenales, que habían encontrado bien alguna de esas preciadas reliquias o bien que habían hallado documentos que podrían poner en peligro la estabilidad del orden logrado por la Iglesia o la continuidad de la Iglesia católica misma.
se dirige a Occidente acompañado de otros cinco caballeros templarios lo que realmente hacen no es sino dar a conocer a las más altas instancias de la Cristiandad, léase el Papa y a algunos cardenales, que habían encontrado bien alguna de esas preciadas reliquias o bien que habían hallado documentos que podrían poner en peligro la estabilidad del orden logrado por la Iglesia o la continuidad de la Iglesia católica misma.
Otros que participan de esta misma concepción de la historia ponen el énfasis en que los templarios habrían encontrado un inmenso tesoro que les habría permitido llevar a cabo el rápido ascenso e implantación que lograron en toda la Cristiandad.
Lo cierto es que ese progreso tan sorprendentemente rápido y ese poder e implantación que en tan reducido número de años lograron adquirir se explica sin la necesidad de recurrir a disquisiciones literarias fantasiosas carentes de base alguna. Y es que existen toda una serie de hechos perfectamente contrastados históricamente que explican con toda claridad como una comunidad de nueve hombres pudo desembocar en unos pocos años en una Orden con el inmenso poder político, económico y militar que tuvo la orden del Temple.
Como ocurre en la practica totalidad de las realidades humanas esta rápida evolución se debió a la interacción de toda una serie de distintos factores que terminaron por dar origen a la realidad a la que hemos hecho referencia.
Referiremos de modo esquemático cuales fueron los factores que dieron pie al tremendo impulso que recibió la Orden templaria en las primeras décadas de su existencia.
No sería posible explicar nada de ello si pasamos por alto el apoyo de Bernardo de Claraval (posteriormente canonizado)
, el reconocimiento por parte del papado a través de los numerosos privilegios que de este recibió la recién creada orden, a través de distintas bulas.
Del mismo modo no hay que olvidar las numerosas donaciones privadas y la eficiente manera de gestionar el cada vez mayor fondo monetario así como la explotación recurriendo a técnicas novedosas de sus posesiones en tierras.
Del mismo modo no hay que olvidar las numerosas donaciones privadas y la eficiente manera de gestionar el cada vez mayor fondo monetario así como la explotación recurriendo a técnicas novedosas de sus posesiones en tierras.
Es decir, que aunque esa explicación de supuestos descubrimientos y presiones ocultas esté en consonancia con la actual corriente que trata todo lo que s refiere a la Orden del Temple desde una visión esotérica y sometida a lo conspiratorio, la evolución de la Orden templaria y su extraordinaria extensión y consecución de poder económico, político y militar tiene unas explicaciones que son mucho más cercanas y menos confabulatorias de lo que a la actual mentalidad le hubiese gustado fuese.
Esta evolución, aun siendo prodigiosa no estuvo para nada sujeta a misterioso hallazgos o a ocultas presiones.
Aunque ya hemos hecho referencia a la especulación que presentan los defensores de la interpretación fantasiosa que el Canal Historia exhibe, vamos en este primer capítulo a profundizar en esa visión histórica para ir poco a poco presentando una serie de datos históricos que anularán ese cúmulo de sinsentidos en el que afirman basarse a la hora de mantener su posición con respecto al rápido auge que alcanzó el Temple en sus primeros años.
El reportaje, supuestamente histórico, al que nos referimos comienza haciendo comentarios generales que pretenden envolver a la Orden templaria en una nebulosa de misterio y de fantásticos secretos ocultos. Se habla de leyendas misteriosas, de sociedad secreta y de que los orígenes son aún objeto de debate. Es así que mezclando la verdad con la mentira o recurriendo a medias verdades, que es la más peligrosa de las formas de mentir, convencen al observador incauto y aún al aficionado con cierta formación de la existencia de toda una serie de interrogantes que le plantearán dudas interesadas con respecto a cuestiones históricas básicas.
En la evolución de la exposición encontramos un continuado acudir al manido recurso de utilizar la duda (“se dice”, “algunos afirman”, “es posible”) como base para levantar sobre ella una certidumbre (“es casi seguro que”,etc.), y de este modo elaborar una patraña que a la persona que acude a ella sin una formación mínima aceptará como valida.
Pero este ardid para levantar falsedades y darles visos de verosimilitud tiene como toda mentira las patas muy cortas, en este caso la mejor manera de combatir la simulación es demostrar la falsedad de lo que se ha presentado como dudoso o como comentario de algunos. Se ha de negar la mayor y de este modo toda la argumentación caerá por su propio peso.
El inicio de todo lo sitúan en la imposibilidad de que nueve caballeros , ya ancianos según ellos, tuviesen capacidad para cumplir minimamente con la misión de proteger a los peregrinos que llegaban a Jaifa para alcanzar Jerusalén. Con lo cual esa no sería la verdadera misión que tendrían esos primeros caballeros templarios.
Con respecto a esta afirmación cabe decir en primer lugar que la edad de estos nueve caballeros difícilmente puede señalarse de modo siquiera aproximado puesto que no existen datos históricos que nos la den a conocer. Refiriéndonos a la afirmación antes señalada choca por un lado con la aseveración posterior en la que se afirma que habrían excavado en roca viva para hacerse con el Arca de la Alianza, el Santo Grial o el tesoro de los judíos. Resulta difícil concebir que unos caballeros fuesen ancianos para proteger los caminos y no lo fuesen en cambio para llevar a cabo el fatigosÍsimo ejercicio de cavar en roca. Se nos podrá objetar que no eran ellos mismos los que hacían las excavaciones sino personal por ellos contratado, pues con esta alternativa se nos estaría aportando una posible explicación al señalar que los nueve caballeros dirigieron a un pequeño grupo de caballeros que continuaron en Tierra Santa una vez finalizada la primera Cruzada.
No hay que pasar por alto que aunque siempre se ha hablado de que el Temple en un principio estuvo formado exclusivamente por nueve caballeros y que esto permaneció así hasta nueve años después de que comenzasen a existir los denominados Pobres Caballeros de Cristo, se habla siempre de caballeros. Como ya se sabe en su estructuración interna se habló de caballeros y de hermanos sargentos, lo más lógico es que si en la Regla originaria no se exigiese para poder pertenecer a la orden tan solo ser un hombre libre, lo más lógico es pensar que de hecho existiesen ya lo que después se denominarían hermanos sargentos.
Uniforme de caballero y de sargento de la Orden templaria
Para dar mayor verosimilitud a esta suposición hay que acudir tan solo al hecho de que cuando en 1127 se dirigieron a Europa Hugo de Payns y cinco caballeros más, lo que hace un total de seis, dejarían en Jerusalén tan tres, una cantidad de hombres con la que sería inviable cumplir su función de protección, de esto claramente se deduce que la fuerza debía estar compuesta por más hombres puesto que en caso contrario el rey Balduino II no los hubiese enviado a Europa.
Otra de las cuestiones al que el reportaje a que nos referimos hace referencia se pregunta por la razón por la cual los templarios “eligieron” ese lugar sobre el antiguo Templo de Salomón para instalarse, el relato de la obra audiovisual señala de un modo que busca en la ambigüedad crear dudas para así poder desarrollar la teoría según la cual los templarios habrían elegido ese emplazamiento para poder cumplir su verdadera misión, que no sería otra que hacerse con objetos sagrados y riquezas. La supuesta elección por parte de los primeros templarios no se mantiene puesto que no dependió de ellos la ubicación de su cuartel general sino que fue el entonces rey de Jerusalén Balduino II
quién les alojó en un ala de su palacio, cerca del templo de Salomón ya que en aquel entonces no tenían “ni iglesia ni domicilio seguro” como señala Guillermo de Tiro, a esto añade Ermoul que los templarios no se atrevieron en primera instancia a habitar en el Santo Sepulcro
que les fue ofrecido. Según los datos históricos con los que se cuenta la hipótesis de que eligieron ese lugar para poder excavar cae por su propio peso.
que les fue ofrecido. Según los datos históricos con los que se cuenta la hipótesis de que eligieron ese lugar para poder excavar cae por su propio peso.
Para dar más verosimilitud a todo lo que señalan, se refieren a los descubrimientos arqueológicos realizados en 1867 en los que se hallaron dos túneles que unían la mezquita de Al-Aqsa (sede del temple) y la Cúpula de la Roca (donde se pensaba que se habría situado el Templo del rey Salomón). También hicieron referencia, y aquí se basan para sostener sus especulaciones, en que a finales del siglo XIX y principios del XX el teniente del ejército británico Warren encontró en estos túneles utensilios y restos (reconocen que pocos) del equipo de los templarios, a saber: armas y espuelas de sus equipos. Aquí recurren nuevamente al “seguramente” y al “quizá”. La existencia de esos túneles no indican nada puesto que nada se dice sobre cual es la datación de ellos y quién los construyó. Lo que realmente resulta cuando menos extraño es que un caballero, fuese este templario o no, perdiese sus espuelas en un túnel ya que no es una espuela el complemento más adecuado ni cómodo para andar por unos túneles además de que las espuelas eran algo que los caballeros tenían en gran estima. No basta con decir que los restos indican que esas galerías las construyeron ellos o simplemente las utilizaron puesto que son realidades contradictorias que presentarlas juntas y tras todas las indicaciones previas referidas al supuesto papel de los templarios resulta ser una manipulación.
Por último, y antes de iniciar la exposición de las verdaderas causas que propiciaron esa evolución tan exitosa en lo que se refiere al poder y a la riqueza que en pocos años alcanzó esa primera y poco numerosa comunidad, hay que señalar que lo que subyace a todo lo que expone la teoría que analizamos es extender la idea de que la Iglesia católica tenía cuestiones básicas que esconder que la habrían obligado a favorecer a aquellos que conocieron tales verdades, como sería el caso de los templarios que habrían excavado bajo la ubicación del antiguo templo del rey Salomón.
Las lineas que siguen van a hacer referencia a aspectos que individualmente no explican la sorprendente evolución a la que nos estamos refiriendo, hemos de añadir un factor a otro teniendo en cuenta que la interacción entre ellos da lugar a un nuevo empuje que no se explica por ninguno de los anteriores ya que uno está sirviendo para explicar un factor nuevo que da más fuerza a un tercero.
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