El título de la presente entrada puede ser tachado de falso, y en parte tendría razón quién así dijese si se atuviese a la literalidad del mismo y no viese en él una referencia indirecta. Ahora bien, esa crítica tendría razón de ser sólo en parte puesto que la concesión del premio a una de las premiadas es bastante discutible, por decirlo de un modo fino, si se considera la naturaleza de la postura ideológico-religiosa que mantiene.
El premio se ha concedido a tres mujeres:
-Ellen Johnson, presidenta de Liberia.
-Leymah Goowe, activista de Liberia.
-Tawakel Karman, Política Yemení.
La última de ella, Karman, es una política de Yemen del grupo Al-Islah, grupo cercano a los Hermanos Musulmanes.
Para que todos nos hagamos una clara idea de lo que este grupo defiende vamos a presentar su logo y su lema:
Su logo nos presenta un Corán flanqueado por dos espadas y una palabra que en árabe significa "preparaos"
Su lema es si cabe más significativo: "Alá es nuestra meta, el Profeta nuestra guía, el Corán nuestra constitución, la Jihad nuestro camino y el martirio nuestra mayor esperanza"
¿Cabe mayor expresión de pensamiento "pacífico"?, desde luego los que han optado por premiar a una política que defiende semejantes planteamientos, o bien ignoraban su posición ideológica, cosa que dudo dado que investigan a fondo a los premiados, o por contra se han dejado arrastrar por la corriente de lo políticamente correcto. Corriente que pretende desarrollar la convivencia con quienes se declaran nuestros enemigos considerndo sus planteamientos como meros hechos culturales que hay que respetar y permitir que se estos desarrollen incluso entre nosotros. En este caso han ido más allá al premiarlo.
Los hermanos musulmanes son una asociación creada en 1928 por Hassan al-Bannah en Ismailiaya (Egipto), ejerciendo una fuerte influencia en la política de Egipto y en los movimientos islamistas de la segunda mitad del siglo XX.
Es el primer movimiento islamista radical de la época contemporánea. rechazan formalmente la violencia, pero no el ultrarigorismo.
De esta defensa del rigorismo extremo se deduce por un lado el rechazo total de los derechos humanos, por cuya defensa ha sido premiada la política yemení, así como un ataque completo a la dignidad de la mujer.
Ese rigorismo formalmente rechaza la violencia, pero tal rechazo no deja de ser una mera careta puesto que el mismo Corán y sobre todo la idea de Yihad sostiene lo contrario.
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